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Opinión - Junts, el bolsillo y la patria. Por Neus Tomàs

Los países emergentes se lanzan a la conquista del espacio

Teguayco Pinto

“La exploración del espacio continuará adelante, nos unamos a ella o no, y es una de las grandes aventuras de todos los tiempos”. Era septiembre de 1962 cuando el presidente de EE.UU., John Fitzgerald Kennedy pronunció estas palabras. Aún faltaban 7 años para que el primer hombre pisara la Luna y EE.UU. estaba perdiendo la carrera espacial con la Unión Soviética, que tan solo un año antes había conseguido enviar al primer hombre al espacio.

Hoy, medio siglo después, la situación ha cambiado radicalmente. La guerra ha dado paso aun escenario de cooperación internacional (no sin tensiones) y la exploración del espacio ha dejado de ser coto privado de las dos superpotencias. Además, el interés de las grandes agencias por los costosos viajes tripulados se ha ido reduciendo en los últimos años lo que, unido al abaratamiento de la tecnología aeroespacial, ha provocado que muchos países emergentes se hayan lanzado a la conquista del espacio.

Asia, el futuro competidor

De entre todas las regiones del planeta Asia es sin duda en la que más países están desarrollando prometedores programas espaciales. Japón tiene una larga trayectoria de misiones exitosas y China se encuentra en una situación de privilegio para afrontar la exploración espacial del siglo XXI, tras haberse convertido en el tercer país, tras Rusia y EEUU, en llevar seres humanos al espacio. Algo que no parece que vaya a conseguir ningún otro país a corto plazo.

La última en unirse a esta aventura ha sido Emiratos Árabes Unidos. Tras haber conseguido lanzar varios satélites, el país ha decidido dar un paso más allá y se ha propuesto el ambicioso objetivo de llegar a Marte. Si tienen éxito, la nave bautizada como Al Amal (esperanza en árabe) se convertirá en la primera sonda árabe de la historia.

El anuncio de este proyecto, denominado Emirates Mars Mission (EMM), lo realizó el propio vicepresidente y primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohammed binRashid Al Maktoum, desde el recién inaugurado centro espacial que lleva su nombre. Según Rashid, “esta misión representa la esperanza para millones de jóvenes árabes en busca de un futuro mejor”. La sonda se lanzará en el año 2020 y su misión principal se centrará en el estudio de la meteorología de Marte. 

Pero el continente asiático tiene otros actores que tratan de hacerse un hueco en la exploración espacial y de entre todos ellos destaca especialmente la India. El país posee una gran tradición científica y puede presumir de haberse convertido en el cuarto país en llevar una sonda a Marte, adelantándose a China y Japón, y el primero en hacerlo en su primer intento. La sonda Mangalayaan, que entró en la orbita del planeta rojo el pasado 24 de septiembre, destaca además por su bajo coste en comparación con otras misiones similares, como la sonda Maven de la NASA, que llegó a Marte dos días antes que la nave india y costó casi 9 veces más.

Latinoamérica también busca su sitio

Aunque al otro lado del mundo la pujanza no es tan grande como en el continente asiático, varios países latinoamericanos han dado pequeños pasos en la carrera espacial durante los últimos años. Países como México, Colombia o Venezuela han desarrollado con éxito satélites de comunicaciones, que han sido lanzados en colaboración con las grandes agencias de EEUU, Europa, China o Rusia.

Pero si hay dos países que destacan en este continente son, sin duda, Argentina y Brasil. Argentina realizó en el año 2003 un esfuerzo por impulsar de nuevo la carrera espacial del país y en 2006 fundó la compañía estatal ARSAT. En octubre pasado consiguieron poner en órbita su primer satélite geostacionario de comunicaciones, el ARSAT-1 y ya están en desarrollo otros dos satélites similares, que se lanzarán antes de que termine esta década.

La emergencia de Brasil durante la última década también se ha visto reflejada en su programa espacial. El país ha ampliado considerablemente su presupuesto y en la actualidad dispone de cerca de 270 millones de euros anuales. La mayoría de las misiones de la Agencia Espacial Brasileña están relacionadas directamente con necesidades estratégicas del país. Entre ellas destaca el lanzamiento del satélite de observación Amazonia-1, que será lanzado en 2016 y se dedicará principalmente al estudio de la deforestación de la selva amazónica.

Tecnología española en Marte

Aunque España no dispone de un programa espacial autónomo, gran parte de sus proyectos se encuentran enmarcados dentro del programa de la Agencia Espacial Europea (ESA, por su siglas en inglés).

Dos de los proyectos más interesantes en los que está inmerso el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) están relacionados con Marte. Uno es el proyecto MEIGA-MetNet, resultado de una colaboración entre España, Finlandia y Rusia, y que pretende establecer una red de sondas meteorológicas en la superficie del planeta rojo.

El director científico de este proyecto, el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid Luis Vázquez, ha asegurado que “este proyecto supone un salto conceptual importante para la astronáutica en España”. Vázquez destaca que además de los avances tecnológicos generados, el proyecto también “ha servido de fuerza de arrastre para crear grupos de estudio científico y tecnológico sobre Marte”.  Si el proyecto tiene éxito, entre 2017 y 2018 habrá una nave con participación española sobre la superficie marciana.

Los conocimientos adquiridos durante el desarrollo de MetNet han permitido al equipo colaborar en un segundo proyecto, una de las grandes misiones de la ESA, la ExoMars. Esta misión, cuyo lanzamiento está previsto para el año 2017, tratará de llevar una nave a Marte con un aterrizador y dos vehículos de exploración.

África mira a la luna

Pero si hay un continente que ha estado históricamente alejado de cualquier posibilidad de viajar al espacio, ha sido África. Sin embargo, esto puede estar a punto de cambiar gracias a la misión Africa2Moon.

La misión es el buque insignia de la Fundación para el Desarrollo del Espacio (FSD, por sus siglas en inglés). El objetivo de esta organización surgida en Sudáfrica en 2009 es establecer las bases para un futuro programa espacial africano y enviar una misión a la Luna en la próxima década.

El director ejecutivo de la FSD, John Weltman, quiere llamar la atención sobre las posibilidades que tiene el continente desde un punto de vista científico. “Aunque la gente no lo crea, están sucediendo muchas cosas interesantes en la industria espacial africana y lo que pretendemos es motivar a nuestros jóvenes a estudiar ciencia y a entender los beneficios que el acceso al espacio puede dar a este continente”, ha asegurado Weltman para eldiario.es.

La misión se encuentra en su fase inicial de desarrollo y pretenden finalizar los estudios de viabilidad antes de noviembre de 2015. Según Weltman, su primer objetivo a corto plazo “es presentar un proyecto viable en el próximo Congreso Internacional de Astronáutica”, que se celebrará este año es Jerusalén (Israel). Este objetivo es “fundamental”, ya que la presentación de un proyecto viable y atractivo podría facilitar acuerdos de desarrollo con alguna de las grandes potencias espaciales, lo que daría un impulso definitivo al proyecto.

Ahora África se atreve también a mirar al espacio y quién sabe sin en unos años el continente será capaz de lograr una hazaña que hasta hace poco era solo posible para algunos países privilegiados. “Queremos demostrar al mundo que África también puede contribuir a la investigación científica y a la exploración del espacio”, sentencia Weltman.

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