Así celebran el fin de año en otros países (no, no comen 12 uvas)

Comer 12 uvas en Nochevieja es una tradición popular en nuestro país

Adrián Roque

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En España, el fin de año tiene sabor a uvas y sonido de campanadas desde la Puerta del Sol. Pero basta cruzar una frontera para darse cuenta de que lo nuestro no es ni mucho menos la norma. En otros países, la Nochevieja se vive con rituales muy distintos: algunos simbólicos, otros ruidosos, otros directamente excéntricos. Y no, en la mayoría no hay ni rastro de las doce uvas.

Un repaso por cómo se recibe el año nuevo fuera de nuestras costumbres demuestra que lo universal no es el ritual, sino la necesidad de cerrar un ciclo y empezar otro con buen augurio.

Japón: 108 campanadas para purificar el alma

Mientras en España las campanadas se cuentan con prisas, en Japón se escuchan con solemnidad. Allí el año nuevo llega con el Joya no Kane, un ritual budista en el que los templos hacen sonar sus campanas 108 veces, un número que representa los deseos y pasiones humanas que hay que purificar antes de empezar de cero.

Nada de comer durante las campanadas: el silencio, la introspección y el simbolismo mandan. El año nuevo se recibe con calma y reflexión, no con atragantamientos.

Italia: lentejas para atraer la prosperidad

En Italia el protagonismo lo tiene la mesa. En lugar de uvas, se comen lentejas justo después de la medianoche, ya que su forma recuerda a pequeñas monedas y simbolizan riqueza y abundancia.

Cuantas más lentejas, mejor augurio económico para el año que empieza. Es una de las tradiciones de fin de año más extendidas en el país y sigue muy viva, especialmente en el norte.

Escocia: fuego, whisky y puertas abiertas

El Hogmanay escocés es una de las celebraciones de Nochevieja más intensas de Europa. En muchas ciudades hay desfiles con antorchas, hogueras y música. Pero el ritual más curioso es el first footing: la primera persona que cruza el umbral de una casa tras la medianoche debe llevar regalos simbólicos como carbón, pan o whisky.

Nada de frutas ni campanadas televisadas. Aquí el año nuevo entra caminando… y, a ser posible, con algo para beber.

Brasil: blanco, flores y el mar

En Brasil, el fin de año se celebra de blanco, especialmente en la playa de Copacabana, donde millones de personas despiden el año frente al océano. El ritual más popular consiste en saltar siete olas y lanzar flores al mar para atraer buena suerte y protección.

Es una celebración colectiva, espiritual y festiva, muy alejada del silencio o del comedor familiar. Aquí el año nuevo entra con música, fuegos artificiales y arena bajo los pies.

Dinamarca: romper platos para tener amigos

Los daneses tienen una forma muy literal de demostrar afecto en Nochevieja: romper platos contra la puerta de amigos y familiares. Cuantos más restos encuentres al día siguiente, más personas te quieren y mejor se presenta el año.

Además, justo a medianoche, se suben a una silla y saltan al suelo al compás del nuevo año. Empezar cayendo bien es, al parecer, un buen presagio.

Estados Unidos: una cuenta atrás gigante y besos

En Estados Unidos no hay ritual gastronómico concreto. El momento clave es la cuenta atrás, con el famoso descenso de la bola en Times Square como icono global. A medianoche, besarse con la persona más cercana es casi obligatorio si se quiere empezar el año con buena suerte amorosa.

Aquí el símbolo no está en lo que se come, sino en el espectáculo y la celebración pública.

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