La producción de opio en Afganistán rompe récords y crece un 87 % en 2017

La producción de opio en Afganistán creció un 87 % durante 2017 hasta alcanzar un volumen estimado de 9.000 toneladas, una cifra récord que se vio acompañada por un incremento del 63 % de la superficie dedicada al cultivo de adormidera, según un informe del Gobierno afgano y la ONU presentado hoy en Kabul.

De acuerdo con el “Estudio de Opio en Afganistán 2017”, alrededor de 328.000 hectáreas fueron dedicadas este año al cultivo estacional de la adormidera que se produce entre febrero y junio en el país asiático, principal productor mundial de opio.

“Este nivel de cultivo de opio es un nuevo récord”, afirmó en Kabul Mark Colhoun, director en Afganistán de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), organismo que redactó el estudio en colaboración con el Ministerio afgano de Antinarcóticos.

En lo relativo a la superficie de cultivo, la “nueva cifra récord” supera en un 46 % el último máximo histórico de 224.000 hectáreas en 2014, de acuerdo con el “Estudio de Opio en Afganistán 2017” presentado en la capital afgana.

Colhoun alertó de que para hacer frente a estas “actividades ilícitas” debe ponerse el foco en “todo el negocio de la droga” y esto debe hacerse en colaboración con “expertos y actores internacionales, ya que la mayoría de los fondos provenientes del tráfico de drogas no están localizados en Afganistán”.

El “fuerte incremento” de la producción de adormidera en todas las provincias afganas está encabezado un año más por Helmand, en el sur del país.

Allí la superficie dedicada a este cultivo ha aumentado el 79 %, hasta las 63.700 hectáreas, lo que representa casi la mitad del aumento total en 2017, alcanzando una superficie de 144.018 hectáreas.

Helmand, con el 44 % de la superficie cultivada de adormidera en el país, está seguida por la provincia también meridional de Kandahar, y cuna del movimiento talibán, con un total de 28.010 hectáreas y un aumento del 37 % respecto al año anterior.

El 60 % del cultivo de opio se concentra en el sur del país, tradicionalmente la principal zona de dominio insurgente, con un 60 %, mientras que en el oeste del país se concentró el 17 %, en el norte 13 % y en el este el 7 %.

De acuerdo con el informe, también creció el tamaño de la cosecha recolectada por hectárea, 27,3 kilogramos, frente a los 24 kilos de 2016.

“Las drogas son la principal fuente de financiación de los talibanes y el terrorismo internacional y alimentan la inseguridad y la insurgencia en el país”, aseguró al respecto en la rueda de prensa el viceministro afgano de Antinarcóticos, Javid Ahmad Qayam.

El viceministro dijo que “la falta de recursos es el principal reto en la lucha antinarcóticos, y Afganistán sola no puede proveer esos recursos”.

Agregó que es necesaria la “colaboración de países de la región” para hacer frente al narcotráfico.

La erradicación, no obstante, aunque aumentó de las 350 hectáreas de 2016 a las 750 de este año, aún está muy por debajo de las 3.760 hectáreas destruidas en 2015, una falta de efectividad que se debe sobre todo al incremento de la inestabilidad en el país.

Entonces, en 2015, el país registró su primer descenso en la producción de esta droga en cinco años, con unas 183.000 hectáreas cultivadas con este fin, aunque en 2014 había registrado un aumento récord hasta las 224.000 hectáreas.

Afganistán es el principal productor de adormidera del mundo y en 2012 el 75 % de la heroína mundial procedía de este país, en el que según datos de la ONU los ingresos que genera el opio financian el 15 % de las actividades de los talibanes.