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190 voluntarios para encontrar un remedio: estos son los detalles del primer ensayo de una vacuna contra la COVID-19 en España

Una sanitaria vacuna a un hombre

Belén Remacha / Natalia Chientaroli

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España ha dado luz verde a su primer ensayo clínico en fase II, es decir, con humanos, para una vacuna contra la COVID-19. Es la vacuna Ad26.COV2.S, de Janssen, el laboratorio de la farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson. Lo ha anunciado la mañana de este viernes el ministro de Sanidad, Salvador Illa, apenas horas después de que la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) lo decidiese. El ministro ya ha adelantado que no se trata de que España tenga por esto alguna “ventaja” en cuanto a la administración de dosis si el proyecto prospera sino, más bien, de un reconocimiento a la investigación y a la ciencia españolas y a sus profesionales.

Se necesitan 190 voluntarios en nuestro país que se van a repartir entre los hospitales de La Paz y la Princesa, en Madrid, y Marqués de Valdecilla, en Santander. El plan también se desarrollará en Alemania y Países Bajos, en total con 550 participantes. Alberto Borobia, investigador de La Paz y coordinador ahí del proyecto, explica que los tres centros seleccionados tienen en común que cuentan con experiencia en investigación y farmacología clínica y con unidades adaptadas.

Con los hospitales se puso en contacto directamente la farmacéutica ofreciéndoles la colaboración. En Janssen exponen a elDiario.es que a la vez estaban en “diálogo permanente” con el Gobierno de España y con otros ejecutivos europeos –además de con el de Estados Unidos–. Las primeras conversaciones, muy preliminares, fueron en enero y febrero. El papel del Ministerio de Sanidad, a través de la AEMPS, es ser “garante de que todo se está llevando a cabo de acuerdo a los protocolos. Hasta que no nos dan luz verde no podemos empezar. Es lo que ha pasado hoy”.

Precisamente que el proyecto no fuera un desconocido para los especialistas de la AEMPS ayudó. “Conocíamos la vacuna desde junio”, confirma María Jesús Lamas, directora del organismo. “Algunos de los evaluadores habían participado en una sesión preclínica y también habían tenido acceso a documentos preliminares”. Para ella, esto es una buena noticia por partida doble: porque aumenta el número de ensayos clínicos en fase II –en total ahora mismo hay 14 en el mundo– y también porque se haya elegido a España. “Esto indica la calidad y la reputación internacional de nuestros centros y nuestros investigadores”, afirma. Borobia añade que, aunque no es algo extraordinario que estos ensayos se hagan entre varios países, “es muy potente a nivel administrativo. España cada vez está mejor posicionado en investigación”.

Lamas destaca que la autorización para un ensayo como este lleva un poco más de tiempo porque “lleva una molécula nueva”, pero la AEMPS se ha volcado en acelerar todo lo relacionado con la COVID-19. La solicitud formal se presentó a principios de agosto, y se aprobó este mismo viernes por la mañana, poco antes de que el ministro Salvador Illa lo anunciara en rueda de prensa: “Habitualmente estos procesos suelen llevar más tiempo, los plazos legales dicen que tiene que emitirse un dictamen en menos de 45 días o en menos de 70 si se necesitan aclaraciones”.

A quién se busca

Desde La Paz cuentan que ya tienen seleccionados a unos 40 participantes, aunque buscan más, porque necesitan 75: un total de 50 personas entre 18 y 55 años y 25 mayores de 65. Los requisitos para participar son tener esas edades, estar sano y no haber pasado la COVID-19. También, uno algo menos controlable: no estar especialmente expuesto a infectarse, por motivos laborales o personales.

Borobia afirma que “principalmente se va a buscar personal del hospital. Somos 7.000 trabajadores de muy distintos perfiles, muchos sin contacto con pacientes COVID-19. También se buscará preferiblemente en la Universidad Autónoma de Madrid, con la que estamos muy vinculados. Se hace así por facilitar las visitas de los participantes: van a tener que hacer entre 10 y 12 en el plazo de un año”. Los screenings, valoraciones del estado de salud y situación, comenzarán este martes con un primer paciente y seguirán hasta el 11 de septiembre. Esperan que haya más de 100 candidatos. Esos días, lo primero que se les hará serán test serológicos y pruebas PCR que comprueben que no tienen la infección ni pasada ni activa, y se comenzará con los seleccionados una semana después.

Lamas confirma que se empezará a trabajar en reclutar a los voluntarios, pero que la vacuna todavía no empezará a aplicarse hasta dentro de unas semanas. “Estamos esperando una serie de datos que hemos pedido a la farmacéutica para completar el expediente y autorizar definitivamente el comienzo de las pruebas”.

Cómo es el proyecto

La vacuna de Janssen se basa en un adenovirus del resfriado, modificado genéticamente para que el cuerpo reaccione a él produciendo anticuerpos. “Este adenovirus que se introduce en el cuerpo humano no puede hacerle daño, pero interactúa con las células y el sistema inmunitario, al encontrar determinadas proteínas, produce anticuerpos”, resume Lamas.

El ensayo es de doble dosis y el estudio es lo que en ciencia se llama de “doble ciego”, esto es, ni los participantes ni los investigadores saben si se les está administrando el proyecto real o un placebo. Habrá tres grupos: uno a quien se les dé dos dosis reales, otro al que solo una, y otro al que se le suministren dos de placebo. En esas diez y doce visitas que tendrán que hacer al hospital, lo que se hará será monitorizarles: ver cómo responden a la vacuna y si desarrollan tanto anticuerpos como inmunidad celular al SARS-CoV-2.

Cualquier vacuna experimental debe pasar por tres fases de investigación en humanos. Una primera en la que se comprueba que no causa efectos graves. La segunda, como la que se va a realizar en España, busca ratificar esa seguridad, analizar la respuesta inmune y ajustar la dosis. Si esta es exitosa, una última fase antes de su aprobación debe demostrar que es eficaz en decenas de miles de personas.

Para que un ensayo en humanos como este sea autorizado, como ha ocurrido con este, son muchas las cuestiones que hay que evaluar, y para ello organismos como la AEMPS involucran en el a proceso un comité científico y un comité ético. Primero se analiza el PEI (producto en fase de investigación clínica) y la seguridad que ofrece, una evaluación que realizan los biotecnólogos. “En este caso se trata de una plataforma bien conocida, que ya se ha utilizado en otras investigaciones y en ensayos clínicos de los que han participado más de 90.000 personas en todo el mundo. Principalmente en vacunas contra el VIH y el zica, y también una contra el ébola, que ya recibió la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos”, explica Lamas.

También se analizan los resultados de las anteriores fases. La preclínica, que da información por ejemplo sobre la toxicidad del producto, y la clínica, sobre la reacción de los organismos ante la vacuna. En este caso, los cultivos celulares y las pruebas en animales en preclínica arrojan resultados positivos. “En esta etapa, por ejemplo, se realiza una prueba llamada 'de desafío', en la que se vacuna a primates no humanos y luego se les inocula el virus a través de una sonda en el pulmón para evaluar la respuesta”, detalla Lamas desde la AEMPS. “En la fase clínica esta investigación cuenta con pruebas en más de 1.000 pacientes en Estados Unidos y Bélgica, en los que no se han apreciado riesgos preocupantes”, señala. 

La fase III combinada con la fase II

La de Janssen es una de las 14 vacunas en el mundo que están en fase II. Comenzó a desarrollarse ya en enero, según fuentes de Johnson & Johnson, “cuando se empezó a ver qué era el coronavirus, vimos la virulencia que podía generar y que nuestros trabajos previos con el ébola y el VIH podían servir”. Afirman que esperan que en poco menos de un mes puedan comenzar paralelamente con la fase III, que amplía la muestra de participantes y ya no busca a personas con ciertas características sino que es mucho más aleatoria. Una parte se hará previsiblemente en Estados Unidos pero “no se descarta” que otra parte también en España. En fase III de experimentación, la última antes de la aprobación definitiva, hay ahora mismo nueve vacunas en el mundo.

En los tiempos anteriores a la pandemia, generalmente las fases iban una detrás de otra, sin combinarse. Pero la emergencia sanitaria ha acelerado los plazos de esta vacuna y de todas las del mundo. ¿Tienen motivos aquellos a los que les preocupa? Alberto Borobia, director del proyecto en La Paz, defiende que “se va a cumplir con todo lo que exigen las autoridades reguladoras habituales. No se va a autorizar nada que no se deba autorizar, los estándares siguen iguales aunque se vaya más rápido porque se han aunado fuerzas para ello”.

Los resultados preliminares se irán comunicando a la AEMPS, que estará pendiente de todo lo que ocurra con el ensayo, aunque no es probable que se hagan públicos porque son datos que requieren de un análisis exhaustivo. “Hay que ser optimistas y cautelosos. Sobre todo responsables, porque estas noticias generan una gran esperanza en muchas personas. Estamos poniendo todo de nosotros para encontrar una vacuna que nos ayude a enfrentarnos a la COVID-19”, zanja Lamas.

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