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Desmontamos las principales mentiras del número dos de Vox

El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith.

Ana Requena Aguilar / Marina Estévez Torreblanca

Todas las mentiras y exageraciones en las que Vox basa su discurso político quedaron resumidas en la entrevista que el secretario general de la formación de extrema derecha concedió a Ángels Barceló en la Cadena Ser. Javier Ortega Smith respondió con varias informaciones falsas a las preguntas de la periodista en Hora 25. Las desmontamos:

1.- “La ideología de género es la que proviene de todos los lobbies internacionales, promovidos desde las conferencias de Naciones Unidas, que lo que han dicho es que había que dividir a la sociedad entre hombres y mujeres y que no hubiera igualdad de derechos y obligaciones”.

El alegato de la llamada “ideología de género” no es nuevo, pero ha arreciado con fuerza en los últimos años en países de Europa y América Latina de la mano de sectores ultraconservadores y muy especialmente ultracatólicos. Es el argumento por excelencia empleado por la cúpula de la Iglesia, grupos como HazteOír, el Foro Español de la Familia y partidos como Vox para oponerse a avances sociales y leyes relacionadas con la salud sexual y reproductiva de las mujeres, la lucha contra la violencia machista o los derechos del colectivo LGTBI.

Esta retórica tiene su fuente originaria en el Vaticano, que en 2003 y mediante su Consejo Pontificio para la Familia publicó un diccionario en el que equiparó de manera expresa la “ideología de género” con la “ideología feminista”. Con el término, la Iglesia Católica pretendió saturar de carga negativa el término “género” y asociarlo a una ideología igualándola a “falsedad” frente a su discurso “verdadero”, explican Mónica Corjeno-Valle y J. Ignacio Pichardo en la investigación La “ideología de género” frente a los derechos sexuales y reproductivos. El escenario español.

De manera informal, esta estrategia tiene su origen en las conferencias de Naciones Unidas sobre población de El Cairo y sobre la mujer de Beijing, en 1994 y 1995 respectivamente, que supusieron un avance para los derechos de las mujeres y que la Iglesia achacó a una supuesta “radicalización”.

2. “La ideología de género establece la presunción de culpabilidad para una parte [los hombres]. Ya no se mantiene el principio de que quien acusa debe probar”

La aprobación de la Ley Integral Contra la Violencia de Género en 2005 suscitó polémica en sectores muy reaccionarios que se lanzaron a atacar la ley. Entre sus argumentos, que la norma vulneraba la presunción de inocencia de los hombres y les discriminaba. El Tribunal Constitucional avaló su contenido (admitió a trámite decenas de recursos) y declaró constitucional el artículo que elevaba las penas cuando los varones son los agresores y las mujeres las víctimas. Las agresiones de hombres, dijo, son “más graves y más reprochables socialmente” porque se dan en un contexto de desigualdad. “Una agresión supone un daño mayor en la víctima cuando el agresor actúa conforme a una pauta cultural -la desigualdad en el ámbito de la pareja- generadora de gravísimos daños a sus víctimas y dota así consciente y objetivamente a su comportamiento de un efecto añadido a los propios del uso de la violencia en otro contexto”, señaló.

3. “La violencia contra la mujer no se ha reducido” [con la ley contra la violencia de género]

A mayor concienciación social, las mujeres reportan y denuncian más casos de violencia de género, no solo dentro de la pareja, sino de violencia sexual o de acoso. Por eso, el impacto de leyes como la de violencia de género no solo puede medirse en la reducción de casos, sino en que éstos salgan a la luz.

En cualquier caso, los asesinatos de mujeres por sus parejas o exparejas sí se han reducido. Si en 2003 hubo 71 casos , 72 en 2004, 57 en 2005 y 69 en 2016, en los últimos cinco años el número de víctimas mortales por violencia machista ha estado por debajo de 60 mujeres al año. El año pasado fueron 44 las mujeres asesinadas y este año son, de momento, 47.

4. “La ley de violencia de género ha tenido ingentes millones de euros”

La queja constante de asociaciones de mujeres, de organizaciones como Amnistía Internacional y también de muchos juristas y expertos juristas ha sido la dotación insuficiente o bien la puesta en marcha a medias de muchas medidas contenidas en la Ley. Por ejemplo, las Unidades de Valoración Forense previstas en la norma para atender a todos los juzgados apenas están implantadas casi quince años después de su aprobación. Entre 2010 y 2015, el presupuesto para combatir la violencia machista se redujo un 26%.

5. “Las denuncias falsas que directamente no han sido tramitadas son muchísimas más que las publicadas. El problema es que esos datos se ocultan”

La Fiscalía publica cada año las cifras de denuncias falsas que se tramitan. Son apenas el 0,01% del total.

6. “No se facilitan los datos de los hombres que mueren a manos de las mujeres”

El Poder Judicial publica las cifras tanto de violencia de género como de violencia doméstica. En 2015, los últimos datos disponibles, fueron asesinados 10 hombres a manos de sus parejas femeninas. El número de mujeres asesinadas por hombres, ese mismo año, fue de 62. Entre 2008 y 2015, murió un total de 58 hombres en estas circunstancias. En ese mismo periodo, 485 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas masculinas.

7. “Lo que no escuchamos en los medios de comunicación es calificar de ‘extrema izquierda’ y totalitarios a quienes nos están lanzando auténticas hordas en las calles”

Ortega Smith se refiere a Podemos, a quien Vox sitúa detrás de las manifestaciones de los últimos días en algunas ciudades de Andalucía en repulsa por los resultados obtenidos por el partido de extrema derecha. Su afirmación de que no se les califica de “extrema izquierda” o “totalitarios” es falsa.

Varios medios de la derecha utilizan frecuentemente estos términos cuando se refieren a la formación de Pablo Iglesias. El locutor de EsRadio, Federico Jiménez Losantos, es uno de los más profusos en el uso de esos adjetivos. Habla de esa formación como “un partido totalitario” que en cualquier sitio “sería ilegal” y cuyo objetivo es implantar “el modelo del narcotráfico en el poder, como en Venezuela”.

No solo él, numerosos columnistas y tertulianos vinculan habitualmente a Podemos con las dictaduras. Uno de los últimos ha sido Hermann Tertsch, quien en respuesta a un artículo de Pablo Iglesias a favor de la república aseguró que la Monarquía servía para evitar “una dictadura” del líder de Podemos. Pero también hay estas referencias en los editoriales de los grandes medios, en los que se alerta de que “en Podemos asoma la esencia radical de un ideario más propio de las autocracias bolivarianas que de una democracia europea”.

8. “Una bajada de impuestos acabará con la precariedad laboral”

Relacionar una bajada de impuestos con una menor precariedad laboral se contradice con el hecho de que los países europeos con más presión fiscal son precisamente los que disfrutan de menores índices de desempleo. También son los que tienen menos contratos temporales, que es otro de los indicadores de la precariedad en el mercado de trabajo.

Así, según los datos de la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, el país comunitario con una tasa mayor de población activa con trabajo es Suecia, con un 81,2%. Si se incluye a países de la Asociación Europea de Libre Comercio, el que más tasa de ocupación tiene es Islandia (87,8%).

Islandia es el país europeo con mayor presión fiscal en porcentaje de PIB (51,6%) y Suecia se sitúa en el quinto lugar (44,6%). El resto de los países que ocupan los lugares altos de la tabla de en cuanto a mercados laborales robustos (el grupo con tasas entre el 70 % y el 80 % incluye el Reino Unido, Francia y Alemania) vuelve a corresponderse con los que tienen impuestos por encima de la media europea. Según los últimos datos, esta media se sitúa en el 41,4% en la eurozona y en el 40,2% en la UE (40,2%).

A otro lado se sitúan los países con menores impuestos, donde la relación entre ambos parámetros no es tan directa. Sí lo es, desde luego, en el caso de España, el octavo país de la eurozona y el décimo de toda la UE con menos presión impositiva (es del 34,93% del PIB y pasará a ser del 35,54% según los planes presupuestarios del Gobierno). Al mismo tiempo es uno de los que sufre más paro: España tiene una de las tasas de empleo más bajas de la UE ( 65,5% en 2017 frente a la media europea del 72,2%).

En otros países la baja presión fiscal no está tan relacionada con menores tasas de ocupación, y por ejemplo en el caso del país con menos impuestos (Irlanda, un 23,3% de su PIB), tienen una tasa de empleo del 73%, ligeramente superior a la media. Los otros países continentales con menor presión fiscal (Rumanía, Suiza, Bulgaria y Lituania) están en algunas ocasiones por encima de la media de ocupados y en otras por debajo. Pero su población está en una peor situación laboral, en todo caso, que la de las naciones con mayores impuestos.

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