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El alcalde vende una visión triunfalista de Sevilla frente a los reproches de la izquierda por su abrazo a la ultraderecha

José Luis Sanz, durante su intervención en el debate sobre el estado de la ciudad.

Antonio Morente

Sevilla —
21 de julio de 2025 14:04 h

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Sevilla es una ciudad de contrastes, que van de lo idílico a lo apocalíptico. Así al menos se desprende las visiones que se han puesto sobre la mesa en el debate sobre el estado de la ciudad, en la que el alcalde, José Luis Sanz (PP), ha hecho un discurso triunfalista y sin autocrítica alguna, mientras que PSOE y Podemos-IU le han reprochado sobre todo que haya lanzado la capital a los brazos de la ultraderecha. Vox, por su parte, ha actuado más como si estuviera en el gobierno local y ha lanzado su artillería sobre todo contra el Gobierno central.

El regidor no ha aprovechado el que se supone que es uno de los plenos más importantes del año para hacer algún anuncio de calado, más allá de que la empresa municipal de limpieza (Lipasam) tendrá el año que viene un presupuesto de 150 millones de euros frente a los 140 del actual ejercicio y los 108 del último mandato socialista en 2023. Nada más. Todo lo demás han sido sobre todo críticas a un PSOE que dejó una ciudad “bloqueada, atascada y abandonada”.

Eso sí, ha tenido ocasión de agradecer “la generosidad de Vox”, su socio presupuestario, a cuya portavoz (Cristina Peláez) alabó en el turno de réplica por su “tono” en el debate y por aportar “estabilidad” a la ciudad. Sanz también ha proclamado “con orgullo” que ya ha cumplido el 65% de su programa electoral, que ha adaptado el Ayuntamiento hispalense “al siglo XXI” y que ha acabado con el “mal endémico de la lentitud” municipal, de manera que en breve se podrán dar licencias de obra en tres meses.

Antonio Muñoz junto a la portavoz adjunta del PSOE, Sonia Gaya.

Contra el Gobierno central

Y ante los reproches por la suciedad de la ciudad, una denuncia que hizo propia y fue uno de los pilares de su campaña, ha subrayado que está “rotundamente más limpia que hace dos años”, añadiendo el único matiz autocrítico en su discurso al reconocer que “queda muchísimo por hacer”. En cuanto a su mayor acierto, considera que es el incremento de la oferta de vivienda, a lo que Ismael Sánchez (IU) le ha respondido que tiene a Emvisesa (la empresa municipal de vivienda) “funcionando como una inmobiliaria”, mientras que Antonio Muñoz (PSOE) que “no vaya de adalid de la vivienda protegida cuando las vende a 350.000 euros”.

Como no podía ser menos, el alcalde ha hecho un “balance positivo” de su gestión y ha puesto el acento en que la ciudad “empieza a funcionar pese al bloqueo de algunos”, poniendo de nuevo en la diana en un Gobierno central al que le ha reclamado infraestructuras pendientes en la ciudad y esgrimiendo –una vez más– que en siete años ha invertido 6.300 millones de euros en el sistema ferroviario catalán. Como conclusión, su afirmación de que en dos años “Sevilla ha pasado de ser la ciudad de las promesas que se convierten en humo a la ciudad de aquellas promesas que se convierten en hechos y en realidades”.

El “liderazgo ideológico” de la extrema derecha

La réplica de la oposición de izquierdas no ha estado precisamente en la misma sintonía y ha centrado su análisis en el giro hacia la ultraderecha que ha dado el gobierno local tras su pacto con Vox. “Hay muchas Sevillas que se quedan fuera de su ideario político”, le han criticado desde el PSOE, que también ha criticado que “le ha regalado a la extrema derecha el liderazgo ideológico de Sevilla” haciendo “concesiones muy peligrosas”.

Susana Hornillo (Podemos) e Ismael Sánchez (IU), antes de empezar el debate.

En la misma línea han ido los argumentos desde Podemos-IU, lamentando que la ciudad “es rehén de su pacto con la ultraderecha” e instándole a que la defienda “ante la ofensiva reaccionaria”. De hecho, el PP lo que hace ahora es “cumplir el programa electoral de Vox”.

“Silencio, desprecio y soberbia”, ha sido el análisis de los socialistas sobre la figura del regidor, al que también se le ha afeado que “Sevilla ha perdido color y futuro”, que “ha perdido dos años” y que está “más sucia, desigual y polarizada”. “Lo único que hace es alimentar su álbum de fotos, hacer promesas vacías y pelearse con el Gobierno de España”.

Desde Podemos-IU se ha alertado de que el deterioro de la capital “se ha intensificado de manera preocupante”, básicamente porque “el pacto con la extrema derecha ha acelerado una deriva peligrosa” y se han “sacrificado” políticas de igualdad, cooperación, memoria democrática o LGTBI. Además de reprochar el “desarrollo turístico salvaje”, ha acusado a Sanz de “un plan de desguace institucional que es muy peligroso”.

Cristina Peláez, portavoz municipal de Vox.

Vox, a disposición de lo que haga falta

La portavoz de Vox, por su parte, se ha comportado más como si fuera la primera teniente de alcalde, con un tono institucional con el que parecía vender la gestión de un gobierno del que formasen parte. “Sevilla está mejor con matices”: en el lado positivo, “que no gobiernan los socialistas”, y en el negativo que podría estar “significativamente mejor” si no se hubiese perdido año y medio en formalizar el pacto presupuestario PP-Vox.

Así las cosas, y además de ponerse “a disposición para seguir colaborando como hasta ahora”, le ha preguntado directamente al regidor que “qué necesita para mejorar” la capital. Ha sacado pecho con que se ha recortado el “gasto ideológico y superfluo”, como un 40% en cooperación internacional o la eliminación de los planes de igualdad de los sindicatos para destinar ese dinero a los programas que realizan varias órdenes religiosas con mujeres. Eso sí, tras subrayar que “Vox es un buen aliado para mejorar”, ha advertido de que “no vamos a salirnos de nuestra hoja de ruta”.

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