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CRÓNICA

Yolanda, Pablo y 'Succession': un drama basado en hechos reales

Pablo Iglesias en la Fiesta de la Primavera de Podemos en Zaragoza.
17 de abril de 2023 22:33 h

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Cómo está la cosa que Pablo Iglesias e Irene Montero prefirieron ver un capítulo de 'Succession' el domingo por la noche que la entrevista a Yolanda Díaz en el programa 'Lo de Évole'. Pues claro que sí. Una velada ligerita centrada en el entretenimiento es mejor que algo relacionado con el trabajo. Es decir, la historia de un patriarca de carácter volcánico y autoritario abocado a un triste final, porque no se fía de sus hijos, de sus potenciales sucesores en la corporación que preside. ¿Tiene esa trama algo que ver con la realidad de la izquierda española? No perdamos la calma, lectores enfurecidos.

Fue Iglesias quien lo contó en un artículo escrito unas pocas horas después de la emisión de la entrevista. El insomnio le despertó de madrugada y se puso a verla. Ya son ganas. A ver quién concilia el sueño después de eso.

La última andanada de mensajes cruzados se inició el pasado martes con un vídeo de Podemos para convocar la Fiesta de Primavera que se celebró en Zaragoza. Un mensaje centrado en las bases del partido. Para que no se diga que la bronca va de puestos en las listas electorales. “Han querido matar mil veces esa rebeldía de la misma forma que hoy quieren volver a matar a Podemos”. Un tono épico con un guion quizá inspirado por Iglesias que incluía ataques directos a tres ministros de Unidas Podemos –Díaz, Garzón y Subirats– que “se ponen de perfil con la OTAN”.

No hay que pasarse de listo. El chiste de Desunidas Podemos ya está hecho.

Era una forma de denunciar que la auténtica izquierda no está en Izquierda Unida. Del pacto de los botellines al vídeo de los botellazos. Para reafirmar los principios ideológicos, no hay ningún problema en cuestionar la lealtad de los antiguos socios a esas ideas.

La Fiesta de la Primavera fue una sucesión de actos con los que defender la existencia de Podemos. No debería sorprender a nadie. Todo partido intenta sobrevivir, incluso si atraviesa una época de pérdida de apoyos, a la espera de mejores noticias. La aprobación del proyecto de ley de vivienda ha sido otro motivo para que la dirección se enorgullezca de la bandera del partido.

Es cierto que ha salido a la luz cuando Pedro Sánchez se ha convencido de que lo necesitaba. Desesperadamente. Podemos puede afirmar que lleva años defendiendo esa reforma. También podrían decir lo mismo esos otros ministros señalados a los que se intenta presentar como una “izquierda domesticada”.

“Tienen delante al muerto más vivo que han visto en su vida”, dijo Irene Montero en la fiesta. Todo es ahora una cuestión de vida o muerte para Podemos.

Es dudoso que en estas condiciones le interesara a Yolanda Díaz dar una entrevista a Jordi Évole. Más drama es lo que menos necesita la izquierda en estos momentos a poco más de un mes de las elecciones de mayo. También es complicado desdeñar el 'prime time' televisivo. El programa tuvo 1.430.000 telespectadores de media.

Évole buscaba contar con el titular de la ruptura (casi) definitiva de Sumar y Podemos. No lo encontró y eso que puso de cebo hasta titulares de la prensa de derechas con su interpretación de que Díaz había enterrado a Podemos con el acto del día 2 en el Magariños. No es que fuera un detalle que pareciera burdo, pero desde luego era tan sutil como un puñetazo.

El escenario elegido fue un restaurante japonés, como un 'remake' hispano de 'Kill Bill' (con el prólogo de unos tipos que podrían pasar como miembros de la yakuza con diálogos sobre la lucha de las dos izquierdas). Se supone que Díaz era Uma Thurman (alias Mamba Negra, alias La Novia), primero traicionada y luego dispuesta a ejecutar su venganza.

Díaz no se dejó tentar, aunque fuera pagando el precio de escabullirse de algunas preguntas, lo que enfadó a Évole. Si ya ha dicho que no va a concretar la organización de las primarias hasta negociarlo con todos los partidos después de mayo, no te lo va a decir a ti ahora.

No se habló prácticamente de política, de propuestas e ideas políticas, con un par de excepciones, como la guerra de Ucrania y la política inmigratoria de Marlaska. La mayoría de las preguntas era sobre Podemos e Iglesias, no sobre el programa que Sumar pretende llevar a la campaña electoral. Sólo había espacio para la política entendida como un combate en el que se dilucida quién está arriba y quién abajo, cómo atacan algunos y cómo se defienden otros.

Lo que sí se vio es que se ha acabado la vicepresidenta que sólo sonreía ante cualquier indicio de confrontación. A partir del acto del 2 de abril, Yolanda Díaz ha pasado a la ofensiva. Ya no tiene problemas en hablar directamente sobre Iglesias. Y no es bonito todo lo que se le escucha. La gente debe empezar a entender que las relaciones personales de ambos están hechas polvo.

Además de la idea ya conocida de que considera que la forma en que Iglesias anunció su candidatura hace dos años y medio fue una “falta de respeto”, rebajó en muchos decibelios la potencia de los llamamientos de Podemos en favor de la unidad. Una frase lo tenía todo para acaparar los titulares: “Si tú pides la unidad a torta limpia, tu electorado se deprime”. Otra quedó como aviso a quien quiera escuchar: “Soy una mujer durísima negociando”.

Algunos de sus comentarios –“Pablo y yo somos muy diferentes”– sonaron más convincentes que otros (“yo no tengo ninguna pelea con nadie”). El barómetro empezó a subir cuando Évole le preguntó si se imaginaba que Iglesias “iba a seguir teniendo ese rol tan enorme que sigue teniendo en Podemos”. No, respondió Díaz y repitió ese 'no'. “Siempre tuve dudas porque lo conozco bastante (una sonrisa reveladora), pero tan agudizado creo que no”.

Díaz puede ser más clara al respecto, porque Iglesias ha asumido desde marzo un papel aún más protagonista en el debate público sobre lo que hará Podemos ante la aparición de Sumar. No es un simple comentarista de la actualidad fuera de la vida diaria de su partido. Lo confirmó él mismo el lunes en el artículo citado antes. Dice estar cumpliendo un encargo directo de la secretaria general, Ione Belarra. “Ione me pidió ser un activo mediático del partido, básicamente porque no hay casi nadie que defienda las ideas de Podemos en las televisiones y en las radios”.

Es la primera vez que lo dice, aunque tampoco es una gran sorpresa que vaya a dejar a todo el mundo con la boca abierta. Iglesias es el principal portavoz del partido. No hay que ser muy imaginativo para creer que también interviene en la definición de la estrategia.

Como es el portavoz de Podemos, habrá que prestar atención a sus pronósticos. Iglesias dijo que la entrevista de Díaz en La Sexta aleja “aún más a Yolanda y a Sumar de Podemos”. Sostiene que Podemos no debe integrarse en la plataforma de Sumar, porque “sería mentir a la ciudadanía decir que Sumar y Podemos son lo mismo”. Eso sólo dejaría como opción una coalición Sumar-Podemos, un formato que Yolanda Díaz no está por la labor de aceptar.

Todo esto es casi tan traumático como la sucesión de Logan Roy. Habrá que confiar en que el arco narrativo sea un poco diferente.

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