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Podemos se propone negociar directamente los Presupuestos con el PSOE y al margen de Sumar

La diputada y líder de Podemos, Ione Belarra, este jueves, en el Congreso.

Alberto Ortiz

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Apenas han pasado unos días desde la conformación del nuevo Gobierno de coalición y Podemos ya ha comenzado a mostrar las cartas de la relación que mantendrá con Sumar y el PSOE durante la legislatura. El partido piensa defender su “total autonomía política y parlamentaria”, tal y como ha asegurado su secretaria general, Ione Belarra, este jueves en rueda de prensa. Una de las primeras votaciones donde podrían poner a prueba la cohesión interna del grupo parlamentario serán los Presupuestos Generales del Estado de 2024 que el Ejecutivo ya está preparando. 

Podemos ya había anunciado que no sentiría como propias las medidas del Gobierno si finalmente no se hacía con una cartera. Las relaciones están rotas entre el partido y el proyecto de Yolanda Díaz. Aunque sigue formando parte del grupo parlamentario de Sumar, la formación de Ione Belarra aprobó recientemente una hoja de ruta para desconectarse políticamente de la coalición, una estrategia que toma ahora mayor forma con sus dirigentes fuera del Consejo de Ministros. “A partir de ahora, quien quiera los votos de Podemos tendrá que negociar con Podemos”, ha advertido Belarra en una entrevista este viernes.

Ese distanciamiento puede cristalizar en la negociación de los Presupuestos. La tramitación de las cuentas públicas acaba de empezar. El Consejo de Ministros aprobó este miércoles una orden para arrancar su preparación. El Gobierno quiere que lleguen al Congreso lo antes posible, aunque todavía queda tiempo. Y aunque la posición de los cinco diputados de Podemos dependerá en gran medida del contenido del proyecto, el partido de Belarra pretende hablar directamente con el PSOE cuando llegue la instancia parlamentaria. 

El Gobierno no contaría de entrada con 152 votos (los 121 del PSOE y los 31 de Sumar); sino con cinco menos, 147. La aritmética parlamentaria salida de las urnas el 23J deja un escenario muy ajustado para la coalición progresista en el Congreso, tal y como se comprobó en las negociaciones de la Mesa y, después, de la investidura. 

El nuevo bloque con el que Pedro Sánchez pretende sacar las leyes adelante está apoyado en ERC y Junts (que tienen siete diputados cada uno); EH Bildu, con seis; PNV, con cinco; y el BNG, con 1. Suman en total 178, que podrían ser 179 con Coalición Canaria, como en la votación de investidura. Pero en ese ajustado escenario Podemos, simplemente con la abstención de sus cinco diputados, puede hacer caer las leyes que necesiten mayoría absoluta. Y si se sitúa en el 'no', también las iniciativas que requieran más síes que noes, como los PGE. 

Preguntada por esta cuestión en rueda de prensa, Belarra aseguró que dieron su apoyo “gratis” a la investidura pero que a partir de ahora utilizarán “su autonomía política” para seguir “profundizando las transformaciones sociales” con su “voto” y su “voz”. “Los inscritos y las inscritas de Podemos, más de 30.000, votaron a favor de que despleguemos totalmente nuestra autonomía política”, dijo la líder del partido, que insistió, como repite desde hace días, en que el PSOE “ha cometido un gran error rompiendo el bloque democrático y echando a Podemos del gobierno”.

En el partido no creen que esa autonomía se deba manifestar necesariamente con un voto negativo o con una dura negociación con el PSOE para los presupuestos, pero reclaman tener un peso propio al margen de Sumar en esas negociaciones, a pesar de que forman parte del mismo grupo parlamentario, al que pertenecen por el acuerdo que firmaron para concurrir juntos a las elecciones del 23 de julio. 

No se trata, dicen, de una ley en concreto, sino de garantizar que las leyes del Gobierno sean realmente “transformadoras”. En Podemos cuentan con que los socialistas tratarán de evitar una interlocución directa con ellos y opten por negociar con Sumar en bloque, tal y como ocurrió con las negociaciones para el Gobierno. Pero esta, dicen, es una situación diferente y no una votación de investidura. “La primera vez que caiga una ley que viene del Gobierno veremos si luego se sientan a la mesa”, dice un dirigente del partido. 

El PSOE asegura que seguirá las negociaciones a través de los cauces normales, esto es, primará la interlocución con la coalición de Yolanda Díaz, pero fuentes del grupo parlamentario no descartan conversaciones directas con Podemos si las posiciones se enrocan.

Sumar busca establecer disciplina de voto

La portavoz de Sumar en el Congreso, Marta Lois, afeó este jueves el tono de Belarra. En rueda de prensa, defendió la “cohesión” del grupo y devolvió la pelota al tejado de la exministra: “Es Podemos el que está haciendo declaraciones sobre votar diferente al grupo parlamentario. Habrá que preguntarles a ellos cómo entienden entonces formar parte o no del grupo parlamentario de Sumar”, dijo. 

Sumar trabaja desde hace meses en la elaboración de un reglamento para regular el funcionamiento interno del grupo parlamentario, que espera tener listo pronto, antes de que comience el calendario de sesiones en diciembre y vuelva la actividad normal al Congreso. Y dentro de ese texto, que se negocia entre los diferentes partidos de la coalición, la dirección quiere introducir algún tipo de sanción cuando los diputados se salten la disciplina de voto, una fórmula habitual en los grupos. 

La idea es que el grupo pueda debatir internamente las divergencias entre los diferentes partidos que forman la alianza. El grupo, dijo Lois este jueves, “debe funcionar cohesionado”. “Discutimos en nuestros órganos internos las posiciones y vamos a seguir así”, dijo. En el pasado, cuando funcionaba Unidas Podemos, ya hubo casos en los que los partidos de la coalición votaron de forma diferente. En la pasada legislatura, los comuns solicitaron libertad de voto en una proposición de ley del PSOE sobre prostitución. El grupo también votó dividido en el debate sobre la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN: Podemos se abstuvo y los diputados de Izquierda Unida (excepto Alberto Garzón) votaron en contra.

En Sumar defienden que esas controversias se pueden dirimir internamente. Fuentes de la dirección del grupo alegan que Podemos busca no tanto marcar sus diferencias ideológicas con las posiciones de Díaz sino “tensionar” el resto del grupo como estrategia política.

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