El clima extremo que acabó con los ‘hobbits’ de Indonesia: un nuevo estudio reconstruye su desaparición hace 50.000 años
Durante casi dos décadas, la desaparición de Homo floresiensis, los diminutos “hobbits” que habitaron la isla indonesia de Flores, ha sido un asunto central en la paleoantropología. Con una presencia documentada en Liang Bua entre hace 190.000 y 50.000 años y sin restos posteriores a esa fecha, su ausencia final ha generado múltiples preguntas.
Un nuevo estudio publicado en Communications Earth & Environment, arroja luz sobre el proceso: la clave no sería una catástrofe repentina, sino una combinación de periodos prolongados de sequía y cambios ambientales que alteraron profundamente los recursos de la isla. La investigación reconstruye con gran detalle el clima de los últimos 90.000 años y propone un marco ecológico capaz de explicar por qué los hobbits abandonaron Liang Bua miles de años antes de su desaparición definitiva.
El factor clave: los cambios climáticos
Los investigadores repasan primero quiénes eran estos homínidos: pequeños, de apenas un metro de altura, con herramientas de piedra y adaptados a un ecosistema insular dominado por el elefante enano Stegodon florensis insularis. En un territorio aislado como Flores y sin evidencia de navegación que explique su llegada a la isla, su supervivencia dependía estrechamente de los recursos locales, en especial del agua y de la fauna herbívora disponible. Esto convierte los cambios climáticos en un factor fundamental para comprender su trayectoria evolutiva.
Para reconstruir ese clima, el equipo analizó una estalagmita procedente de la cueva de Liang Luar, un depósito de carbonato cuyas capas conservan la firma química de la lluvia y del monzón. Los investigadores se fijaron en dos pistas clave: una que indica si el monzón fue más fuerte o más débil, y otra que ayuda a saber cuánta lluvia cayó a lo largo del año. La estalagmita permitió elaborar una secuencia continua desde hace 91.000 hasta hace 47.000 años, proporcionando la cronología más detallada hasta la fecha para evaluar la relación entre clima, fauna y ocupación humana en Flores.
A partir de ese registro, los autores identifican tres grandes fases climáticas. Entre 91.000 y 76.000 años atrás, Flores era significativamente más húmeda que hoy, con lluvias abundantes. Entre 76.000 y 61.000 años, las estaciones se intensificaron: menos lluvia total, pero períodos húmedos y secos más marcados, un clima que describen como “Goldilocks climate”, adecuado para Stegodon y coherente con la persistencia de los hobbits en la región.
Después de 61.000 años, el sistema monzónico entra en un régimen prolongado de aridez, con veranos extremadamente secos y lluvias muy por debajo de los niveles previos. Es esa fase, que dura miles de años, la que coincide con el declive de la fauna y con la desaparición de H. floresiensis de Liang Bua.
Otros elemenos analizados
El estudio no solo aborda el clima: también examina dientes fosilizados de Stegodon y compara la información química de su esmalte con los datos climáticos obtenidos de la estalagmita. Esto permite alinear directamente los periodos de abundancia y declive del herbívoro con la evolución ambiental de la isla. Según los datos, “el 90% de los restos de Stegodon de Liang Bua pertenecen al periodo 76.000–61.000 años”, precisamente la fase más favorable. Tras ese periodo, la disponibilidad de pastos disminuye drásticamente y la población de elefantes enanos colapsa. Dado que los hobbits dependían de ellos como recurso clave, su declive tuvo un impacto directo en la ocupación humana.
Uno de los elementos más determinantes identificados por los autores es la reducción del caudal del río Wae Racang, la principal fuente de agua dulce cerca de Liang Bua. La reconstrucción climática sugiere que las sequías prolongadas redujeron drásticamente su flujo, afectando primero a Stegodon y posteriormente a los hobbits. Según el estudio, “la reducción del caudal habría obligado a los elefantes a desplazarse hacia áreas con agua permanente”, lo que desencadenó el abandono de Liang Bua por parte de H. floresiensis.
La llegada de una capa de ceniza volcánica
A este proceso gradual se suma un factor abrupto: la llegada de una capa de ceniza volcánica que sella los últimos restos de Stegodon y herramientas asociadas a los hobbits. Aunque el estudio no afirma que el volcán extinguiera a la especie, sí señala que este episodio forma parte de la secuencia de eventos que transformaron el ecosistema.
Por encima de ese nivel aparece, por primera vez, evidencia de Homo sapiens en Flores. El documento menciona posibilidades como competencia, enfermedad o incluso depredación para explicar la coexistencia temporal, pero aclara que no existen pruebas directas que permitan establecer una relación causal entre ambas especies.
El marco final que plantea el estudio combina ambos elementos: un deterioro ambiental sostenido que redujo los recursos clave, junto con episodios volcánicos y la llegada de una nueva especie humana. Bajo ese escenario, la desaparición de los hobbits aparece como el resultado de transformaciones ecológicas acumuladas más que de un único evento dramático. La investigación concluye subrayando que la disponibilidad de agua dulce desempeñó un papel determinante y que comprender esta secuencia ofrece una perspectiva más amplia sobre la vulnerabilidad humana frente a los cambios ambientales a lo largo del tiempo.
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