Descubren tatuajes raros por su forma y ubicación en una momia andina de 800 años de antigüedad
Los tatuajes no son nuevos, sino que se trata de una práctica cultural milenaria. Sin embargo, documentar su existencia siempre ha sido complicado, porque los hallazgos arqueológicos a menudo carecen de tejidos blandos bien conservados y eso complica su observación. Sin embargo, un grupo internacional de científicos ha encontrado una momia en buen estado de conservación, que no solo ha permitido documentar estos dibujos, sino que se trata de un caso único por la forma y la ubicación de los mismos.
Los resultados de la investigación, publicados en ScienceDirect, muestran formas y ubicación anatómica inusuales en los tatuajes: se detectaron unas líneas en las mejillas y una única marca en forma de ese en la muñeca.
Estamos ante un caso único, aseguran los autores del estudio. Y no solo por la localización de los tatuajes y por el trazado que presentan. La composición de la tinta también es inusual, porque se confirmó la presencia de magnetita y la ausencia intencional de carbón vegetal como único pigmento, el material más comúnmente reportado en la literatura.
Tatuajes en la cara únicos
Existen pocos ejemplos de piel tatuada provenientes de hallazgos arqueológicos porque la mayoría carecen de tejidos blandos bien conservados, porque estos siempre terminan degradados. El equipo lo intentó examinando con detenimiento una momia femenina conservada en el Museo de Antropología y Etnografía de la Universidad de Turín y que había sido recuperada de una excavación en la Cordillera de los Andes.
El objetivo que se marcaron: identificar la presencia, el número y la posible ubicación de los tatuajes. Y el resultado que obtuvieron les sorprendió, sobre todo por la ubicación de estos dibujos.
Comenzaron su trabajo utilizando la datación por radiocarbono para determinar la edad de la momia, la cual demostró que vivió entre 1215 y 1382 d. C. Con otras dos técnicas lograron localizar varios tatuajes, uno en ambas mejillas y otro en la muñeca.
Los autores teorizan sobre los motivos que llevaron a tatuarse zonas de la cara: “Desde una perspectiva cultural, todos los tatuajes de la momia MAET se ubican en partes del cuerpo que no suelen estar cubiertas por la ropa, lo que parece indicar una finalidad decorativa o comunicativa. Sin embargo, cabe destacar que los tatuajes suelen tener diversas causas desde un punto de vista émico. Actualmente, no es posible atribuirles ningún propósito médico o terapéutico ni una procedencia cultural”.
Por último, el equipo empleó fluorescencia de rayos X, espectroscopia μRaman y un microscopio electrónico de barrido para determinar los materiales utilizados en la fabricación de los tatuajes. Vieron que la composición de la tinta no era nada habitual, atendiendo a la literatura anterior: “Presencia de magnetita y ausencia intencional de carbón vegetal como único pigmento, el material más comúnmente reportado”.
En cualquier caso, los investigadores aseguran que están ante un caso único. “Cabe destacar que, en cuanto a la clasificación cultural basada en las marcas cutáneas, los hallazgos de la momia de Turín son únicos”, concluyen.
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