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Eurodiputados verdes, socialistas y del GUE crean un espacio común en Bruselas para coordinar políticas

Logo del Progressive Caucus del Parlamento Europeo.

Andrés Gil

Un espacio entre eurodiputados socialistas, verdes y del GUE –grupo de la izquierda al que pertenecen Podemos e IU, entre otros– para coordinar políticas en Bruselas se presenta este martes en el Parlamento Europeo y se estrena con un acto este mismo día por la tarde contra el tratado comercial CETA, una suerte de TTIP de la UE con Canadá.

La presentación del Progressive Caucus correrá a cargo del grupo promotor de la iniciativa: Sergio Cofferati (S&D, exdirigente del Partido Democrático italiano), Fabio de Masi (GUE, Die Linke), Eva Joly (Verdes, Europe Écologie francés), Cruzio Maltese (GUE, Lista Tsipras-L'Altra Europa italiano), Guillaume Balas (S&D, PSF), Emmanuel Maurel (S&D, PSF), Dimitrios Papadimoulis (GUE, Syriza) y Ernest Urtasun (Verdes, ICV).

“En los primeros encuentros nos hemos reunido más de una veintena de eurodiputados”, explica Ernest Urtasun: “Verdes, socialdemócratas franceses, belgas y británicos, también gente de Podemos e IU. Algún miembro del PSOE se ha dejado caer una vez, pero, de momento, no han seguido viniendo”.

El socialista francés Guilleume Balas, uno de los impulsores, explica que “en este momento hay un auge de la extrema derecha y creo que la gran coalición es un problema para la socialdemocracia, es una de las razones por las que la gente rechaza Europa, porque Europa fue una promesa de protección y hoy es competición entre los pueblos que ven mermada su protección con tratados comerciales como TTIP y CETA y no hay respuesta a asuntos ecológicos. No hay reglas. Por esto es muy importante no tanto crear un nuevo grupo político, sino un espacio donde todos los progresistas puedan conversar, con diferentes opiniones y dar una respuesta a los asuntos generales en Europa y también concretos, como la situación de Grecia, el Brexit, el TTIP, el CETA...”.

Balas argumenta que “la gran coalición es real, porque todas las grandes decisiones son un acuerdo entre socialdemócratas y el PP. Yo no estoy en contra de hablar con PP y liberales, pero estoy a favor de pactar con aliados naturales como los ecologistas y el GUE”.

Urtasun explica que “la idea es impulsar la cooperación de la izquierda en el Parlamento Europeo, intentando romper la dinámica de la gran coalición que existe en Bruselas. Hay muchos socialistas que preferirían otra dinámica en Europa y dar batallas juntos, como la del CETA”.

“Hay socialistas que quieren colaborar en posiciones de izquierdas”, argumenta Urtasun, “colaborar más allá de la dinámica parlamentaria, dentro de un espacio para un gran debate sobre el futuro de la UE, en un contexto de avance de la extrema derecha, el Brexit, el desconcierto de la izquierda –qué defiende y quién lo defiende–, y que haya un espacio visible. El detonante son las ganas de crear una nueva dinámica de colaboración de los tres grupos de izquierdas. La iniciativa ha salido mucho de franceses y belgas, que nos vinieron a buscar”.

El CETA ha entrado en su recta final. El texto está desde agosto en manos de los lingüistas que tienen que hacer las últimas correcciones con vistas a su firma, que Bruselas quiere llevar a cabo en la Cumbre Unión Europea-Canadá del 27 de octubre. En cuanto esté rubricado, y si el Parlamento Europeo lo aprueba, empezará a aplicarse de forma provisional hasta que lo ratifiquen las cámaras nacionales de los Veintiocho, condición indispensable para que entre oficialmente en vigor.

“No se sabe cómo acabará el proceso de ratificación”, razona Urtasun: “Hay muchos socialistas hartos de tragarse sapos por los acuerdos de Martin Schulz con el Partido Popular. Es muy oportuno vincular el Progressive Caucus con el CETA: el SPD tiene que tomar una decisión y no se sabe qué puede pasar en el Parlamento Europeo. Y si se tumba en el Parlamento ya no va a los Estados: en la ratificación votarán divididos los socialistas, sobre todo franceses y belgas”.

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