Los puentes que tiende Duran
En el mitin central de CiU en Barcelona, once días antes de las elecciones, Josep Antoni Duran i Lleida bromeó con Artur Mas. Si iba a tener un Estado propio, por fin él sería ministro. Lo dejó caer con sorna: “No puede ser esto de Trias alcalde, Mas presidente y Duran ... independiente”. Fue una broma, pero Mª Dolores de Cospedal la recogió ayer y se la mandó de vuelta al portavoz de CiU en el Congreso. “Quizás ya no quiere ser ministro de Exteriores en Cataluña. Me parece bien” dijo con una gran sonrisa.
La gracia de la secretaria general del PP vino a cuenta de la buena disposición de Duran para que CiU y el gobierno de Mariano Rajoy vuelvan a acercarse. Después de quedarse en el Parlament con 50 escaños, las cosas no se ven igual desde Convergència que desde Unió. Artur Mas volvió enseguida la cabeza hacia ERC y, en menor medida, al PSC. El presidente del Consell de Unió Democràtica de Catalunya, Ramón Espadaler, hablaba de “rehacer los puentes” con todos los partidos e incluía al PP. ERC inquieta mucho a los de Unió.
Cuando los políticos convergentes oyeron hablar de puentes, opinaron desde su twitter. Los más tranquilos recomendaron “respirar y contar hasta 10”. Fue el caso del secretario de Organización de Convergència. El alcalde de Girona dijo “¿Puentes? Sí, pero de plata”. Por su parte, Cospedal sigue animando el ambiente y resumiendo su análisis de las elecciones catalanas en que CiU debe abandonar el soberanismo y volver al pragmatismo. Siempre que insiste en este mensaje, saca a relucir el Fondo de Liquidez y la ayuda que Rajoy “seguirá prestando a Cataluña como al resto de autonomías”.
La escena del borrador policial
En el otro lado, la condición de Oriol Junqueras sigue siendo volar los puentes con la derecha española por los aires. Con la fuerza que da doblar el número diputados y quedar segundo, Junqueras exige a Mas que deshaga los acuerdos con el PP en Cataluña. Pero Duran tiene que seguir haciendo su trabajo en Madrid, así que en la última sesión de control al Gobierno, preguntó a Mariano Rajoy en el Congreso sobre el famoso borrador policial que apunta a Mas, a los Pujol y a su posible fortuna en Suiza.
La escena fue como la seda. La diplomacia de Duran se puso en marcha y ni siquiera leyó en voz alta la pregunta. La dio por formulada y se ahorró el trago. En realidad se había quedado vieja porque las preguntas en el Congreso se registran con antelación y ya habían hablado de la cuestión en privado. Rajoy dijo no tener nada que ver con “ataques a Cataluña” ni con “cloacas del Estado”. Duran se dio por satisfecho.
Aun así, ha tenido que calmar las aguas en Cataluña y matizar que no concibe un pacto de gobierno que no pase por ERC o por los socialistas. Pero una cosa es pactar y otra dialogar y a eso sigue dispuesto. Este fin de semana, Unió ha pedido a las bases de su partido que no se dejen arrastrar por la deriva soberanista, Sánchez Camacho le ha vuelto a pedir que ponga seny dentro “de la cúpula radical” de Convergència.
Enfadado por la actitud de Duran, el alcalde de Vic acaba de anunciar que se da de baja de Unió pero que seguirá al frente del ayuntamiento más importante que gobierna el partido. Perteneciente al ala más soberanista de Unió, Josep Maria Vila d'Abadal ya retó a Duran por el poder y ahora se siente más cerca de Convergència que de Unió.