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El escritor Terry Pratchett predijo las fake news en 1995 charlando con Bill Gates

El escritor Terry Pratchett, en una imagen de archivo

Felipe G. Gil

El periodista Marc Burrows se encontraba investigando intensamente en una biblioteca la vida del escritor de fantasía y ciencia-ficción, además de periodista, Terry Pratchett. Con el objetivo de preparar una biografía, buceaba en entrevistas y apariciones en medios del escritor. De repente se encontró una conversación con Bill Gates para la revista GQ publicada en 1995. En ella ambos mantienen un intercambio sobre el futuro de la tecnología en la que el escritor define con precisión el conflicto que hoy vivimos con respecto a la desinformación en Internet y a las denominadas fake news. Gates le resta importancia.

Terry Pratchett: Ok. Digamos que yo me llamo a mí mismo Instituto de Nosequé y decido promover un tratado espurio diciendo que los Judíos fueron responsables por completo de la Segunda Guerra Mundial y diciendo que el Holocausto no sucedió. Y sale ahí fuera a Internet y está disponible en los mismos términos que cualquier otra pieza de investigación histórica que ha sido sometida a un sistema de peer review y demás. Hay una cierta paridad de estima en la información en la red. Todo está ahí: no hay manera de averiguar si algo tiene fundamento o de si alguien se lo ha inventado.

Bill Gates: No por mucho tiempo. Los sistemas electrónicos nos proporcionarán una forma de clasificar las cosas. Tendremos autoridades en la Red y que un artículo forme parte de sus índices significará algo. En la práctica, habrá una cantidad infinita de texto y solo recibirás un fragmento de texto a través de niveles de clasificación, como un amigo que dice "Oye, ve a leer esto", o una marca asociada con un grupo de arbitraje o de un experto en particular, o informes de consumidores, o el equivalente de un periódico. Ellos señalarán las cosas que son de particular interés. Toda la manera de verificar la reputación de alguien será mucho más sofisticada en la Red de lo que es en la información impresa hoy.

Borrows, cuya biografía de Pratchett será no oficial, le contaba en una entrevista al Huffington Post que no le resultó sorprendente “dado que trabajó como periodista o agente de prensa hasta 1987, cuando su carrera como escritor realmente comenzó a despegar (...) Él sabía cómo funcionaban las noticias y los rumores a nivel instintivo”, explicó Burrows, cuyo título provisional de su biografía será “El verdadero Terry Pratchett” y será publicado por la editorial Pen and Sword en agosto de 2020.

Durante la conversación, Gates ofrece una explicación para el futuro del consumo de medios audiovisuales que recompone un poco su incapacidad predictiva con respecto a la desinformación. Critica abiertamente los video-reproductores y adelanta cómo terminarán funcionando en realidad plataformas como Netflix o HBO: “Por supuesto, el VCR ofrece el peor interfaz del mundo. No proporciona feedback sobre si lo estás haciendo bien o mal. Interfaces ciegas siempre son complicadas. Todo de lo que estamos hablando tendrá pantallas para guiarte y cuando hagas una pausa, habrá un sistema personalizado que aparecerá inmediatamente para ayudarte. En cualquier caso, los DVDs serán obsoletos en 10 años”.

Este tipo de predicciones son más comunes de lo que parecen y aunque a posteriori sea mucho más fácil de señalar, lo cierto es que la precisión de algunas nos invita a pensar que siempre han existido personas con la capacidad de proyectar un futuro con una exactitud fascinante. Esto es lo que sucedió con Frank Loh en 1973.

Según Paul Theroux en su crónica de “El Gran Bazar del Ferrocarril” (publicado originalmente en 1975 y editado por Alfaguara en España), en una entrevista realizada para el periódico The Strait Times el 20 de Noviembre de 1973, el director general de la Compañía de Teléfonos de Singapur, Frank Loh, estuvo hablando sobre comunicación telefónica en la convención de los Colegios de Ingenieros de Singapur y Malasia y ofreció una descripción muy precisa que se parece mucho a cómo funciona hoy Internet:

¿Le gustaría vivir en un Singapur futuro en el que la correspondencia y los periódicos llegasen a su casa electrónicamente? Esto parece ciencia ficción, pero, según el director general de la Compañía de Teléfonos de Singapur, señor Frank Loh, ‘pronto podría llegar a ser una realidad’, pues dijo que los adelantos realizados en las telecomunicaciones ya han introducido un gran cambio en nuestras vidas. Conceptos como el de ‘ciudad telegráfica’, en que un solo cable conectado a cada hogar o a cada oficina satisfaría todas las necesidades de comunicación pronto podrían convertirse en realidad. “Imagínense ustedes –dijo-, su hogar convertido en un centro de comunicación, en el cual tanto el correo como los periódicos podrían llegar suministrados electrónicamente.

Más adelante, en 1981, dos autodefinidos “frikis informáticos” que formaban parte del hoy mítico y aún vigente Chaos Computer Club, publicaron en un periódico alemán un artículo en el que convocaban un encuentro de interesados en los ordenadores para hablar de “redes internacionales, leyes sobre comunicación, leyes sobre el procesamiento de datos (¿a quién pertenecen mis datos?), derechos de autor, sistemas de información y aprendizaje, bases de datos, criptografía, videojuegos, lenguajes de programación, control de procesos, hardware, y cualquier otra cosa”. Adelantándose a lo que hoy es objeto de trabajo para activistas y académicos interesados en la complejidad jurídica, social y cultural que propone Internet.

Sin duda una de las predicciones sobre cómo funcionaría Internet y la tecnología más increíbles por el momento de su publicación corresponden a Mark Twain y a su historia corta “From the London Times in 1904”, publicada en 1898, el autor americano predecía Internet y el futuro de las redes sociales. Con cinco años de anticipación con respecto al momento en que fue escrita, la historia comienza como un misterioso crimen. Clayton, un malhumorado oficial del ejército, es acusado de asesinar a Szczepanik, el inventor de un nuevo y prometedor dispositivo llamado el Telectroscopio. El narrador anónimo del cuento lo describe así:

Tan pronto como el contrato de París lanzó el Telectroscopio, se entregó para uso público y pronto se conectó con los sistemas telefónicos de todo el mundo. El teléfono mejorado de "distancia ilimitada" se introdujo en el presente y las actividades diarias del mundo se hicieron visibles para todos, y también audiblemente discutibles, por testigos separados por cualquier cantidad de ligas.

Resulta curioso descubrir la similitud con respecto al funcionamiento actual de las redes sociales. Volviendo a Pratchett, lo curioso de este caso es que Borrows haya encontrado esta entrevista en una biblioteca y no estuviera digitalizada. Lo cual demuestra que es casi seguro que aún nos quedan muchas historias de este tipo por conocer y seguro que habrá muchos protagonistas ocultos. Y muchas, no olvidemos que Ada Lovelace publicó el primer algoritmo informático en 1843 y que su contribución a la historia de la ciencia no fue reconocida hasta los años 80 del siglo XX.

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