Por fin el Ministerio se ha animado a abrir el debate de las ratios. Profesores y directores pensarán que a buenas horas, que tuvo la oportunidad de hacerlo hace cinco años cuando tramitó la Lomloe y le pidieron que lo incluyera, pero más vale tarde que nunca.
El departamento que dirige Pilar Alegría trasladó el martes una oferta a los sindicatos para bajar el número de alumnos por aula por ley. Un poco lo mismo, proponer un cambio de ley, que anunció hace dos semanas con las horas lectivas del profesorado. Parece que en Educación se han dado cuenta de que recomendar, que es lo que venía haciendo, no es tan eficaz como obligar, sobre todo cuando las medidas implican un gasto para las comunidades autónomas.
La propuesta del Gobierno se articula en torno a tres ideas:
Como se puede observar, no es una bajada general sino dirigida a los centros, aulas o momentos que en teoría más lo necesitan. El café para todos es muy caro (bajar las ratios implica contratar más profesorado) y además de alguna manera está sucediendo de manera un poco natural con la caída demográfica. La literatura científica, reconoce ahora el Gobierno, respalda esta medida, pero no necesariamente generalizada.
La propuesta tuvo buena acogida entre los sindicatos. Poca sorpresa, dado que viene siendo una de sus principales reivindicaciones desde hace años. También han valorado que esas medidas van a tener impacto sobre todo en la escuela pública, que es la que acoge al alumnado con necesidades educativas especiales y llega a los barrios más humildes, donde no suele haber escuela concertada (un sindicato de la escuela privada lo reconoció indirectamente publicando una nota en la que lamentaba que no se van a beneficiar de esta medida).
También hay “peros”. CCOO se quejó porque al hablar de bajar la ratio en aulas con alumnado con “necesidades educativas especiales” se está dejando fuera a la mayor parte del estudiantado que necesita algún tipo de apoyo. Los chicos y chicas con necesidades educativas especiales suelen tener alguna discapacidad y son los que más refuerzo necesitan, pero también hay jóvenes con altas capacidades, dificultades de aprendizaje (retrasos madurativos, dislexia, inmigrantes con problemas de idioma) o que están en situación de vulnerabilidad social y que no recibirían ayuda. Según calcula el sindicato, la propuesta del ministerio deja fuera a tres de cada cuatro.
Falta concretar el cómo para ver cuánto bajan esas ratios, que ahora mismo están entre ocho y 25 alumnos por clase en Infantil (según el curso), 25 en Primaria, 30 en Secundaria y 35 en Bachillerato. CCOO hace años que viene proponiendo que para las ratios el alumnado con alguna necesidad de apoyo cuente doble. Esto es, si el máximo son 25 alumnos, pero en un aula hay tres que requieren refuerzo, para esa clase el máximo pasa a ser 22.
En cualquier caso, la respuesta es positiva. Reducir el número de estudiantes por clase contribuiría a mejorar el ambiente en el aula, uno de los problemas que más afectan al día a día en la escuela, según reflejan las encuestas a profesores o macropruebas como PISA. Como os venimos contando hace tiempo el profesorado está muy quemado en general y cualquier cosa que facilite el trabajo es bien recibida.
Te dejo el enlace al artículo por si quieres ampliar la información y seguimos con más cosas.
Sobre este blog
La educación lo es todo y, en estos tiempos de desigualdad, la mejor herramienta para la justicia social. Te contamos cada martes desde las políticas nacionales del Gobierno hasta las pequeñas historias del último rincón del país, con especial atención a la pública como garante de la igualdad de oportunidades.
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