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El temor a quedar atrás respecto de la UE motivó el giro de Sánchez sobre el envío de armas a Ucrania

Pedro Sánchez llega al Congreso junto al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y el portavoz socialista, Héctor Gómez.

Irene Castro / Iñigo Aduriz

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La invasión rusa de Ucrania ha generado una importante tensión en el Gobierno de coalición por el viraje de Pedro Sánchez en apenas 24 horas en las que ha pasado de defender la canalización del envío de armas exclusivamente a través de un fondo de la UE a anunciar que España pondrá armamento a disposición de Volodímir Zelenski de forma bilateral. La primera postura fue acordada con el socio minoritario y la segunda, decidida de manera unilateral por el ala socialista del Gobierno el martes por la tarde, un rato después de haber defendido con vehemencia la posición inicial en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. 

En las horas que pasaron desde que Sánchez descartó enviar “material ofensivo” al margen de la UE, como había pactado con Yolanda Díaz y Ione Belarra, y el anuncio contrario en el Congreso se produjo un goteo decisiones de países europeos manifestando su voluntad de armar a los ucranianos en su defensa frente a Vladimir Putin. Aun así, el Gobierno rechazó rotundamente unirse a ese ‘club’ el martes, pero el miércoles ya tiene claro que el viernes dos aviones del Ejército del Aire saldrán con dirección a la frontera de Ucrania y Polonia cargados con 1.370 lanzagranadas contra carros, 700.000 cartuchos para fusiles y ametralladoras, así como ametralladoras ligeras.

En Moncloa habían defendido que era “coherente” la decisión de no enviar armamento de forma bilateral, como finalmente se va a hacer, con la línea que mantuvieron los países europeos respecto a la compra centralizada de vacunas o a medidas como el cierre del espacio aéreo, obviando que el material humanitario y defensivo sí se había mandado de forma unilateral, como recordó Sánchez este miércoles en el Congreso. Hasta ese momento, el Ejecutivo sostenía que los 40 millones de aportación española al fondo europeo de Apoyo a la Paz -que en total destinará 500 millones a Ucrania- eran suficientes. “Lo que está dando fuerza es la acción coordinada”, afirmaban en el Gobierno para justificar la limitación del envío al fondo europeo. 

Sin embargo, en el seno del Gobierno había voces que apostaban por sumarse al resto de países del entorno. Uno de los que estaba en esa posición era el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que fue quien comunicó a la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, el cambio de posición que Sánchez anunciaría en el Congreso. Sánchez se encargó de hablar con Yolanda Díaz. El presidente preparó su intervención de este miércoles con la ministra de Defensa, Margarita Robles. Fue ella la que avanzó que Sánchez anunciaría “medidas continuas”. “Como tienen que entender, los acontecimientos evolucionan por horas”, expresó en El Objetivo (La Sexta). 

“Era quedarnos con Hungría, Bulgaria y poco más”, reconocen fuentes gubernamentales, aunque en Moncloa niegan que recibieran presión de otros líderes europeos. Entre los países que rechazan el envío de material fuera del fondo europeo están Hungría, Austria, Irlanda, Bulgaria, Chipre y Malta. Uno de los argumentos que esgrimen en el ala socialista y que Sánchez hizo suyo este miércoles para justificar el cambio de postura es que hasta Suecia y Finlandia habían roto su política de neutralidad al enviar armamento.

El presidente, en cambio, ha justificado el viraje en la exigencia que habían manifestado otros partidos, concretamente el PP. Primero sostuvo que considera que la respuesta “adecuada” es canalizar la entrega de armamento a través del fondo europeo para rematar: “Pero como veo que hay grupos que ponen en cuestión el compromiso del Gobierno de España a este respecto, y para mí y para el Gobierno de España es tan importante y tan fundamental la unidad de todos, quiero anunciarles también que España entregará a la resistencia ucraniana material militar ofensivo”. “Les escuché. Y revisamos esa posición para que no hubiera ninguna duda ninguna duda de dónde está España”, agregó casi al finalizar el Pleno dirigiéndose a la bancada popular.

El PP, inmerso en su propia crisis interna, había hurgado en la herida del Gobierno al advertir a Sánchez de que “no debe esconderse detrás de la UE por los problemas internos”, en palabras de la coordinadora general, Cuca Gamarra. El exportavoz del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, subió el tono al hablar de “vergüenza de Europa” acompañando sus palabras del mapa que dibujaba el aislamiento de España respecto al resto de países europeos que sí habían anunciado envíos bilaterales de armas. “¿Almeida en nombre de quién habla?”, fue entonces la respuesta irónica de Moncloa, que restaba importancia a la posición del PP y negaba una brecha dentro de la coalición. Fuentes gubernamentales reconocen que la presión del principal partido de la oposición no ha sido excesiva.

Pero mientras la canalización del envío de armamento a través de la UE salvaba al Gobierno de un nuevo conflicto interno, el anuncio de Sánchez ha reavivado la tensión. Fuentes de Unidas Podemos explican a elDiario.es que Sánchez acordó a principios de la semana la postura que iba a mantener España respecto al envío de materiales a Ucrania tanto con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, como con la titular de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra. El posicionamiento, explican desde la formación confederal, fue que la contribución española iba a ser “estrictamente humanitaria”, por lo que tanto Belarra como Díaz aceptaron que se enviara material sanitario y suministros para la población ucraniana víctima de la invasión rusa. 

Desde la dirección de Unidas Podemos alabaron de hecho desde el lunes la “cohesión” y la “coordinación” existente entre los dos socios de la coalición respecto a Ucrania, pese a que sí se vislumbraron algunas discrepancias el lunes, cuando el portavoz de Podemos Javier Sánchez Serna criticó abiertamente que la UE fuera a enviar armas letales, tal y como anunció el domingo el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. Pese a esta diferencia que, según apuntan las fuentes consultadas, se refería más al papel de la UE que al de España, en cuanto a la postura estatal “en clave humanitaria” se mantuvo el consenso entre las dos partes del Gobierno. 

División y enfado en Unidas Podemos

Todo cambió el martes por la tarde cuando desde la parte socialista del Ejecutivo se comunicó a la de Unidas Podemos que Sánchez, en su discurso de este miércoles en el Congreso, tenía pensado anunciar el envío bilateral de armas letales a Ucrania. El entorno de la vicepresidenta asegura que solo se trató del anuncio por parte de Sánchez y que no se consensuó ese posicionamiento a pesar de que este miércoles Díaz sí cerró filas con el presidente del Gobierno. 

“Cuenta con todo nuestro apoyo” aseguró Díaz en los pasillos del Congreso, al ser preguntada por el giro de Sánchez. Antes de entrar en el Pleno, la vicepresidenta, que ya sabía que el presidente iba a realizar ese anuncio, aseguró: “Todas las medidas para parar esta guerra van a ser compartidas por el Gobierno”. A ella se sumaron otros dirigentes del grupo confederal como el presidente de Unidas Podemos en la Cámara Baja, Jaume Asens, o el ministro de Universidades, Joan Subirats, que también respaldaron de forma pública el anuncio de Sánchez.

Pero ese envío de armas a Ucrania evidenciaba este miércoles una nueva brecha interna en el grupo confederal porque, a diferencia de Díaz, Ione Belarra, la ministra de Igualdad, Irene Montero, y el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, se mostraron en contra de ese giro en la política hacia Ucrania que hasta este martes había sido consensuada con la parte socialista del Ejecutivo. Estos tres dirigentes están muy molestos con el anuncio de Sánchez porque cuando el Gobierno les consultó al respecto, el martes por la tarde, le pidieron que no lo realizara, al no compartirlo y considerar que la postura de España debe apostar exclusivamente por vías pacíficas para poner fin al conflicto. Sienten, además, que se ha incumplido un acuerdo.

“Esta no es la medida más eficaz para que el conflicto acabe cuanto antes”, aseguraba Belarra en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Congreso. A su juicio, una “escalada bélica” puede incluso llevar a “un escenario incierto de guerra mundial”. Por eso criticó también que Sánchez, en su discurso en el Pleno de la Cámara Baja, no hiciera mención a las vías diplomáticas que sí generan consenso en la coalición.

“Con toda la lealtad y respeto, el envío de armas, lo haga España o lo haga otro país, es un error porque no es eficaz para acabar con el conflicto”, añadía después, durante su intervención en el Pleno del Congreso, el portavoz de Unidas Podemos en la Cámara Baja, Pablo Echenique. “Distintos militares nos han dicho en privado que armar a la población civil no va a acabar con el conflicto”, apuntaba.

En el ala socialista del Gobierno defienden ahora que hay que incrementar el envío de armas porque Putin está “masacrando” a la población civil ucraniana. Y, aunque son conscientes del enfado del socio minoritario, insisten en que “la coalición no se ve afectada”. Sánchez trató de hacer un mensaje conciliador al mostrarse comprensivo con los “matices”, pese a que cree que Unidas Podemos “se equivoca”. “Todos estamos en lo mismo. Estamos en la repulsa unitaria a lo que está haciendo Putin”, sentenció.

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