La sanidad española no estaba preparada para la pandemia: falta de personal, de medios y descoordinación
Los expertos independientes encargados de evaluar el desempeño del Sistema Nacional de Salud ante la crisis de la covid-19 ya han terminado su labor. Y el informe, difundido este jueves, da una de cal, otra de arena y una hoja de ruta con 72 acciones para hacer frente a la próxima pandemia, que “no solo es posible sino probable a corto o medio plazo”. España no estaba “suficientemente preparada” para afrontar una situación como la que se vivió a partir de 2020. Hubo fallos de coordinación, errores de comunicación “muy llamativos” y “problemas preexistentes en el sistema sanitario”.
Pero también se hicieron cosas bien. El documento destaca la respuesta, “a menudo autónoma y en algunos casos heroica”, de los y las profesionales sanitarios y sociosanitarios y de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Y pone el foco en la “orientación prioritaria del sistema de ciencia y tecnología” y en la “excelente” campaña de vacunación. Además, destaca las medidas de protección social, como los ERTEs.
El informe evalúa la gestión de la crisis, las capacidades del sistema y la información y la comunicación de la pandemia. Lo hace a propuesta del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), que se lleva un tirón de orejas. Este órgano, formado por representantes del Gobierno central y las comunidades autónomas, no fue “suficientemente eficaz como instrumento para adoptar decisiones homogéneas, cuando hubiera sido conveniente que lo fuera”. Y señala directamente a la “falta de protocolos previos” y la “limitada coordinación entre el sistema sanitario y los servicios sociales”, que “estuvieron en el origen de la tragedia” vivida en las residencias.
Los expertos señalan también que “se produjeron contradicciones en la respuesta de las distintas administraciones” y “fallos de coordinación en múltiples áreas”. No cita ejemplos concretos, pero si áreas generales como los mecanismos para compartir recursos entre territorios o en la adquisición de material, que recuerda a las carreras de algunas comunidades por conseguir, por ejemplo, mascarillas por su cuenta.
Antiguas carencias
El informe menciona también los “problemas preexistentes en el sistema sanitario”. Algunos son los que los profesionales y las sociedades médicas llevan años advirtiendo: la distancia entre la salud pública y los niveles asistenciales y unos recursos humanos “estructuralmente infra-dimensionados para la actividad cotidiana” de estos servicios. Además, los expertos señalan la ausencia de un “adecuado sistema de información a nivel nacional” y “deficiencias en los sistemas de vigilancia epidemiológica”.
El informe de evaluación también llama la atención sobre “cierta infodemia e intoxicación, principalmente en medios relativamente minoritarios y redes sociales”.
Al otro lado de la balanza, los expertos admiten que “muchas cosas se hicieron bien”. Destacan la respuesta de los profesionales sanitarios y sociosanitarios implicados, la rápida aplicación de tecnologías de la información y la comunicación, por ejemplo para el teletrabajo, la guía de la ciencia, la campaña de vacunación y la creación de un mando único al comienzo de la pandemia.
Desde el Ministerio de Sanidad, señalan que “hay dos cosas de las que España puede sentirse orgullosa”: “trabajar de la mano con la enorme solidaridad de la población española y el esfuerzo innegable de los profesionales sanitarios” y “que en un momento de gran incertidumbre, apostamos siempre por la ciencia”. La ministra Mónica García ha insistido en la creación de una Agencia Estatal de Salud Pública, que quedó pendiente la legislatura pasada. “Vamos a invertir en reservas estratégicas y recursos diagnósticos”, ha dicho en su cuenta de X, en línea con las recomendaciones del informa.
Precisamente, esa hora de ruta para la próxima pandemia que definen los expertos independientes pasa por elaborar un Plan Nacional de preparación y respuesta ante emergencias sanitarias y de reservas estratégicas, actualizar las leyes que amparan las actuaciones en crisis sanitarios y promover estructuras resilientes de salud pública, “con suficiencia de recursos y procesos de trabajo normalizados”, una “inversión continuada y sistemática” y “avanzar en la integración de las fuentes de información socioeconómica”.
Los expertos piden también que se refuerce y se impulse la atención primaria, tanto en recursos como en nuevos modelos de relación con hospitalaria y con los pacientes, además de avanzar en la implementación de una estrategia de abordaje de la cronicidad y evitar la duplicidad de las consultas y que se impulse la investigación, el desarrollo y la innovación en salud pública, así como un incremento de la capacidad de la red de laboratorios y los mecanismos de prevención y control de infecciones en entornos sociosanitarios y residenciales.
La pandemia provocó en España casi cinco millones de casos confirmados, saturó la red hospitalaria con 431.891 ingresos en planta y otros 41.138 en UCI y 87..080 personas fallecidas durante las cinco olas. Pero también “se vieron afectadas de forma importante las relaciones sociales, las condiciones de vida y trabajo, la enseñanza y, en general, la prestación de todos los servicios públicos”.
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