El PP facilita que le tumben otra vez la nueva tasa de basura en Sevilla tras rechazar las enmiendas de la oposición

El gobierno municipal del PP en el Ayuntamiento de Sevilla se encamina a un tercer 'no' de la oposición en bloque a la nueva tasa de basuras, que desde abril de 2024 es obligatoria por una ley estatal que transpone un mandato de la Unión Europea. El equipo de José Luis Sanz (PP) no hace más que marcar distancias con este impuesto, insistiendo en que si fuese por ellos no se aplicaría, por lo que no está poniendo especial interés en aprobarlo: ni lo negocia con el resto de grupos ni acepta sus enmiendas.

La repetición de este bucle se ha vivido en la comisión de Hacienda que este miércoles abordaba las enmiendas presentadas a las ordenanzas fiscales, en las que varios de los puntos se centraban en esta nueva tasa. Ha habido debate, pero no margen de maniobra: el PP ha tumbado todas las propuestas de PSOE y Podemos-IU, con la alianza de Vox (los populares no tienen mayoría absoluta) que, eso sí, no deja de pregonar que también votará en contra del nuevo recargo por los residuos cuando llegue el momento de abordarlo.

Las ordenanzas fiscales del PP, por lo tanto, irán al pleno municipal tal y como las ha dibujado el gobierno local, sin cambiar ni una coma pese a que el propio Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS) ya dijo en su informe que va a aumentar la presión fiscal en la capital. Los populares se agarran a que lo congelan todo y a que bajan el IBI un 1%, pero el CESS alertó de que al final se va a producir un incremento impositivo “importante” porque la nueva tasa de basuras –con la que se aspira a recaudar 40 millones de euros– “diluye” todo lo demás.

'No' a asociar el pago al IBI

Una de las propuestas del PSOE, de hecho, pedía la retirada de la propuesta de esta tasa de basuras (que se suma a la que se paga en la actualidad) para abordar un nuevo estudio económico y consensuar entre todos los grupos políticos un nuevo proyecto. A esto añadía la petición de que, al menos, se exima temporalmente de este nuevo pago a los vecinos afectados por los continuos cortes de luz, algo que se ha convertido en “cotidiano” –según la portavoz adjunta socialista, Sonia Gaya– en numerosos barrios obreros.

Podemos-IU, por su parte, solicitaba por medio de su portavoz, Ismael Sánchez, que el importe de la tasa se vincule fundamentalmente al IBI, con una variable adicional ligada al consumo de agua. El sistema que ha ideado el gobierno local se asocia al volumen de basura que se recoja en cada distrito, lo que hará que haya sensibles diferencias en la factura en función de la zona de la ciudad en la que se viva.

El PP ha dicho que 'no' a todo, a lo que se le ha sumado Vox pero por una cuestión muy diferente, que ha verbalizado su portavoz, Cristina Peláez: “No vamos a apoyar enmiendas a la tasa de basura porque la queremos tumbar y no queremos poner esto en riesgo”. El gobierno local conoce ya desde hace meses que no va a contar con el apoyo de la formación de ultraderecha para esta cuestión, pese a lo cual no se ha esmerado precisamente en entenderse con PSOE y Podemos-IU.

“No tenemos nada que ver”

Así que el PP tiene ahora mismo a Vox como aliado en prácticamente todo, pero no precisamente para sacar adelante esta cuestión obligatoria, que el gobierno municipal considera que viene impuesta por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), de ahí que cada vez que puede le pone la etiqueta de 'tasa Sánchez'. Y es que, aunque es un mandato europeo, el equipo de José Luis Sanz considera que el Ejecutivo central debió asumirla directamente pero optó por cargársela a los ayuntamientos.

“Si hubiera sido por nosotros esta tasa no existiría y no la hubiéramos traído nunca, no tenemos nada que ver”, ha repetido el delegado de Hacienda, Juan Bueno, que ha recordado que ya le han tumbado dos veces una propuesta para aprobarla. El Ayuntamiento ha asumido el coste “a pulmón” hasta ahora, pero la propia ley exige que se le cargue a los propios ciudadanos para que tenga un verdadero efecto disuasorio.

El problema es que esto choca con que, según el PP, a día de hoy no existen herramientas para saber qué volumen de residuos produce cada hogar o negocio en Sevilla. De ahí su propuesta de vincular la tarifa a la producción de basura por distritos, lo que ha conseguido que el malestar vaya con barrios con una tasa a la que, el año pasado en el primer dictamen, ya pusieron reparos no sólo el CESS, sino también el secretario y la interventora municipales. La conclusión generalizada es que no paga más quien más contamina y que, además, existe el riesgo de tributar dos veces por lo mismo.