Los robots domésticos llegan a casa
Una de las tendencias en auge en la última edición de CES, la feria de electrónica de consumo que se celebra cada enero en Las Vegas, fueron los aparatos destinados a poblar el nuevo hogar inteligente. Desde luces que se encienden solas justo antes de que entres a casa; termostatos que se aseguran de que ahorres energía pero no padezcas ni frío ni calor; hervidores de agua que se comunican con tu Fitbit, detectan que te has despertado y cómo de bien has dormido y se disponen a preparar un café más o menos cargado en función de eso; o secadoras que entran en modo de ahorro de energía si no estás en casa y la colada no corre prisa.
Y es que la domótica y la capacidad de tener una casa que se lleva sola, al menos en parte, se han convertido en una posibilidad al alcance del consumidor final. Esto es posible mediante algunos dispositivos que prometen automatizar tareas cotidianas de forma inteligente.
“Hace dos o tres años todo este tipo de automatización tenía que hacerse contratando a un experto y era bastante difícil. Tenías que poner cables por todas partes. Ahora es todo a través de wifi. Además todo el mundo se siente un poco más cómodo con la tecnología al usar ya teléfonos inteligentes. Este tipo de cosas son tan fáciles como eso. No tienes que ser un técnico para poderlas usar o instalar”, nos explica Andy Lin, un arquitecto que trabaja en San Francisco y que ha optado por probar él mismo algunos de estos aparatos en su hogar. “Nuestros clientes cada vez nos piden más cosas como éstas y yo siempre he tenido mucha curiosidad tecnológica. Cuando mi esposa y yo compramos nuestra casa hace un par de años, teníamos que cambiar la cerradura igualmente. Así que, en lugar de poner una normal, compramos algo un poco más inteligente y que te permite controlar más cosas”.
Lin optó por un cierre inteligente Yale, que puede accionar mediante su smartphone. Con el mismo sistema se asegura de que las luces de su casa estén encendidas cuando llega a ella cada noche. Además de eso utiliza Dropcam, una webcam con detección de movimiento a la que se puede acceder remotamente, como una cámara para poder ver a su bebé de meses cuando no está en casa. El siguiente aparato que tiene en su lista de adquisiciones futuras es algo tan aburrido y mundano a priori como un termostato. Un termostato inteligente, claro.
Tras su compra el año pasado por el gigante Google, Nest se ha convertido en la empresa de referencia en el sector del control de la temperatura en el hogar. “El nuestro es un termostato inteligente con capacidad de aprendizaje”, nos dice Alexandra Zoz Cuccias, del departamento de comunicación de Nest. “Antes de la primera generación de Nest en 2011 llevábamos más de 40 años sin innovaciones en esta categoría. Nest aprende cuáles son tus hábitos y no lo tienes que programar siguiendo un horario. Va aprendiendo lo que te gusta y a qué temperatura te sientes más cómodo y se anticipa a tus necesidades”.
Es cierto que 215 euros (249 dólares) puede parecer un precio un tanto excesivo para asegurarse de tener un termostato que se puede controlar desde el teléfono móvil permitiendo así que la casa esté caliente cuando vuelves a ella después de pasar el fin de semana fuera. Uno de los argumentos de Nest para que desembolses esa cantidad de dinero es que su aparato puede ahorrar hasta un 20 por ciento en la factura energética. “Cada mes enviamos un informe en el que se puede ver la cantidad de energía que has gastado. Hay un indicador que te permite ver si has sido eficiente energéticamente. Es muy práctico porque a menudo sólo con ajustar el termostato uno o medio grado puedes ahorrar sin que tu cuerpo note la diferencia”, explica Cuccias al respecto.
Cuccias reconoce que parte de los compradores de Nest son early adopters que quieren dispositivos nuevos e interesantes para su hogar, pero asegura que no se limitan únicamente a este perfil de usuarios tecnológicamente avanzados. “Hay todo un abanico de gente que compra nuestros productos. Actualmente estamos a la venta en siete países: Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Bélgica, Francia, Irlanda y Holanda, con la intención de seguir expandiendo. Lo que es interesante es que a pesar de vender sólo en esos siete países, vemos nuestros productos conectados en más de 130 países alrededor del mundo. La gente lo compra y se lo lleva a casa”.
Pioneros en el sector
Bastante más allá de la fase de popularizar un producto entre early adopters está iRobot, una de las empresas pioneras en el arte de hacer las cosas más fáciles en el hogar gracias a su Roomba, una aspiradora dotada de sensores que se pasa literalmente sola desde 2002. A pesar de que Roomba se comercializa a partir de los 450 euros, 750 en el caso de su modelo con más prestaciones, el precio no parece haberle supuesto un impedimento a los compradores españoles.
“Uno de los modelos de aspiradora más vendidos en España es Roomba. No estamos del todo seguros de los motivos pero los consumidores españoles han aceptado muy bien este tipo de tecnología y aprecian el tiempo que ahorra tener un robot que se encargue de las faenas”, nos explica el director ejecutivo y cofundador de iRobot, Colin Angle, que añade que en iRobot han vendido más de 12 millones de robots en más de 60 países.
“Me habían comentado que era un buen electrodoméstico, que te facilitaba un poco la vida a la hora de limpiar el suelo de casa”, nos explica María Escusa, una licenciada en Químicas de Alfambra, en Teruel, que deja que Roomba se encargue de los suelos en su casa desde hace dos años y medio. “Ayuda bastante porque no se dispone de mucho tiempo para realizar las tareas del hogar. En mi casa estamos muy contentos con él”.
Escusa añade desconocer otros aparatos inteligentes para el hogar con funciones distintas a Roomba pero no descarta la compra de alguno más si se informara acerca de sus ventajas.
'Handicaps' para la casa inteligente
La desinformación o el exceso de información puede ser precisamente uno de los inconvenientes para este mercado al alza. Porque no todo son ventajas e historias de aparatos que nos hacen la vida más sencilla. En este artículo estamos citando sólo una parte de los muchos productos existentes actualmente. Cada vez son más las empresas, emergentes o consagradas, que apuestan por proponer modelos nuevos o similares a otros existentes en este campo. Algo que hace que a la hora de escoger un enchufe inteligente o un sistema de vigilancia el consumidor pueda acabar abrumado por las muchas opciones y se vea obligado a hacer una investigación previa.
Lo de informarse bien es imprescindible si tenemos en cuenta las alianzas que se están formando entre diferentes empresas para asegurarse de la comunicación entre dispositivos mediante el Internet de las cosas. Apple ha hecho tratos con compañías que producen enchufes inteligentes, cerraduras o sensores de temperatura y calidad del aire. Estos gadgets se controlarán gracias a Siri con el HomeKit de la compañía de la manzana. Samsung está trabajando en la misma dirección y ha comprado la empresa SmartThings. Además de que las luces se enciendan a nuestro paso o la puerta se abra sola, en Samsung quieren que cuando te quites los auriculares al llegar a casa la música que estabas escuchando pase a sonar en los altavoces del sistema de sonido de tu hogar. Y ya hemos mencionado que Google ha comprado Nest, que a su vez adquirió Dropcam. Nest además ha firmado acuerdos de colaboración con empresas como Mercedes o Whirlpool. Naturalmente no todos los aparatos podrán comunicarse bien con todos los sistemas que se están desarrollando y el comprador se verá obligado a escoger uno u otro de la misma forma que ahora optamos por un iPhone, un Android o un teléfono Windows.
Batallas por el monopolio del mercado del hogar a un lado, el precio es otro de los inconvenientes a la hora de automatizar más la casa. “Sigue siendo una tecnología bastante cara”, nos dice Lin sobre el motivo por el cual no dispone de más aparatos de este tipo en su hogar. “Un enchufe inteligente son 35 dólares (30 euros). Supongo que es algo que podría hacer mi vida un poco más simple pero 35 dólares siguen siendo mucho dinero. Ésa es mi mayor queja”.
La seguridad, en cambio, no preocupa tanto a este arquitecto que a pesar de ello reconoce que no le gusta pensar en la idea de que un hacker pudiera acceder a su Dropcam y mirar a su bebé. “No siento que esta tecnología me esté haciendo más vulnerable. Me preocupa más que puedan hackear la compañía de mi tarjeta de crédito”.
En Nest nos aseguran que se toman muy en serio la seguridad y privacidad de sus usuarios y dicen que no han observado diferencias entre el acceso ilegal que se pueda hacer remotamente a uno de sus sistemas o físicamente a un sistema tradicional.
El futuro que casi está aquí
En todo caso parece que nuestros hogares cada vez se parecerán más al futuro prometido en el Hollywood de los años ochenta. Lo único que les quedaría es empezar a adquirir una personalidad propia e incluso eso está ya cada vez más cerca.
“Qué pasaría si la tecnología te tratara como a un ser humano. Qué pasaría si la tecnología te ayudara a sentirte más cerca de aquellos a quienes amas. Qué pasaría si la tecnología te ayudara como un compañero, en lugar de ser simplemente una herramienta”, dice la doctora Cynthia Breazeal, profesora en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y fundadora de Jibo.
Braezeal inició una campaña de micromecenazgo en Indiegogo el verano pasado para desarrollar Jibo (http://www.myjibo.com), un robot familiar. Este pequeño artilugio promete ser capaz de contar historias, hacer de avatar en videoconferencias con tus seres queridos, llamar a tu restaurante de comida preparada preferida para hacer el pedido habitual, leerte el correo electrónico mientras cocinas o simplemente hacerte compañía.
“Hemos alcanzado muchas cosas con las revoluciones informática y de las redes sociales. La nueva ola, la informática emotiva, está aquí. Jibo es un robot transformador, social y emotivo que ayudará a la gente y se convertirá en uno más de la familia”, añade Breazeal en un comunicado de prensa.
El futuro no termina ahí y, aunque Angle de iRobot reconozca que todavía queda mucho trabajo por hacer, es posible que además de robot personal acabemos teniendo robot doméstico. “En el futuro habrá múltiples robots trabajando juntos en casa. Uno de ellos aspirará el suelo, otro se encargará de fregarlo, otros harán otras tareas. Un robot centralizado se encargará de comunicarlos a todos en la casa inteligente. Además teniendo en cuenta el Internet de las cosas, los robots también podrán coordinarse con otros aparatos de la casa. Tendrán la posibilidad de saber dónde y cuándo limpiar. Podrán coordinarse por ejemplo con la agenda de una persona para empezar a limpiar antes de que lleguen sus invitados. Ayudándonos a conseguir el objetivo de tener una casa siempre limpia sin necesidad de mover un dedo”.
Impoluta, con aparatos que se avanzan a nuestros deseos e incluso responden a nuestras necesidades emotivas. ¿Qué más define a la casa inteligente?
“Creo que una casa inteligente es algo que les permite a sus ocupantes interactuar con ella. Una casa tradicionalmente es un sitio en el que simplemente vives, que ocupas. Pero una casa inteligente interactúa contigo, te responde”, concluye Lin.