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El envío de armas a Ucrania a través de la UE salva al Gobierno de un nuevo conflicto interno

Reunión del Consejo de Ministros en una imagen de archivo.

Irene Castro / Iñigo Aduriz

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La escalada de la tensión en la frontera este de Europa hace unas semanas provocó un conato de crisis en el seno del Gobierno de coalición. Los ministros de Unidas Podemos, salvo la vicepresidenta Yolanda Díaz, cargaron contra los “aspavientos belicistas” que veían en el PSOE y, en especial, en la ministra de Defensa, Margarita Robles, por el envío de buques y cazas al Mar Negro, a pesar de que estaban comprometidos en las misiones internacionales en las que participa España y que se adelantaron por mandato de la OTAN. Ahora, con la guerra declarada con la invasión de Vladímir Putin a Ucrania, Pedro Sánchez se está moviendo en el marco de lo que va decidiendo la UE y eso le está salvando de tener problemas dentro de la coalición. 

La estrategia de Moncloa es meditadamente ambigua. “España va a enviar armas directamente a Ucrania”, sentenció la portavoz, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros antes de matizar: “Lo haremos dentro del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz”. Es decir, el Gobierno participará de un instrumento común en consonancia con la decisión tomada por los 27 este fin de semana, pero no dotará de armas a Ucrania como están haciendo la mayoría de países del entorno, que financiarán a Volodímir Zelenski a través del fondo común, pero también proveerán de material bélico de manera bilateral. 

El Gobierno estima que la participación de España será de 40 millones de euros ya que del fondo de cerca de 5.000 millones del que dispone la UE, Bruselas destinará 500 millones a Ucrania (450 millones para armamento y 50 para material defensivo). “España es coherente con la posición que ha mantenido y que mantiene en el caso de este conflicto de la fortaleza que nos aporta la Unión”, afirmó la portavoz. El argumento del Ejecutivo es que apuesta por las acciones conjuntas como sucedió con la compra de vacunas o incluso con las medidas adoptadas por la UE contra Rusia, como las sanciones o el cierre del espacio aéreo.

Moncloa insiste en que solo hay “una voz”

Pero la mayoría de países –que formaron parte de la compra concertada de vacunas– van a enviar material bélico por su cuenta y también se adelantaron en decisiones como la de prohibir el vuelo de compañías rusas en sus territorios. El propio Gobierno, que ahora se agarra a las palabras del Alto Representante de la UE, Josep Borrell, pidiendo a los estados no armar a Ucrania “país por país uno tras otro de forma descoordinada”, envió 20 toneladas de ayuda humanitaria y material defensivo al margen de los 27. 

De lo que huye el Gobierno es de que se hable de división o se atribuya a las distintas sensibilidades en la coalición la decisión de limitar el envío de armamento a un fondo ya preexistente. Ese es un asunto que en los días previos dejaron sin contestar Pedro Sánchez en RTVE y Margarita Robles en Telecinco. “El Gobierno tiene una única voz en esta cuestión”, trató de zanjar la portavoz. En Moncloa enmarcan en el ámbito partidista las distancias que marcó Podemos respecto a la decisión de la UE de destinar a armamento parte del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz. 

Unidas Podemos hace equilibrios para compaginar su discurso antibelicista con el apoyo a la postura del Gobierno y también de la Unión Europea. Fuentes de la formación confederal reconocen que su postura ante la guerra de Ucrania es “compleja”, si bien señalan que se sienten cómodos con la postura del Gobierno de no enviar armas directamente y de centrarse en hacer llegar a los ucranianos material humanitario. Existe, señalan, “sintonía” entre PSOE y Unidas Podemos y “ha habido comunicación y coordinación” entre los socios en todo momento, desde el inicio de la invasión.

La “prioridad”, insisten las fuentes consultadas, es “parar la guerra”, y desde la dirección de Unidas Podemos recalcan que los envíos acordados por el Gobierno, “siempre en clave humanitaria”, entran “dentro de lo tolerable”, a pesar de que incluye el fondo europeo que sí supondrá la financiación de material ofensivo.

Los equilibrios de Unidas Podemos

La formación confederal ha suavizado precisamente su postura respecto al anuncio realizado el domingo por el Alto Comisionado para las Relaciones Exteriores de la UE, Josep Borrell, acerca del envío de “armas letales” por parte de la UE a la resistencia ucraniana. El lunes, en rueda de prensa, el portavoz de Podemos y secretario de la Mesa del Congreso, Javier Sánchez Serna, se mostró radicalmente en contra. “No se puede hacer la guerra en nombre de la paz”, aseguró él, que alertó del riesgo de que la decisión de destinar 450 millones de fondos humanitarios a financiar el envío de armas letales pueda “aumentar la escalada bélica”. 

Desde la formación confederal aseguran ahora que ese discurso no es incompatible con apoyar al Gobierno, que sí ha respaldado ese envío de armas. Los portavoces de Unidas Podemos que comparecieron este martes evitaron de hecho realizar una crítica explícita o velada a la estrategia anunciada por Borrell y apoyada por unanimidad en el seno de la UE. Jaume Asens, presidente del grupo confederal en el Congreso, consideró que “cuando un país sufre una agresión por parte de otro, como es el caso de Ucrania con respecto a Rusia” tiene “derecho a defenderse militarmente”. “La defensa del pueblo ucraniano es legítima y nos parece legítimo que la UE le ayude”, añadía, tras remarcar que es necesario “poner el foco en Putin”, que “es el verdadero responsable” de la guerra en Ucrania. 

Tanto Asens como el diputado de En Comú Podem y secretario primero de la Mesa, Gerardo Pisarello, defendieron que las sanciones impuestas por la UE estén enfocadas en grandes grupos empresariales y políticos, y no en la ciudadanía. En caso de este último, si bien también reconoció el derecho de la ciudadanía ucraniana a defenderse, alertó también del riesgo de entrar en una “escalada militar”. “El militarismo del ojo por ojo nos puede dejar ciegos a todos”, señaló. Pisarello remarcó que la condena a la invasión es prácticamente “unánime” en la comunidad internacional y que la actitud de Rusia responde a su “noción trasnochada” de “nacionalismo panruso”.

No obstante, este mismo martes en la Eurocámara hubo disparidad de criterios en la votación concerniente a Ucrania. Podemos votó a favor. El eurodiputado de Miguel Urbán (de Anticapitalistas) votó en contra de la resolución que, entre otras cuestiones, plantea el recrudecimiento de las sanciones o la salida de Rusia del sistema SWIFT que ha apoyado el Gobierno. IU se abstuvo. 

En Moncloa mantienen que la voz del Gobierno es “única”, a pesar de esa discrepancia, lo que se evidencia, según dicen, en los posicionamientos de las principales cabezas visibles de Unidas Podemos en el Ejecutivo.

La que salió rápidamente a alinearse con la posición de Pedro Sánchez en la guerra de Ucrania fue la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz: “No son decisiones fáciles, pero el Gobierno está actuando con determinación para defender la paz tras este injusto ataque”. “Una vez lo consigamos, seguiremos apostando por la autonomía estratégica y energética europea, aprovechando la unidad de Europa mostrada estos días”, añadía Díaz a través de un mensaje publicado en su cuenta personal de Twitter. “Europa permanece unida frente a la invasión de Putin. Es momento de proteger inequívocamente al pueblo ucraniano. En medio de la incertidumbre, la ciudadanía exige a las instituciones una respuesta clara y solidaria. En eso estaré”, añadió.

Alberto Garzón se manifestó en la misma línea en otro mensaje en Twitter: “Rusia continúa su invasión y agresión imperialista sobre Ucrania, bombardeando y matando también civiles. El pueblo trabajador ucraniano necesita ahora toda nuestra solidaridad y apoyo. Esta invasión debe terminar y Rusia debe respetar la soberanía de Ucrania”, señaló él.

El PP hurga en la división

Sánchez aprovechó este lunes para pedir “unidad” al conjunto de las fuerzas políticas en la respuesta que “a nivel doméstico” se tenga que dar a la crisis que se derive de la guerra. Y ese será uno de los principales mensajes que lance en su comparecencia este miércoles en el Congreso. 

Por ahora Pablo Casado le mostró un apoyo que el presidente agradeció, pero no será él quien defienda la postura del PP en el Pleno extraordinario, sino Cuca Gamarra, la portavoz parlamentaria que ha asumido el poder en su dimisión en diferido. Y la dirección interina no parece querer dar tregua al Gobierno. “España tiene que estar a la altura de las circunstancias” en la crisis de Ucrania “y no debe esconderse detrás de la UE por los problemas internos”, advirtió: “Le decimos a Sánchez que aquí nos tiene para que España esté a la altura de las circunstancias”. “Ucrania representa los valores de Europa y de la libertad”, justificó, para zanjar: “Un país como España, si tiene un socio de Gobierno que limita las posibilidades de acción, el presidente la capacidad de acción para elegir otros socios, aquí está el PP”, informa Aitor Riveiro.

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