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Podemos eleva la presión contra el Gobierno

Ione Belarra, este martes, en el Congreso de los Diputados.

Alberto Ortiz

15 de octubre de 2024 22:00 h

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Podemos sigue aumentando la presión contra el Gobierno. Desde hace meses el partido diagnostica que la legislatura progresista ha muerto y para ello se basa en el pacto que el PSOE firmó con el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Pero esta semana la formación ha dado un salto discursivo en un tema con el que la derecha intenta dañar a Pedro Sánchez: el caso Koldo. Es inverosímil, sostienen, que el presidente no supiera nada de esa corrupción. 

El cambio de tono coincide con un nuevo informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que deja al exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, muy cerca de la imputación en la causa que investiga la Audiencia Nacional. Ese atestado le atribuye un “papel relevante y de responsabilidad” en la trama que se gestó en el departamento que dirigió entre 2020 y 2021 y desmonta las explicaciones que ha ido brindando en los medios desde el estallido del caso. 

Podemos ya fue muy crítico con el PSOE cuando empezaron a salir a la luz las primeras noticias sobre el caso. Entonces sus dirigentes criticaron que Ábalos se hubiese convertido en un “chivo expiatorio” y pidieron una investigación a fondo para esclarecer hasta dónde llego esa supuesta trama de corrupción. “El PSOE, por su propio bien, debe ser el primero que investigue todos los contratos que se hicieron”, dijo la coportavoz Isa Serra en una rueda de prensa el 26 de febrero. 

Pero este lunes, tras el informe de la UCO, el partido fue un poco más allá y habló expresamente de Pedro Sánchez. “Si existieron políticas corruptas que se pueden vincular a Ábalos, es poco creíble que se pudieran llevar a cabo sin que el presidente Sánchez y el resto del partido tuvieran conocimiento”, dijo el secretario de Organización, Pablo Fernández, en una rueda de prensa. “La corrupción del PP no era ajena a M. Rajoy y es inverosímil que la corrupción del caso Koldo fuese ajena a Pedro Sánchez”, añadió. 

La mención a la corrupción del PP no es casual. Tiene que ver con el análisis que hacen en el partido que lidera Ione Belarra sobre un reforzamiento del bipartidismo tras las últimas elecciones y sobre todo con los pasos que, argumentan, ha dado el PSOE en los últimos meses. 

“Mientras vemos cómo se archiva el enésimo caso contra Podemos, Neurona, vuelve a supurar la corrupción del bipartidismo. El PSOE y el PP piensan que las instituciones son suyas y no lo podemos permitir”, escribió este lunes Belarra en un mensaje en sus redes sociales.

De la misma manera se ha pronunciado este miércoles a través de un mensaje en la red social X (antes Twitter) la secretaria política y eurodiputada del partido Irene Montero, quien ha equiparado el caso de corrupción que afecta al exministro de Transportes, José Luis Ábalos, y a su antiguo asesor, Koldo García, con lo que ha denominado “caso Ayuso” y ha asegurado que ambos demuestran que el bipartidismo “no sabe gobernar sin corrupción”.

Montero, que ha recordado que los hechos se produjeron en “los peores momentos” de la emergencia sanitaria producida por la pandemia de COVID-19, ha instado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a hacerse responsable de que se devuelva “cada euro público robado” a los españoles.

También el portavoz parlamentario, Javier Sánchez Serna, insistió este martes en esa misma línea. “La corrupción ha sido siempre una característica del bipartidismo y, francamente, resulta difícil creer que que estas tramas puedan operarse sin que salte ninguna alarma en el ministerio de turno, en el grupo parlamentario o en el partido. Difícilmente una persona puede hacer negocios sucios, sostenidos en el tiempo, en la administración, sin implicar a otra mucha, a otra mucha gente”, dijo, en una rueda de prensa en el Congreso. 

Sánchez Serna descartó en esa misma intervención que su partido vaya a apoyar una posible moción de censura impulsada por Alberto Núñez Feijóo como la que aupó a Pedro Sánchez hasta La Moncloa precisamente gracias a la gestión de Podemos y después de que se conociera la sentencia del caso Gürtel que condenó al PP como partícipe a título lucrativo. “No nos van a encontrar ahí”, dijo el portavoz de Podemos en el Congreso. 

Pero lo que sí dejó claro es que su partido no forma parte del llamado bloque de la investidura. “No somos un socio del Gobierno. Nosotros apoyamos una investidura porque la alternativa era peor. Pero a partir de ese punto el Gobierno no ha querido negociar con Podemos muchas cosas y muchas reformas que eran necesarias”, dijo. Los votos de Podemos son necesarios para que el Ejecutivo pueda sacar cualquier iniciativa adelante sin depender del PP.

El partido de Belarra inició la legislatura dentro de la coalición de Sumar, con la que rompió hace casi un año, en diciembre de 2023. Desde entonces, sus cuatro diputados –eran cinco hasta la dimisión de Lilith Verstrynge a comienzos de año– se han desmarcado en varias ocasiones de algunas medidas del Gobierno, como en el decreto que buscaba la aprobación de un nuevo subsidio de desempleo. En otras ocasiones han conseguido introducir cambios tras negociarlos con el Ejecutivo, como en la ley de paridad. 

En los últimos meses desde Podemos han confrontado con el Gobierno por, según critican, su tibieza contra Israel o por la falta de medidas para frenar el incremento de los precios del alquiler. Este lunes el partido pidió el cese de la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, por su “inacción calamitosa” ante el problema. “El Gobierno tiene que elegir y lo que ha elegido hasta ahora es estar del lado de los rentistas. Para contar con nuestro grupo, tiene que dar un giro de 180 grados”, avisó Sánchez Serna este martes. 

Pero en Podemos vuelven una y otra vez a lo que consideran un antes y un después en la legislatura, el pacto que selló el PSOE con el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial. “Hay una fecha importante que es este verano pasado con el pacto para repartirse el poder Judicial sin que nada cambie y sin que los responsables de lawfare y de la persecución a fuerzas democráticas como Podemos dieran un paso atrás”, ha dicho el portavoz parlamentario. 

Aquel pacto iba en contra de la propuesta que el partido ya lanzó cuando formaba parte del Gobierno para cambiar las mayorías parlamentarias necesarias para la renovación del órgano de gobierno de los jueces. Una vía que a su juicio habría servido para democratizar la Justicia. La preferencia del PSOE por negociar la renovación con el principal partido de la oposición, en cambio, dio argumentos a los de Belarra para anunciar la muerte de la legislatura progresista y una vuelta al bipartidismo. 

Podemos ha profundizado esta estrategia política tras abrir un camino en solitario dentro de la izquierda, primero con la ruptura con Sumar y después con la decisión de presentarse a las elecciones europeas con su propia marca por primera vez desde 2014. Unos comicios los del 9 de junio que dieron algo de aire a la formación, con la entrada de Irene Montero e Isa Serra en el Parlamento Europeo.

El partido sigue aparcando por el momento el debate de la unidad y está centrado en un refuerzo identitario con la 'Uni de Otoño' de este fin de semana en Madrid como hito principal. Como todos los años el evento contará con diferentes mesas de debate político y con un acto central con la voz de sus principales referentes. Este año participarán en ese mitin principal, el sábado, el exlíder laborista y diputado británico Jeremy Corbyn y la activista palestina y eurodiputada por la Francia Insumisa Rima Hassan. 

Renovación de sus direcciones autonómicas 

Podemos celebrará este otoño un proceso orgánico para renovar las direcciones autonómicas que quedaron pendientes el año pasado: Andalucía, Extremadura, Galicia, Castilla-La Mancha y Euskadi. Son territorios en los que los mandatos actuales caducaban tras los cuatro años que marcan los estatutos o en los que la dirección había dimitido, como en Galicia, con Borja San Ramón. El proceso no abarcará Aragón, donde la dirección dimitió en bloque hace unas semanas.

“Podemos afronta estos procesos con la convicción de que son los y las militantes quienes han de elegir los liderazgos de la organización, tal y como ha ocurrido desde la fundación del partido en 2014. Podemos fue pionero en nuestro país en la puesta en marcha de primarias y en consultar a su militancia las decisiones de relevancia a las que se ha enfrentado a lo largo de sus diez años de vida”, han trasladado fuentes del partido para anunciar el inicio del proceso, que se extenderá entre el 4 y el 29 de noviembre. 

Una de esas direcciones es especialmente importante puesto que podría ser ese territorio el que ponga fin a la pausa electoral que se espera que dure unos dos años. En Andalucía están previstas las elecciones para junio de 2026, aunque nadie descarta que Juanma Moreno pudiera forzar un adelanto. Allí Podemos tiene al frente a la diputada Martina Velarde, del núcleo duro de la dirección estatal. Y una de las decisiones importantes que afrontará la dirección de cara a esos comicios es si mantiene su alianza con Por Andalucía, donde están los partidos de Sumar. La relación de esa coalición, muy turbulenta en sus primeros meses de vida, ha mejorado con la marcha de la legislatura. 

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