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Transparencia financiera, ética y honradez: los discursos de Juan Carlos I mientras retiraba 100.000 euros al mes de Suiza

El rey emérito en una imagen de archivo

Laura Galaup

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24 de diciembre de 2009. Juan Carlos I, todavía rey de España, realizó el tradicional discurso de Navidad ante un país, que como él mismo reconocía, estaba sumido en una grave crisis económica con “varios millones de personas, angustiadas no solo por la pérdida de ingresos, sino por la falta de horizontes en sus vidas laborales y personales”. Esa Nochebuena, minutos antes de que empezasen las cenas familiares, el monarca emplazó a la sociedad española a seguir trabajando “para que prime la fraternidad sobre las desavenencias, la confianza sobre el recelo, el bien colectivo sobre los egoísmos particulares, y para que la honradez sea regla inexcusable de conducta”.

Los argumentos recogidos en los discursos del monarca emérito se vuelven a analizar ahora con otra perspectiva. Sus palabras sobre rectitud, ética, interés general, transparencia financiera o sentido de la Justicia, chirrían tras conocerse los detalles de la investigación abierta por el fiscal del cantón de Ginebra Yves Bertossa Bertossa para esclarecer el presunto origen lícito de los 65 millones de euros (100 millones de dólares entonces) que el rey emérito recibió en 2008, y que estaban depositados en una cuenta abierta en el banco helvético Mirabaud a nombre de la fundación panameña Lucum, vinculada a Juan Carlos I y en la que Felipe VI aparecía como segundo beneficiario.

El 2 de febrero de 2010, el mismo monarca que había pedido en Nochebuena ejemplaridad a sus ciudadanos retiraba 250.000 euros de la cuenta suiza, según ha publicado El Confidencial. En total, se produjeron más de una decena de “disposiciones de efectivo” entre 2008 y 2012, que no fueron declaradas a Hacienda y que oscilaron en torno a 100.000 euros mensuales, de acuerdo a la información revelada por ese medio. 

A pesar de que el ingreso inicial se produjo en 2008, no fue hasta 2009 cuando el monarca emérito empezó a realizar transacciones con el concepto de “gastos personales”. Durante los siguientes cuatro años, hasta 2012, las únicas transferencias que entraron fueron la donación millonaria de Arabia Saudí y otro ingreso del rey de Bahréin, Hamad bin Isa Al Khalifa, de 1,9 millones de dólares, según los datos aportados El Confidencial

Las operaciones bancarias ahora conocidas coincidieron con el inicio de la recesión económica, que en España tocó techo en 2013, cuando la tasa de paro alcanzó casi el 27% y dejó a 6.278.200 personas en desempleo. Durante los años en los que el monarca recurrió al dinero depositado en el banco helvético para completar la asignación percibida del Estado, las alusiones a la precaria situación en la que se encontraba gran parte de la sociedad española fueron constantes. Por ejemplo, en la nochebuena de 2008, pedía a la ciudadanía que fuese solidaria “con los más desfavorecidos y vulnerables, atendiendo a las necesidades sociales y asistenciales, así como a las derivadas de la conciliación laboral y familiar”. 

“Una crisis que explica los esfuerzos de nuestras autoridades nacionales, europeas e internacionales por corregir desajustes y adoptar medidas que, con el diálogo y la colaboración de nuestros agentes económicos y sociales, deben centrarse en recuperar la confianza”, añadía. En su ejercicio público como jefe de Estado abogaba por vencer “problemas y dificultades” actuando con “con realismo, rigor, ética y mucho esfuerzo”, “anteponiendo siempre el interés general sobre el particular, buscando acuerdos y soluciones con generosidad, responsabilidad y amplitud de miras”, llegó a señalar.

El discurso en el que el monarca hablaba de ética y de primar el bien común sobre el individual, se celebró meses después de que se produjese la presunta donación de 100 millones de dólares procedente de Arabia Saudí. La transferencia se realizó siete días después de que el BOE publicara un acuerdo estratégico de colaboración con Riad, tal y como adelantó El Confidencial. Entre los argumentos que Juan Carlos I lanzó esas navidades a sus espectadores, abogó por “disponer de reglas internacionales más eficaces para reforzar la estabilidad, supervisión y transparencia del sector financiero en un nuevo entorno globalizado”.

Movimientos bancarios mientras estaba de visita de Estado en Suiza

En la misma línea se manifestó en un brindis que realizó el 12 mayo del 2011 en la ciudad suiza de Berna, en el que aseguró ante el Consejo Federal de Suiza que el Estado estaba comprometido “con la superación de la crisis económica, así como con el reforzamiento del sistema financiero y económico global”. El 13 de mayo, un día después de ese discurso y mientras continuaba la visita de Estado en el país helvético, sacó 250.000 euros de la cuenta del banco Mirabaud. “El montante retirado será utilizado para uso personal del beneficiario, según sus necesidades”, anotó el empleado de la entidad suiza, según recoge el medio que ha desvelado estos movimientos. Ese mismo día Juan Carlos I estuvo en Laussane atendiendo a la “colectividad española” en Suiza, tal y como recoge la agenda de la Casa Real, reconociendo a los expatriados y a sus familias que proyectan “una imagen dinámica de España como excelente fruto” de su trabajo.

Diez días después les pedía a los alumnos que habían alcanzado la promoción de la carrera judicial que ejercieran su función con “esmero” y “entrega”. “Debéis actuar con prudencia, rigor y recto sentido de la Justicia”, apuntó. Casi una década después de pedir ejemplaridad a los magistrados y fiscales más jóvenes, su actividad durante aquellos años está bajo la lupa del Ministerio Público. La Fiscalía del Tribunal Supremo ha asumido la investigación que dirigía Anticorrupción sobre el presunto cobro de comisiones para la adjudicación en 2011 del AVE a La Meca (Arabia Saudí) al comprobar que podría estar involucrado el rey emérito, que es aforado y cuya inviolabilidad hasta que dejó de ser rey en 2014 impide que se le pueda investigar por hechos ocurridos durante su mandato, aunque sí posteriores.

Continuando con la agenda de Juan Carlos I en aquella época, llama la atención la entrega del premio Fundación José Entrecanales e Ibarra de Ingeniería Civil y de Cooperación al Desarrollo por sus vinculaciones con la monarquía saudí. Durante la ceremonia, celebrada en marzo de 2011, se distinguió la labor de la ONG Rescate Internacional, a la que el monarca felicitó por “su compromiso eficaz y generoso con los menos favorecidos”. Una situación paradigmática y que revela las contradicciones del rey emérito en el ámbito privado y público, ya que esta organización critica las decisiones políticas de Arabia Saudí. Este mismo año, con motivo de la celebración del Orgullo LGTBI, la ONG Rescate Internacional celebraba “el orgullo de ser y amar libremente” y recordaba que entre los “72 países que penalizan los actos sexuales consensuados entre personas adultas del mismo sexo”, se encuentra Arabia Saudí, la monarquía que presuntamente ha insuflado millones de dólares a la cuenta de la Fundación Lucum, gracias a la que el rey emérito realizaba retiradas en efectivo de elevadas cantidades. 

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