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¿Se puede aislar un edificio? ¿Qué es un cierre perimetral?: preguntas y respuestas de los confinamientos y restricciones para atajar los rebrotes

Un joven protegido con mascarilla camina por una calle del centro de Lleida

Marta Borraz

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Con la 'nueva normalidad' ha llegado la reactivación de la vida social y económica y, con ella, los rebrotes de coronavirus. De que se controlen o no van a depender las decisiones que tomen las autoridades sanitarias a partir de ahora y es precisamente ahí donde estará la tensión hasta que llegue una vacuna eficaz. Ya lo estamos viendo con los casos de Catalunya, A Mariña (Lugo) o Aragón, con brotes preocupantes que han alcanzado cierto grado de transmisión comunitaria. En este escenario, surgen medidas como confinamientos de edificios enteros, cierres perimetrales o regresiones de fases. ¿Qué diferencia hay entre unas y otras? ¿De qué dependen? ¿En base a qué criterios se toman?

¿Qué es el aislamiento, la cuarentena y el confinamiento?

Aislamiento, cuarentena, confinamiento...Estos términos que tanto usamos ahora, a veces indistintamente, tienen sus diferencias. Según explica Joan Ramón Villalbí, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), el aislamiento se refiere a personas enfermas o infectadas, que deben separarse del resto, incluso dentro del propio domicilio, para evitar contagios. La cuarentena solemos utilizarla para los contactos estrechos de los casos confirmados. Es decir, cuando los sistemas de rastreo identifican y encuentran a una persona que ha estado a menos de dos metros y más de 15 minutos con un positivo, ésta debe hacer cuarentena y solo salir en caso de extrema necesidad.

¿Y el confinamiento? “En realidad es un poco lo mismo, pero tiene significados sociales diferentes. Lo utilizamos para describir cuando se recluye dentro de unos límites a una población, es decir, de una forma más masiva porque entendemos que todo ese grupo está, de alguna manera, expuesto al virus”, señala Pedro Gullón, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). Es lo que estamos viendo estas semanas como medida para atajar algunos brotes, aunque a diferente escala; un “espectro de opciones” que “se va modulando en función de la transmisión observada”.

¿De qué dependen unas u otras medidas?

La actuación más selectiva y localizada o más generalizada depende del grado y la forma de transmisión que adopte el virus en un territorio. “Cuando hay mucho contagio del que no eres capaz de establecer la fuente, es decir, no se le puede seguir el rastro a los contagios, ahí hay que adoptar medidas más drásticas que afectan a más gente. Cuando entendemos el origen de los casos, podemos actuar de forma quirúrgica”, señala Villalbí. Es lo que ocurre en Catalunya y Aragón, donde hay transmisión comunitaria y no se puede asociar los positivos a brotes concretos. En la misma línea se explica Gullón: “No es una cuestión solo de número de casos, sino de si eres capaz de controlarlos, es decir, de identificar y aislar la cadena de transmisión”. Cuando “empieza a haber casos que no eres capaz de conectar con ningún otro punto conocido y trazar la cadena, no está asociado a un brote. Que aumenten es preocupante”.

¿Puede confinarse un edificio?

Sí. Este es un ejemplo de confinamiento micro. De momento ya ha ocurrido en dos ocasiones. La primera en Santander, donde a finales de junio se decidió aislar durante diez días un bloque de pisos entero tras detectar un brote con 13 positivos entre los vecinos. A todos ellos se les hizo PCR. Días más tarde, ocurrió lo mismo en Albacete, que ha confinado otro edificio de viviendas en la Calle Baños tras detectar dos brotes intrafamiliares en dos pisos. Esta es una forma de actuar de forma quirúrgica y localizada con el objetivo de cortar de raíz, algo que se puede hacer cuando la cadena de transmisión está identificada, es decir, cuando las autoridades sanitarias son capaces de identificar a los positivos y sus contactos. El sentido, dice Villalbí, es que “si hay varios casos en una misma finca y está muy concentrado, se intenta que no se expanda por ejemplo a través del ascensor, los interruptores...”.

¿Qué es un cierre perimetral?

Otra de las fórmulas que estamos viendo son los llamados cierres perimetrales, un tipo de confinamiento que consiste básicamente en un aislamiento poblacional. Es lo que ha ocurrido en las comarcas de A Mariña (Lugo) y del Segrià, en Catalunya. No son confinamientos domiciliarios, sino que se restringen las entradas y salidas de una zona con algunas excepciones justificadas como cuestiones de trabajo.

Tras un amago por parte de la Generalitat de Catalunya de impedir a los ciudadanos salir de sus casas y después de que la justicia se opusiera a la medida, finalmente se ha descartado, según la orden aprobada esta semana, y lo que se hace es limitar las salidas de la zona afectada por el brote y que abarca los municipios de Lleida, Alcarràs, Aitona, la Granja d'Escarp, Seròs, Soses y Torres de Segre.

“Básicamente es asumir que en una zona concreta hay un grado de transmisión alto del virus y se intenta que no se expanda fuera. La idea es proteger a los de fuera de los que están dentro. En ese punto es muy probable que ya de por sí la gente empiece a tener actitudes de cuasiconfinamiento total”, describe Gullón. Según el plan desarrollado por Sanidad para atajar los brotes, se trata de un escenario de riesgo alto y cuando la incidencia de la COVID-19 empieza a aumentar exponencialmente y se detecta transmisión comunitaria, es decir, cuando se detectan varios casos que no tienen una fuente u origen conocido y no se asocian a los brotes identificados.

¿Y el encierro en las casas?

Restringir más severamente la movilidad, es decir, impedir a la gente que salga de sus domicilios al igual que ocurrió al principio del confinamiento, es actualmente una de las medidas que no está claro que puedan llevar a cabo las comunidades autónomas. Tras la intención manifestada por el Govern de Catalunya, se abrió un debate jurídico-político que no ha terminado de cerrarse. Precisamente, la jueza de guardia de Lleida lo denegó por considerar que la ley que en principio podría ampararlo (Ley Orgánica de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública de 1986) es demasiado “ambigua”. Es decir, existe “inseguridad jurídica” y huecos legales, de acuerdo con varios expertos, que hacen viable o no este confinamiento severo en función de la interpretación que realicen los jueces, que deben avalar todas estas medidas.

Otra cosa son las recomendaciones de quedarse en casa, que ya han dictado los gobiernos catalán para el caso de Barcelona y su área metropolitana, y aragonés para Zaragoza. Las autoridades han pedido a los vecinos que no salgan de sus viviendas salvo lo imprescindible ante el incremento de casos.

 ¿Se pueden dar restricciones como las de la desescalada?

Sí. Ya desde el principio de la desescalada Sanidad y los expertos avisaron reiteradamente de que el proceso podría implicar pasos atrás. El ejemplo más paradigmático ahora mismo es el de Aragón, donde las autoridades sanitarias, debido al ritmo de incremento de los positivos, han decidido declarar una fase 2 “flexibilizada” en las ciudades de Zaragoza y Huesca. En estos casos, se vuelven a aprobar restricciones más estrictas de aforos en tiendas, bares o terrazas, prohibición de visitas a centros residenciales o limitaciones del número de personas por reunión. No son restricciones geográficas, como las de A Mariña o Lleida.

Este tipo de medidas se están tomando también en otros lugares de forma localizada y también complementan los confinamientos en A Mariña y Segrià. En Barcelona y su área metropolitana se ha suspendido la apertura al público de teatros y cines, la actividad de los gimnasios y los establecimientos de ocio nocturno, como salas de fiesta y discotecas, así como los acontecimientos deportivos en espacios cerrados. En los bares y restaurantes se limita el aforo en el interior de los establecimientos al 50%. También en Gipuzkoa varias localidades han decidido imponer medidas restrictivas en los aforos de bares y restaurantes y locales de ocio nocturno debido a los focos identificados en este tipo de reuniones.

¿Es posible un nuevo estado de alarma?

Es el último recurso. Según el plan de Sanidad, se aplicaría en última instancia si se da un escenario de “transmisión comunitaria no controlada” o “sostenida con presión creciente”. Se podría hacer en territorios concretos y también, si así lo requiriera la situación, en todo el país, como ya ocurrió desde el 15 de marzo.

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