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El uso del diésel es un problema de salud mundial relacionado con el cáncer de pulmón

El desarrollo de los pulmones en los primeros años, clave para evitar la EPOC

Teguayco Pinto

La reciente polémica suscitada a partir del caso de fraude de Volkswagen ha puesto de manifiesto la necesidad de una mejor regulación de las emisiones de gases contaminantes dentro de las ciudades. Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación es el principal problema ambiental en todo el mundo y tiene un efecto importante en la salud de población. Así consta en su último informe sobre calidad del aire, en el que estima que “la contaminación en las ciudades es responsable de la muerte prematura de más de 7 millones de personas al año”.

La cifras ponen en evidencia que el problema que subyace tras el fraude de los motores diésel va mucho más allá de una simple estafa. “Hay que entender que nos enfrentamos a un problema que trasciende lo económico y lo ecológico, para convertirse en un problema de salud pública global”, afirma David Rojas, investigador del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental

El tráfico, principal responsable

Las fuentes del aire contaminado que inhalamos son muy diversas, pero la principal causa de contaminación esta relacionada con la combustión de carburantes fósiles y, en el interior de las ciudades, está íntimamente relacionada con el tráfico rodado. El progresivo aumento en el numero de vehículos y el hecho de que la mayor parte de las emisiones del tráfico se produzcan dentro de las propias ciudades, son dos de las principales razones que hacen de esta fuente de contaminación una de las más perjudiciales para la salud de los ciudadanos. Además, según un informe de la OMS, “en lo que se refiere a su contribución a la contaminación atmosférica, los vehículos diesel son más dañinos que los vehículos de gasolina”.

Los contaminantes que se pueden encontrar en el aire de las ciudades se agrupan en dos categorías básicas: los gases y el material particulado. Entre los gases “uno de los más dañinos es el dióxido de nitrógeno”, explica el doctor Rojas. Sobre este gas, la OMS asegura que, “en contraste con los vehículos de gasolina, los diesel no han demostrado una reducción significativa de sus emisiones desde la década de 1990”.

Con respecto al material particulado, algunos estudios estiman que hasta un 55% de este contaminante proviene del tráfico, aunque solo la mitad de las emisiones se realiza a través del tubo de escape, siendo la otra mitad debida al desgaste mecánico, los frenos, las ruedas, etc.

Provocan una “amplia gama de enfermedades”

Entre los efectos más notables y más fáciles de identificar están los que se producen por contacto directo con los contaminantes, ya que “el primer contacto con las mucosas, ya sean las respiratorias, como la tráquea o el interior de la nariz, o bien los ojos, puede producir irritación, tos, expectoración o dificultades para respirar”, explica Rojas.

Sin embargo, además de los problemas respiratorios, “hoy sabemos que hay una amplia gama de enfermedades que pueden ser causadas o aceleradas por los contaminantes del aire”, asegura a eldiario.es uno de los expertos más reconocidos de Europa en estudios sobre contaminación del aire, el profesor Nino Künzli. Entre las enfermedades mencionadas por este investigador, director del Instituto Suizo de Salud Pública, se incluyen diversos tipos de patologías cardiovasculares como la arterioesclerosis, los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares. Además, insiste Künzil, “estudios más recientes ya han ofrecido evidencias sobre los efectos en el desarrollo del feto o la diabetes”.

Las partículas generadas por el tráfico, especialmente las más pequeñas, son las más problemáticas desde un punto de vista de la salud, “ya que debido a su tamaño pueden llegar a los alveolos pulmonares y pasar al torrente sanguíneo”, explica el doctor Rojas. Según la OMS, sólo en Europa, “la exposición a material particulado disminuye la esperanza de vida de cada persona en un promedio de casi 1 año, debido principalmente al aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, y el cáncer de pulmón”.

Varios estudios han determinado que las emisiones de los motores diesel contienen muchos carcinógenos y han estudiado sus efectos en el cáncer de pulmón, concluyendo que los índices de este tipo de cáncer “son más elevados entre aquellos con mayor exposición a emisiones diésel y otros tipos de emisiones por tráfico”, según un estudio realizado por investigadores españoles.

Pero el problema causado por la contaminación del aire también tiene un importante impacto en las economías mundiales. Todos estos efectos causan cada año un importante incremento en el numero de admisiones hospitalarias y, por tanto, un aumento del coste sanitario. Según otro informe de la OMS, solo en Europa, el coste económico anual de la contaminación podría alcanzar los 1,3 billones de euros, lo que supone casi un 13% del PIB anual de la UE.

No existe un nivel seguro de contaminación

Todos los estudios realizados hasta el momento llevan a la importante conclusión de que no existe un nivel seguro de contaminación, dado que los efectos sobre la salud empiezan incluso en los niveles más bajos de contaminación observados. “Hay que tener en cuenta que no existe el nivel cero de contaminación” afirma Rojas, y “todo depende de a qué contaminante se está expuesto y durante cuánto tiempo”.

Según los investigadores, si nos atenemos a los resultados de los distintos estudios científicos realizados hasta ahora, “si queremos prevenir más casos de muertes prematuras debemos reducir los elementos tóxicos que emiten los motores diésel”, afirma el profesor Künzli. El doctor Rojas va un paso más allá y asegura que “eliminar los vehículos diésel de las ciudades sería una gran intervención de salud pública”.

Todos los expertos consultados coinciden en la gravedad del problema de la contaminación del aire en las ciudades y en la necesidad de reducir el tráfico rodado y mejorar los controles a la industria. Según Rojas, “el sector del automóvil está intentando minimizar el problema, la misma estrategia que ya usó la industria del tabaco”. Además, los investigadores destacan que, pese a la elevada contaminación de los diésel, es importante no centrar toda la atención en un solo tipo de vehículos, sino que se deben abordar diversos tipos medidas con el objetivo de reducir el tráfico en las ciudades.

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