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Podemos empieza de cero la campaña en Extremadura, las dos Castillas, La Rioja y Cantabria

Secretarios autonómicos y dirigentes de Podemos, frente a la dirección durante el último Consejo Ciudadano, tras la ruptura de Errejón.

Aitor Riveiro

Una semana después de las elecciones generales del 28 de abril los partidos se lanzan ya a la siguiente carrera hacia las urnas. El 26 de mayo los españoles afrontarán las europeas, municipales y autonómicas que decidirán 12 gobiernos regionales y más de 8.000 en ayuntamientos. La cita será una suerte de segunda vuelta de las estatales. Hasta entonces, Pedro Sánchez intentará mantener el misterio sobre las alianzas que buscará en el Congreso para ser investido presidente. Uno de sus potenciales socios, Podemos, sale del 28A con la sensación de que ha sobrevivido a un envite muy difícil. Y afronta desde este lunes, con una reunión de su principal órgano entre asambleas, un reto más complicado, el 26M, tras haber perdido representación parlamentaria de cinco comunidades y dejarse en total 29 escaños y 1,5 millones de votos.

Uno de los principales logros de Podemos en 2015 y, ya como Unidos Podemos, en 2016 fue haber conseguido diputados en todas las Comunidades Autónomas españolas. La penetración del partido en provincias que tradicionalmente se habían repartido PP y PSOE, los principales beneficiados del sistema electoral español desde la Transición, le permitió lograr los 69 diputados del 20D y los 71 (ya con IU) del 26J.

En 2019 ese papel lo ha ocupado Ciudadanos, aunque con menor representación que la lograda por Pablo Iglesias en el pasado. Unidas Podemos y la confluencia catalana, además, han obtenido mejor resultado que los de Albert Rivera hace tres años y mantiene su intención de hacer valer su peso en un hipotético apoyo al PSOE en el Congreso. Lo dijo Iglesias en la noche electoral, Enrique Santiago el lunes 29 y lo reiteró Irene Montero el martes 30.

Con todo, Unidas Podemos se ha quedado sin representación parlamentaria estatal en cinco comunidades autónomas de la llamada España vacía. O vaciada, como la han denominado en campaña. Son Extremadura (donde se han dejado 18.000 votos y un diputado); Castilla-La Mancha (44.000 votos y dos diputados), Castilla y León (69.000 votos y tres diputados), La Rioja (7.000 votos y un diputado) y Cantabria (23.000 votos y un diputado).

En todas, Unidas Podemos se quedó a las puertas de obtener al menos un escaño. En 11 provincias la coalición que integra a Podemos, IU y Equo fue el partido más votado que se quedó sin escaño. Siete de ellas están en esas comunidades sin representación para los de Pablo Iglesias. El partido ha aguantado mejor en las zonas del arco mediterráneo, aunque en todas se ha producido pérdida de votos. En Catalunya y Baleares, por ejemplo, se ha pasado de ser la primera fuerza a la tercera y segunda, respectivamente.



Podemos ha sido desde su nacimiento un proyecto de marcado carácter estatal y son las elecciones de este ámbito las que mejor se le suelen dar al partido. En 2015 logró penetrar en todos los parlamentos autonómicos, pero se quedó lejos de posiciones de gobierno. En lugares como la Comunitat Valenciana, el voto dual (compartido con Compromís) produce a veces distorsiones entre los procesos regionales y los estatales. Se ha visto este 28 de abril, cuando han coincidido ambas convocatorias por primera vez. Podemos ha sido más votado en las estatales mientras Compromís lo ha sido en las autonómicas

Tampoco logró hace ahora cuatro años una posición determinante en las catalans. Pero ese mismo año, el 20 de diciembre, entró en el Congreso, junto a las confluencias, con cinco millones de votos y 69 diputados.

Sin encuestas que recojan las expectativas de voto de cara al 26M, y sin conocer la incidencia que tendrá el resultado de las generales del 28 de abril, resulta complicado aventurar qué puede ocurrir en cada lugar, pero los dirigentes autonómicos de Podemos ya comienzan a reclamar en alto que se revise la estrategia.

“Nos tiene que hacer pensar que en estas comunidades [en referencia a la suya, Extremadura y Castilla y León] la derecha ha sido hegemónica pese a su división”, señalaba el secretario general de Castilla-La Mancha, José García Molina, el pasado 29 de abril. El dirigente fue el primer diputado de Podemos que entró en un Gobierno de coalición con el PSOE, rompiendo la estrategia marcada por el partido en 2015 de aupar a los socialistas frente al PP en las regiones donde esto fuera posible, pero sin ejecutivos de coalición.

García Molina ha sido vicepresidente junto a Emiliano García-Page algo menos de media legislatura y ha puesto en marcha el llamado Ingreso Mínimo de Solidaridad, destinado a hogares de rentas bajas. Pero los electores no parecen haberlo valorado a la hora de determinar su voto, al menos en las pasadas generales.

En Castilla y León, el líder regional de Podemos, Pablo Fernández, señalaba que los resultados del 28 habían sido “decepcionantes”. Y señalaba como factor al discurso que Podemos tiene sobre Catalunya.

Las expectativas de voto de Podemos y sus aliados comenzaron a caer con más fuerzas a finales de 2017, coincidiendo con el el auge del proceso independentista. Un años después, en diciembre de 2018, las elecciones andaluzas supusieron un fuerte rapapolvo para el PSOE de Susana Díaz que no supo o no pudo recoger la Adelante Andalucía de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo.

Este lunes 6 se mayo se reúne el principal órgano de Podemos entre asambleas, el Consejo Ciudadano Estatal, del que son miembros natos los secretarios generales autonómicos y al que han sido invitados los diputados electos. La cita servirá para hacer“un análisis global de la situación política” tras el 28A, para “compartir información para afrontar las elecciones europeas, autonómicas y municipales” e impulsar, según fuentes del partido, la campaña electoral.

La idea fuerza volverá a ser la que esgrimió Podemos durante los recientes comicios: cuanta más fuerza tengan, sostienen, más probable será un acuerdo con el PSOE que garantice un gobierno progresista. Así lo confirman a eldiario.es desde Podemos: “Para la estabilidad habrá que hacer pactos entre fuerzas políticas diferentes, en el Estado, autonomías y municipios. Así han votado los españoles”.

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