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ENTREVISTA

Ivo Gut, experto en genómica: “Hemos identificado mutaciones 30 años anteriores a la aparición del tumor”

El director del Centro Nacional de Análisis del Genoma, Ivo Gut.

Raúl Rejón

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El pasado miércoles se publicaron 23 investigaciones que, en su conjunto, dibujaban el mapa más completo del genoma del cáncer. El ADN mutado de 38 tipos de tumor maligno. Los trabajos, en general, buscaban qué cambios genéticos disparan la multiplicación descontrolada de células. Los investigadores han identificado, al menos, una de estas mutaciones que causan el 95% de los cánceres estudiados.

Entre los científicos que han colaborado en este hallazgo se cuentan 150 que trabajan en España. Uno de ellos, Ivo Gut, habla con eldiario.es desde Barcelona, donde dirige el Centro Nacional de Análisis de Genómica, que forma parte del Centro de Regulación Genómica.

Para los profanos: ¿qué es lo que han conseguido en estas investigaciones?

El cáncer, en general, es una enfermedad del genoma. Cuando se produce una mutación dentro del genoma resulta en la conversión de una célula en un tumor. Lo que se ha hecho es analizar el genoma del tumor y compararlo con el genoma sano del mismo enfermo. Y hay mutaciones. Mil, dos mil, tres mil, diez mil... Y dentro de estas mutaciones hay algunas que son más graves que otras.

Aquí hemos identificado este perfil de mutaciones en 2.600 pacientes que vienen de diferentes tipos de cáncer, de diferentes tejidos: de mama, de pulmón... Y hemos utilizado toda esta información para identificar las mutaciones que son de importancia y compartidas entre cánceres de diferentes tejidos, y que son las responsables de la enfermedad.

¿Y qué les ha contado toda esa información sobre cómo se origina un cáncer?

Estas alteraciones que se denominan driver mutations –y el resto de información– da indicaciones sobre el origen. Por ejemplo, en el cáncer de pulmón hay mutaciones que están conectadas al impacto del tabaco sobre el ADN del pulmón. O en el melanoma, el cáncer de la piel, el impacto del sol sobre el ADN en las células de la piel.

¿Estos hallazgos nos van a permitir saber con años de antelación si vamos a desarrollar un tumor?

Va un poco al revés. Uno de los estudios que se publicaron ha medido la antigüedad de las mutaciones y ha identificado ciertas mutaciones 30 años anteriores a la presentación del tumor. En realidad, se trata de que puedes calcular cuándo empezó esta historia.

El problema es utilizarlo en el otro sentido. Es muy complicado porque un cáncer se crea a partir de una célula individual y está claro que un ser humano tiene millones de células y cada una puede ser el origen de un cáncer. Saber cuál es la célula que va a crear el cáncer es muy difícil. Poner como un termómetro a cada célula es complicado, pero en un futuro... Yo no sé.

¿Qué aplicación prevé que se puede obtener de estos trabajos?

Ahora sabemos que los cánceres cuando se crean tienen un ADN y van dejando rastros de ese ADN en la circulación de la sangre. Sí, se puede analizar la sangre para ver si hay ciertas mutaciones. Está claro que no puede hacerse a cada individuo de la población cada año, pero sí puede tener importancia en determinados casos.

Por ejemplo, si tienes un cáncer primario y te operan. Te pueden extirpar el tumor, pero no saben si hay células que ya estén distribuyéndose por el cuerpo que van a formar una metástasis. Con la identidad del cáncer primario puedes, en teoría, crear un test que busque las mutaciones de este cáncer; no sobre la totalidad del genoma, pero sí sobre unos puntos. Y, entonces, puedes utilizarlo para analizar si hay ADN con esa mutación.

Rastrear la marca del genoma alterado para identificar que puede desarrollar metástasis.

Exacto. Si se detecta, no es posible saber en qué órgano se produce la metástasis, pero sabes que si hay esa mutación clave en un lugar del cuerpo, habrá una metástasis. Entonces puedes recurrir a una resonancia magnética u otra prueba para buscar.

¿Se podría aplicar, en teoría, con pacientes que tuvieran un historial familiar de repetición de los mismos tipos de tumor?

Sería una posibilidad. Aunque para algunos tipos de cáncer, pienso en el de mama, para mí una mamografía sería mejor que una analítica, ya que no es invasiva y funciona. Pero estos hallazgos sí podrían producir en el futuro unos test que digan: “Bueno, este es el tipo de ADN que buscamos”.

¿Qué relevancia le da a las investigaciones que se acaban de publicar?

En mi opinión hemos aprendido mucho sobre el cáncer. Ha sido un primer paso de cómo debemos actuar contra la enfermedad con el conocimiento genómico. Respecto a tratamientos, no estamos mucho más cerca que hace una semana. Pero lo importante es que hemos demostrado cuál es el poder de la información genómica relacionada con el cáncer. Y que tenemos mucho más por aprender.

¿Una vez alcanzado este punto en las investigaciones, cuál es el siguiente paso?

Bueno, mi deseo sería que el análisis genómico se aplicara en la clínica.

¿Y en su grupo de investigación?

Aquí tengo 3.000 genomas de cánceres metastásicos en análisis, y estamos en contacto con Inglaterra porque tiene otros 20.000 más. Hay mucho por identificar y aprender. Hace falta más información porque estas aproximaciones de big data tienen una gran potencia: cuantos más datos tienes, más tumores puedes identificar.

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