El naufragio del Nossa Senhora do Cabo, uno de los mayores botines piratas de la historia, reaparece en el Índico
Los barcos de bandera británica, francesa y neerlandesa solían fondear en la costa oriental de Madagascar para evitar ser interceptados por las patrullas coloniales. Muchos de esos navíos iban cargados con mercancías saqueadas, procedentes del tráfico en el océano Índico.
A mediados del siglo XVIII, la isla de Nosy Boraha acogía con frecuencia a capitanes fugitivos, comerciantes sin licencia y marinos que abandonaban sus flotas. Fue allí, entre arrecifes y playas estrechas, donde se establecieron refugios ocultos al margen de cualquier administración. En esa misma isla, frente al pequeño islote de Îlot Madame, un equipo de arqueólogos marinos cree haber localizado los restos del Nossa Senhora do Cabo.
Una búsqueda meticulosa y persistente permitió identificar un pecio cargado de historia
El hallazgo, confirmado por el Centro para la Preservación de Naufragios Históricos de Massachusetts, se produjo tras 16 años de trabajo sobre el terreno. La zona donde apareció el pecio ya había sido objeto de prospecciones anteriores, ya que se sabe que en sus aguas hay entre siete y diez naufragios de los siglos XVII y XVIII.
Sin embargo, ningún equipo había logrado hasta ahora identificar con seguridad los restos del navío portugués que fue saqueado por piratas en 1721. Los investigadores se apoyaron en registros de archivo, técnicas de datación de maderas y el análisis de unos 3.300 objetos extraídos del fondo marino.
Entre los restos recuperados se encuentran esculturas religiosas indoportuguesas, monedas europeas, porcelana asiática y especias que apuntan a un comercio transoceánico activo. Según detallaron desde el Centro, estas piezas configuran un perfil muy preciso de embarcación diplomática y sagrada, alineada con las descripciones históricas del Nossa Senhora do Cabo. La asociación entre el contenido del cargamento, la ubicación y los materiales estructurales ha llevado al equipo a considerar confirmada la identificación del pecio.
La última travesía del galeón portugués terminó en manos de dos conocidos corsarios
La historia del barco se remonta a un momento de especial tráfico entre la India portuguesa y Lisboa. En 1721, el buque —originalmente un navío de guerra neerlandés reconvertido en galeón luso de 72 cañones— navegaba desde Goa con un cargamento de alto valor económico, político y religioso. A bordo iban el virrey de Goa, el arzobispo y unos doscientos africanos esclavizados procedentes de Mozambique, además de lingotes de oro y plata, piedras preciosas, marfil, tejidos de lujo y objetos litúrgicos.
Una fuerte tormenta frente a la isla de Reunión obligó al capitán a deshacerse de parte del armamento y buscar refugio. El estado del barco facilitó su captura por parte de Olivier Levasseur y John Taylor, piratas que operaban en la región con base en el Índico occidental. Según los archivos del Centro para la Preservación de Naufragios Históricos, “los piratas se hicieron con un cargamento valorado en más de 138 millones de dólares actuales”.
Algunos testimonios recogidos por los investigadores indican que los esclavizados fueron desembarcados en Reunión tras la captura, mientras que el virrey fue retenido y liberado posteriormente a cambio de un rescate. El barco, rebautizado como Victorieux por Levasseur, fue utilizado por un tiempo como navío pirata antes de ser abandonado y hundido cerca de Madagascar.
Brandon Clifford, uno de los arqueólogos que lideraron las investigaciones, explicó en declaraciones recogidas por The Independent que “juntos, los materiales y la estructura del barco describen un perfil coherente con una embarcación de gran rango destinada al comercio diplomático y religioso”.
El hallazgo del Nossa Senhora do Cabo aporta también una pieza clave en la historia del célebre pirata Levasseur, apodado El Gavilán. Aunque fue ejecutado en 1730 en la isla de Reunión, las leyendas sobre su tesoro aún sin localizar siguen alimentando la búsqueda de aventureros. Según algunos relatos, Levasseur lanzó al público un criptograma en sus últimos momentos de vida, en el que prometía revelar la localización exacta del botín.
A día de hoy, el contenido de ese criptograma aún no ha sido descifrado completamente. Mientras tanto, los restos del navío portugués permanecen en estudio, en una zona del Índico que continúa siendo objeto de indagaciones arqueológicas activas.
El cierre del caso del Nossa Senhora do Cabo ofrece a los historiadores una referencia concreta en torno a uno de los mayores saqueos piratas documentados. Aunque el destino del tesoro de Levasseur aún se desconozca, su historia sigue marcada por los restos de ese barco hundido cerca de Nosy Boraha.
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