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Los ecologistas oscilan entre una satisfacción moderada y la crítica por “falta de ambición” del plan climático del Gobierno

Un parque eólico.

Raúl Rejón

El Gobierno ha presentado su plan climático este viernes, casi al final de la legislatura. El recorte para 2030 de un 20% de las emisiones de CO a base de reducir el consumo de energía y la entrada de fuentes renovables ha tenido en ascuas a gigantes económicos como las eléctricas, las petroleras o los fabricantes de coches. “Lo más costoso es no actuar”, ha resumido la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Pero la estrategia climática venía motivada por un asunto de carácter ambiental: atajar el cambio climático y sus impactos: meteorología extrema, sequías más frecuentes y agudas, desertificación del terreno, pérdida de biodiversidad, deterioro de la salud pública... Así que, además de los agentes económicos, ¿cómo han visto los ambientalistas el plan de energía y la ley de cambio climático?

Han oscilado entre la satisfacción de ver que se ha tomado una dirección tras años de lo que han denominado tiempo perdido y el reproche por haber adolecido de “falta de ambición”. “Supone un avance, pero se queda lejos de lo requerido”, cuenta el responsable de Clima y Energía de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz.

Andaluz considera que “se ha perdido una oportunidad para afrontar reducciones mayores en sectores como el transporte, la agricultura o los residuos”. Según sus cálculos, España debería acometer una reducción general de CO del 7% anual que la estrategia presentada este viernes “no va a conseguir”. Y asegura que abastecerse de electricidad totalmente renovable es “perfectamente posible en 2030”. El plan ahora es conseguirlo a mitad de siglo. 

“Positivo, pero insuficiente”, es la definición que ha hecho Greenpeace. “Que España se proponga alcanzar un sistema eléctrico 100% renovable es un triunfo”, reflexiona su  director ejecutivo, Mario Rodríguez. Sin embargo, pone rápidamente el acento en la prolongación de la vida de las centrales nucleares españolas que consideran innecesario. Los cálculos del Gobierno desembocan en que pueda funcionar alguna central hasta 2035. “El calendario se alarga innecesariamente, perjudicando a los ciudadanos y beneficiando a las eléctricas”, añade Rodríguez. Con todo, admiten que es la primera vez que hay “un horizonte de cierra del carbón y la nuclear”.

El responsable de Energía de SEO-Birdlife, David Howell, analiza que “es urgente y necesario aumentar la ambición climática aún más de lo que propone el Gobierno en el paquete de propuestas”. Con todo, entienden que se trata de un “primer paso político” que pone un marco integral “por primera vez en 20 años” al que debería unirse un “movimiento social”que empuje esa mayor ambición que reclama.

Retrasos acumulados 

En lo que coinciden es en lamentar que los vaivenes políticos hayan impedido que la ley de cambio climático pueda ser tramitada en esta legislatura. Tras ser anunciada, al menos, dos veces por el Gobierno de Mariano Rajoy en diversos encuentros climáticos (en 2015 y 2017), para cuando llegó la moción de censura del PSOE todavía no se conocía el texto. 

Casi nada más salir de la Moncloa, la, de golpe, exministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina presentó en nombre del grupo parlamentario popular una proposición de ley cuando ya no contaba con aliados parlamentarios. El Ministerio para la Transición Ecológica remitió su borrador a los grupos parlamentarios hacia noviembre de 2018.

Al complicarse la legislatura barajó la posibilidad de conducir parte del contenido hacia un decreto-ley. Una opción descartada. Finalmente, el Gobierno ha decidido presentar el Plan de Energía y la ley al mismo tiempo. El plan tiene más recorrido al ir directamente a la consideración de la Comisión Europea y volver todavía vivo pasadas las elecciones generales. La ley puede decaer fácilmente. 

“Lamentamos que los retrasos hagan inviable su debate en esta legislatura”, dicen en Greenpeace. El diputado de Equo, Juantxo López de Uralde ha reprochado que “después de ocho meses esperando llega cuando es demasiado tarde”. La ministra Ribera ha contrapuesto que “esté quien esté” en el Gobierno, este plan contará “con el respaldo mayoritario. No es un brindis al sol”.

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