La ONU pospone la cumbre anual sobre el cambio climático a 2021 por el coronavirus
La pandemia de COVID-19 golpea también la lucha contra la emergencia climática. La ONU, junto al Gobierno británico, han decidido posponer un años la cumbre del clima, la COP26, que debía celebrarse en la ciudad escocesa de Glasgow en noviembre de 2020.
La decisión ha sido tomada, mediante conferencia virtual, entre la máxima encargada de la ONU para el cambio climático, Patricia Espinosa y los representantes regionales de la organización. De la reunión no ha salido una fecha fija para organizar la cumbre aunque se apunta a mediados del año que viene.
La extensión de la epidemia en Gran Bretaña había cercado ya la posibilidad de llevar adelante la cita climática anual, que el año pasado se celebró in extremis en Madrid tras la renuncia de la organizadora Chile. De hecho, el Gobierno escocés ha designado el SEC Arena, las instalaciones elegidas para las reuniones sobre el clima, como hospital de campaña para atender contagios de COVID-19.
Patricia Espinosa ha advertido que si bien “la salud pública, la seguridad y el bienestar son primordiales y debemos hacer todo lo posible para detener la propagación de la COVID-19, no se puede postergar la necesidad de tomar medidas climáticas en 2020”.
Tras conocer el parón, la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha dicho que “la decisión no es buena noticia, pero es verdad que este año el mundo enfrenta un desafío global que mina la energía así que es una decisión justificada y entendible”. Aun así, Ribera ha afirmado que esta suspensión “no debe implicar ninguna relajación a la hora de orientar nuestro progreso de manera compatible con el clima y la recuperación, tras superar la crisis de la COVID-19, puede que requiera y encuentre en las soluciones climáticas una fórmula de bienestar para todos”.
La COP26 de 2020 era un momento crucial en el desarrollo del Acuerdo de París para la contención del calentamiento global de la Tierra a menos de 2ºC. Era el momento en el que los países tenían que presentar los informes sobre cuál es su situación, cómo han funcionado las medidas que habían tomado desde 2015 y, sobre todo, el momento para incrementar la ambición en cuanto a recorte de emisiones de gases de efecto invernadero.
Los gobiernos que ratificaron el acuerdo parisino se comprometieron a presentar esos planes mejorados en 2020 y esa obligación no desaparece con el retraso de la conferencia internacional. Sigue en pie junto con el articulado firmado por las partes. Los compromisos actuales de estos países proyectan un calentamiento del planeta por encima de los 3,4ºC. El año pasado, justo antes de la COP de Madrid, el programa de Medio Ambiente de la ONU calculó que el mundo necesitaba rebajar a la mitad las emisiones de CO2 para sortear lo peor de la crisis climática.
Una de las principales diseñadoras del Acuerdo de París, la francesa Laurence Tubiana, ha expresado tras la decisión que “posponer la COP26 es lo correcto: la salud pública y la seguridad deben ser lo primero”, pero, a la vez, ha subrayado que la crisis del coronavirus “ha demostrado que la cooperación y la solidaridad internacionales son esenciales para proteger el bienestar y la paz mundiales”.
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