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El verano termina con el mayor número de muertes por accidentes de montaña desde 2015

Agentes de la Guardia Civil durante un rescate.

Josefina Martí

Ir a la montaña se ha convertido en una de las actividades favoritas de los españoles: senderismo, esquí, deportes de vuelo o motor... la montaña en todas sus variantes atrae cada vez a más personas: si en 2010 el 1,8% de la población acudía a la montaña semanalmente, en 2015 (últimos datos disponibles) la cifra trepaba al 4,9%, según el Ministerio de Cultura. Pero el creciente interés en estas actividades al aire libre ha provocado a su vez un aumento de los accidentes. Este verano ha sido especialmente trágico con 49 muertes, el mayor número registrado desde 2015, cuando fueron 35 víctimas mortales.

Estas cifras provienen de los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim) de la Guardia Civil y se refieren a los fallecimientos ocurridos entre el 1 de junio y el 31 de agosto. En total, en lo que va de este año hubo 81 fallecidos, 462 heridos y 695 rescates. Durante todo 2018, en tanto, la cantidad de rescates llegó a 974, el número más alto desde 2010. Hubo 103 decesos y 588 heridos.



Según datos del Ministerio de Cultura y Deporte el montañismo es el quinto deporte con más federados en el país y el que más dinero recauda por turismo. En 2018, turistas españoles y extranjeros gastaron en España más de 10.000 millones de euros en viajes “en los que se realizaron actividades de senderismo y montañismo”. Sin embargo, no siempre se hacen con la preparación o el equipo necesarios.

Los expertos coinciden en señalar que la mayoría de los accidentes se dan por falta de formación y experiencia. “Hoy la gente no se prepara. Compran el material y salen a hacer deporte. Como la montaña es amable en España, ciertos errores no son tan graves, pero eso en los Alpes sería otra cosa”, explican fuentes del Servicio de Montaña.

Alberto Ayora, responsable del Comité de Seguridad de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (Fedme), se pronuncia en el mismo sentido: “La gente no se preocupa tanto por la formación y no hay muchas campañas de prevención, por lo que es lógico que en las estadísticas se vean reflejados más accidentes”.

Uno de los últimos estudios publicados por esta organización señala que el 71,5% de los visitantes o usuarios de la montaña son personas que no están federadas. Muchas de ellas acuden a la montaña con poca preparación y sin conocimiento de qué medidas de seguridad deben tomar en cada caso.



El senderismo, por ser el deporte más practicado, es el que más incidentes ha registrado: en promedio, el 47% de los rescates ocurre por esta actividad, seguido de “Progresión en terreno abrupto” (un tipo de senderismo pero por fuera de las rutas “normales”), con el 12% y barranquismo, con un 9%. Por su parte, los tropiezos y el extravío son los motivos más frecuentes de los rescates.

Como cuestiones elementales y para evitar accidentes, el Servicio de Montaña recomienda no “sobreestimar las posibilidades” y siempre planificar la actividad con tiempo. Esto significa pensar el material necesario, recopilar cartografía, contar con una predicción meteorológica fiable, tener en cuenta las horas de luz y siempre tener a mano un silbato y una batería de repuesto para el móvil.

En total, entre enero de 2015 y agosto de 2019 los Greim han realizado 4.435 rescates, con un saldo de 516 muertes y más de 2.600 heridos.

Los menores, gran parte de los accidentados

Las cifras aportadas por la Guardia Civil apuntan otra cuestión preocupante: para agosto de este año, el total de menores accidentados ya era superior al registrado en todo 2018. Si bien el número de niños y adolescentes rescatados había ido descendiendo en el último lustro el año pasado se rescató a 135 jóvenes que no alcanzaban los 18 años (un 9% del total), mientras que para agosto de este año ya eran 145 y representaban el 14% de los rescatados.



Ayora considera que hay tres tipos de accidentes: aquellos “normales y asumidos”, como un tropiezo; aquellos que se encuentran en una “zona gris”, que pueden evitarse con suficiente prevención y planificación, como un infarto; y aquellos “accidentes negros”, que deben evitarse a toda costa.

“Ahí soy muy combativo con los accidentes en el seno de actividades organizadas y con menores, en las que no se han cumplido ciertas premisas básicas, como puede ser el reconocimiento de los itinerarios o la formación técnica de los que dirigen. Ese tipo de accidentes no se deberían de dar”, sostiene.

Sin Observatorio de Accidentes de Montaña

El pasado 8 de mayo de 2018, la Comisión de Interior aprobó una proposición no de ley que instaba a la creación de un Observatorio de Accidentes de Montañas a nivel nacional, cuyo objetivo fuera unificar datos de todas las comunidades autónomas y crear campañas de sensibilización. Un año y medio después, todavía no se ha materializado.

Tanto el Servicio de Montaña como Fedme aseguran que los datos que reúne la Guardia Civil no son totalmente representativos, ya que hay otros organismos que también pueden realizar rescates, como los bomberos, agentes forestales o los Mozos de Escuadra en Catalunya. Por ello reiteran la necesidad de poner en marcha el Observatorio. “Llevamos muchos años pidiendo que haya un plan nacional de prevención de accidentes de montaña, y dentro de ese plan, lo primero es tener los datos”, sostiene Ayora. Sobre el Observatorio, asegura que “el Gobierno no ha dado respuesta”.

Incluso desde el Servicio de Montaña afirman que “es un problema que no conseguimos arreglar”. “Está muy parado. Alguna comunidad autónoma tiene que instar a la Dirección General de Protección Civil, pero no se está haciendo”.

Por el contrario, Gonzalo Palacín, uno de los impulsores de la iniciativa y exdiputado por Huesca del PSOE, opina que “desde la Guardia Civil están por la labor”, pero que todavía no se ha puesto en marcha por la “incertidumbre política”.

Sin embargo, también reconoce que se deberían implementar más campañas de prevención a nivel nacional. “Muchos de los rescatados en el Pirineo Aragonés son turistas que vienen de Barcelona, de Madrid, del País Vasco. Por mucho que sensibilicemos aquí, si los que vienen de afuera no lo están, se pueden cometer imprudencias”, sostiene.

¿Cuánto cuesta un rescate?

El 12 de septiembre del año pasado, la Justicia española ponía punto final al debate acerca del cobro de los rescates. La sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo dejó en claro que los rescates son competencia de las comunidades autónomas y que, por lo tanto, es suya la decisión de facturar o no una tasa tras el operativo.

Consultados por eldiario.es, desde la Guardia Civil han asegurado que, al ser un organismo estatal, el Servicio de Montaña no cobra ninguna tasa. Sin embargo, no han sabido especificar cuánto le cuesta al organismo un rescate. Según sostienen, los costes están incluidos en los presupuestos anuales y depende en gran medida de las características del rescate en cuestión (la cantidad de personas involucradas, si se necesita helicópteros o vehículos, el tiempo que lleve, etc).

Si se decidiera involucrar a otros cuerpos, como bomberos, Mossos o Ertzaintza, estos sí podrían cobrar por la operación. En la actualidad, existen siete leyes autonómicas que regulan el cobro de tasas, según han recogido desde el portal especializado Nieve Aventura. Entre ellas, Catalunya, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Navarra, País Vasco y Canarias. Catalunya, por ejemplo, establece una cuota de 2.857 euros por hora en alquiler de helicóptero, mientras que en el País Vasco el precio es 2.155 euros.

Desde Fedme, sin embargo, han reiterado que se oponen a cualquier tipo de cuota. “Es un debate del que hay que huir, no hay que ponerle precio. Hay que apostar por la prevención”.

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