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La Justicia declara nulo el plan para reducir a tiros la población de cabras en el Parque Nacional del Guadarrama

Ejemplar de cabra montés.

Raúl Rejón

La Comunidad de Madrid –cogestora del Parque Nacional del Guadarrama– no  podrá controlar la población de cabras montesas a base de partidas de caza. La justicia ha declarado nulo el Plan Específico de Gestión de la Cabra Montés de 2016 que avalaba este tipo de gestión por haberse saltado el Gobierno regional fases esenciales en la tramitación. El fallo es recurrible ante el Supremo.

Los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Madrid han entendido que los responsables del parque prescindieron del “trámite de información pública”. De hecho, describe la sentencia, el plan solo apareció en la página web del espacio protegido “casi un mes después de la aprobación” de ese documento. Vulneraron así el derecho a la participación pública denunciado por el partido animalista PACMA. El fallo del Tribunal Superior explica que esa publicación se realizó dos días después de que PACMA recurriera el plan ante un juez y éste hubiera admitido el trámite.

Es decir, los gestores de la Sierra de Guadarrama diseñaron un sistema para reducir la superpoblación de cabras hispánicas (reintroducidas a finales del siglo XX y sin competidor natural) basado en partidas de caza. Lo aprobó y, solo después, hizo público el documento con lo que no se pudo alegar nada durante su elaboración. 

El plan planeaba “extraer”, en su terminología técnica, unos 4.500 ejemplares en diez años. Aunque el documento recoge que el personal de la administración sea el encargado de las partidas de caza, acto seguido se abría la puerta al resto de cazadores: “Podrá ser apoyado por profesionales contratados para la ejecución de las actuaciones o por controladores pertenecientes a entidades colaboradoras (Ayuntamientos, sociedades locales, Federación de caza…)”. 

La Comunidad de Madrid admitía sentirse insatisfecha con la fórmula de capturar vivas a las cabras: esos sistemas “se muestran insuficientes por lo que se hace necesario complementarlas con la aplicación de otros métodos de extracción”, describía. 

La cabra hispánica es autóctona de Guadarrama. Sin embargo, quedó prácticamente extinguida por la presión ganadera y la actividad cinegética sin control. Para 1890, la especie quedó confinada a la sierra de Gredos. La reconolización se produjo casi dos siglos después a partir de un núcleo reintroducido en 1990.

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