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Un estudio relaciona el consumo de viagra con un menor riesgo de alzhéimer

Resultados de una resonancia magnética cerebral.

David Noriega

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En los años 80, la farmacéutica Pfizer comenzó a investigar sobre el uso del sildenafilo, un fármaco que acababa de sintetizar, para tratar la angina de pecho y otras patologías cardiovasculares, como la hipertensión. En 1991, comenzaron a probarlo en humanos, pero el resultado no fue el esperado. Tampoco puede decirse que a nivel comercial fuese un fracaso. Pese a que no se popularizó para el uso previsto, en 1998 llegó al mercado farmacéutico bajo el nombre comercial Viagra. La historia no acaba ahí, porque un estudio publicado este miércoles ha encontrado una posible asociación entre el consumo de fármacos para la disfunción eréctil y un menor riesgo de padecer alzhéimer.

El trabajo, publicado en la revista Neurology, de la Academia Americana de Neurología, monitorizó durante cinco años a un total de 269.725 hombres mayores de 59 años, que habían sido diagnosticados de disfunción eréctil y al 55% de ellos se les suministraron fármacos para este problema. Durante el lustro que duró la investigación, 1.119 voluntarios desarrollaron la enfermedad de alzhéimer y, tras ajustar factores como la edad, el tabaquismo y el consumo de alcohol, los autores han determinado que quienes tomaron medicinas para las dificultades con la erección tenían un 18% menos de probabilidades de desarrollar esta patología.

Un estudio amplio, pero con limitaciones

“Estos resultados son alentadores y justifican más investigaciones”, señala una de las autoras del estudio, Ruth Brauer, del University College de Londres, que señala la importancia de encontrar “tratamientos que puedan prevenir o retrasar el desarrollo del alzhéimer”. El trabajo, no obstante, tiene algunas limitaciones: es meramente observacional, no se puede establecer una causalidad y se basa en las prescripciones de medicamentos, por lo que no es posible saber si los pacientes realmente los tomaron.

Con todo, “se trata de un estudio amplio, que demuestra una relación entre la prescripción de inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 y la reducción del riesgo de enfermedad de alzhéimer en hombres” y “el riesgo parece depender de la dosis”, considera el investigador principal de la Plataforma de Demencia del Reino Unido, Ivan Koychev, en declaraciones al Science Media Centre España. Es decir, el trabajo no solo muestra una asociación, sino que esta es más fuerte cuanto mayor fue la prescripción de fármacos como Viagra.

“Aunque se trata de un hallazgo alentador, aún no confirma si estos fármacos son directamente responsables de la reducción del riesgo de alzhéimer, ni si pueden ralentizar o detener la enfermedad”, apunta la directora de investigación del Alzheimer's Research de Reino Unido, Leah Mursaleen, que apunta en la dirección de ensayos clínicos que puedan confirmar como causal esta relación. En cualquier caso, la experta señala que “la posibilidad de reutilizar fármacos ya autorizados para otras afecciones podría acelerar el progreso y abrir nuevas vías para prevenir o tratar las enfermedades que causan demencia”. Algo en lo que coincide Koychev, que señala que esta es “una estrategia prometedora” por su “perfil de seguridad conocido”.

En concreto, los fármacos contra la disfunción eréctil son inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5, una enzima que modula la intensidad de la erección. Este estudio abre la puerta a la posibilidad de que este efecto terapéutico “afecte directamente a las neuronas, si el fármaco es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica, y/o aumentando el flujo sanguíneo”, explica el neurofisiólogo de la facultad de Farmacia de la Universidad de Reading, Francesco Tamagnini. Este investigador ya describió en 2013 como el óxido nítrico, un gas que regula la presión sanguínea, interviene tanto periféricamente en la función eréctil como en la modulación de la función neuronal.

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