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El fracaso de las negociaciones precipita las cuartas elecciones en menos de cuatro años

Pedro Sánchez antes de su comparecencia en Moncloa.

Irene Castro

La incapacidad de PSOE y Unidas Podemos para llegar a un acuerdo conduce a España a las cuartas generales en algo menos de cuatro años. El rey ha constatado el fracaso de las fuerzas políticas para permitir que haya Gobierno y salir de la situación de bloqueo que se ha prolongado durante casi cinco meses, tras las elecciones del 28A que dieron la victoria al PSOE, pero sin mayoría suficiente para gobernar con sus 123 escaños. Las constantes apelaciones de Pedro Sánchez a la abstención de PP y Ciudadanos tampoco surtieron ningún efecto más allá de una propuesta in extremisde Albert Rivera, que llegó a plantear su voto en blanco a cambio de una serie de requisitos que, según los socialistas, ya se cumplen.

Los principales actores políticos mostraron ya el modo electoral en sus comparecencias tras las reuniones con el jefe del Estado.Sánchez aprovechó para culpar a Unidas Podemos, PP y Ciudadanos de la repetición de las generales y cargó con dureza contra el que ha sido su socio preferente. “Pablo Iglesias va camino de un récord”, dijo tras recordar que ha impedido por “cuarta vez” su investidura. También lanzó el primer mensaje de campaña al reclamar el voto mayoritario para el PSOE con el fin de que no haya “bloqueos”: “Pediremos a los españoles que lo digan más claro el 10 de noviembre para que se respete el resultado y los partidos lo atiendan”.

Las acusaciones contra Iglesias fueron una constante durante toda la intervención de Sánchez en Moncloa. El líder de Unidas Podemos, por su parte, también pasó al ataque: “La arrogancia y el desprecio a las reglas básicas de una democracia parlamentaria se han impuesto sobre la sensatez”. “Pedro Sánchez comete un error histórico de enormes dimensiones forzando otras elecciones por una obsesión con acaparar un poder absoluto que los españoles no le han dado. Hace falta un presidente que entienda el multipartidismo”, reprochó a través de Twitter.

El líder del PP marcó perfil como jefe de la oposición frente a Rivera y se erigió como la “alternativa” de cara a la próxima cita con las urnas. También aprovechó para atizar a Sánchez al mostrarse convencido de que quería otras elecciones. “Lo ha conseguido. Espero que no le salga gratis”.“Había cuatro alternativas, cuatro puertas a las que llamar -expresó Pablo Casado-. Sánchez no ha intentado el acuerdo con ninguna de ellas”.

Rivera defendió su propuesta de última hora: “Esto no va de egos, va de España”. “Ciudadanos ha propuesto una solución de Estado que pasa por un movimiento de Sánchez”, dijo Rivera, que durante los últimos meses se ha negado a reunirse con el presidente en funciones.

Con el ojo puesto en las encuestas internas desde hace varias semanas, los partidos llevaban ya varios días culpándose mutuamente de la repetición electoral .Así lo hicieron PSOE y Unidas Podemos al romper las negociaciones el martes pasado tras otra reunión de los equipos que concluyó sin ningún avance. Los de Pablo Iglesias reclamaban una coalición que Pedro Sánchez calificó de “inviable” tras la investidura fallida de julio, en la que Unidas Podemos se abstuvo porque consideraba que la oferta del PSOE era insuficiente en proporcionalidad y competencias. Los socialistas advirtieron a Unidas Podemos de que solo sería factible un acuerdo si renunciaban a esa exigencia y que no esperaran ningún “golpe de efecto”.

Cinco meses de negociación fallida

No se produjo un cambio de última hora y Sánchez descartó incluso reunirse de nuevo con Iglesias –con quien no se sienta desde el 9 de julio– y rechazó la última propuesta que el líder de Unidas Podemos le hizo por teléfono: una coalición a prueba hasta la aprobación de los Presupuestos Generales. La creencia en Unidas Podemos es que Sánchez se vio forzado a plantear en julio la oferta de una vicepresidencia y tres ministerios para el grupo confederal, pero que ha renunciado a esa posibilidad porque ya tenía decidido ir de nuevo a las urnas por la posibilidad de aumentar el número de diputados. Iglesias le dejó claro que tras las nuevas elecciones volverá a reclamar una coalición y que esta vez no aceptará que le veten para formar parte del Consejo de Ministros.

A pesar de que en el PSOE cunde la preocupación ante la repetición electoral y sus consecuencias, la cúpula defiende que es mejor opción que un Gobierno “inestable” que pueda acabar en las urnas unos meses más tarde. Sánchez confía, además, que las fuerzas de derechas -especialmente el PP- se lo pongan más fácil tras unas elecciones en la que considera que reforzará su liderazgo, que el PP mejorará sin posibilidad de gobernar, que Ciudadanos se hundirá y que también Unidas Podemos bajará.

El PSOE ha apelado a la abstención de PP y Ciudadanos prácticamente desde la noche electoral. El intento ha sido en balde durante estos casi cinco meses, salvo en un giro de última hora de Albert Rivera, que abrió la puerta a su abstención si Sánchez le garantizaba unas condiciones sobre Catalunya, Navarra y en materia económica. Pablo Casado se desligó de esa propuesta y reiteró su 'no' al PSOE. Los socialistas vieron en ese viraje una artimaña “electoralista” y recordaron al líder de Ciudadanos que ya cumplen sus exigencias. 

Con ese panorama comenzó la segunda jornada de consultas del rey (también Sánchez llamó a los líderes de los principales partidos para conocer su “decisión final). El primero en ambos casos fue Iglesias, que insistió en la misma idea que el grupo confederal sostiene desde la campaña electoral de abril: apoyarían a Pedro Sánchez solo si este acepta un Gobierno de coalición. 

Así lo habían anunciado en los últimos días lo diferentes portavoces del grupo parlamentario. Y así se lo comunicaron el lunes al jefe del Estado los dirigentes que pasaron por la Zarzuela. Todos, excepto Alberto Garzón. El coordinador federal de IU se guardó el sentido del voto de sus cuatro diputados en el grupo ante la propuesta de Rivera. En conversación con los periodistas en la noche del lunes, Garzón adelantó que en si el PSOE y Ciudadanos alcanzaban un acuerdo habría que analizar su contenido. Y anticipaba una idea: ese pacto podía ser “veneno para las familias trabajadoras”.

Pablo Iglesias confirmaba el planteamiento a mediodía del martes, en una rueda de prensa en el Congreso tras conversar con Felipe VI. Para entonces, el cruce de cartas y declaraciones entre Sánchez y Rivera había echado por tierra la opción de repetir el entendimiento de 2016. Con todo, Iglesias advertía que había informado al jefe del Estado de que si se producía ese acuerdo “el grupo confederal lo examinará y en función de eso decidirá su voto o hará consultas a la militancia”.

Rivera, que tachó de “tomadura de pelo” la respuesta que por escrito dio Sánchez a sus condiciones, le dijo al jefe del Estado que aún había margen para una “rectificación” del presidente en funciones. “Solo hay una persona que es el que puede decir si quiere una solución, si quiere cerrar un acuerdo con populistas y separatistas o prefiere hacerlo con los constitucionalistas”, expresó en una rueda de prensa tras acudir a Zarzuela: “Aún estamos a tiempo de que Sánchez rectifique, o que diga si de lo contrario prefiere tirar la toalla e ir a elecciones”.

También Pablo Casado culpó a Sánchez de la situación -“el único responsable si hay elecciones es Pedro Sánchez”, expresó- y reiteró su negativa a facilitar la investidura: “Sánchez y el PSOE nos merecen todo nuestro respecto, pero su candidatura y su proyecto no merecen nuestra confianza”. “Creo que la investidura que supuestamente ha intentado Sánchez es ya la historia de un gran fracaso”, dijo el líder del PP, que llegó a comprender la posición que ha mantenido Unidas Podemos durante este tiempo.

El líder socialista activó claramente su mensaje electoral al atacar a izquierda y derecha por el bloqueo y solicitar el apoyo mayoritario de las urnas. “Los españoles lo que han visto es que Unidas Podemos ha bloqueado la formación de Gobierno. Espero que esa mayoría parlamentaria se la den al PSOE para que no haya mas bloqueos a partir del 10 de noviembre”.

El lunes las Cortes se disolverán de manera automática y los partidos entrarán formalmente en la precampaña de las cuartas elecciones desde diciembre de 2015. El modo electoral ya está en marcha.

Con información de Aitor Riveiro, Iñigo Aduriz y Carmen Moraga.

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