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Un jugador de fútbol americano demuestra por qué no es buena idea cobrar en bitcoin

El jugador de fútbol americano Odell Beckham Jr.

Carlos del Castillo

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Odell Beckham Jr. es un jugador de fútbol americano que firmó un nuevo contrato con Los Ángeles Rams el pasado 12 de noviembre. Su fichaje coincidió con el último boom del bitcoin, que estaba superando sus máximos históricos. En plena corriente alcista, Beckham anunció que había llegado “una nueva era” y para darle el “pistoletazo de salida” había decidido transformar todo su sueldo en criptomonedas. “Estoy deseando que llegue el futuro, y por eso voy a cobrar mi nuevo salario en bitcoin”, afirmó. 

Dos meses después, el futuro no ha sonreído al jugador. Desde que firmó su contrato el bitcoin se ha desplomado el 45% de su valor, desde los 58.000 euros a los 31.000. El problema para Beckham es que su obligación es pagar impuestos por el total de su contrato en dólares, independientemente de los acuerdos posteriores a los que él llegara sobre cómo recibir ese importe. Entre las tasas del estado de California y las federales, la carga impositiva asciende al 50,3% de los emolumentos del jugador. 

En cifras, el fijo anual de 750.000 dólares que firmó Beckham se ha quedado en unos 410.000 dólares debido a la caída del bitcoin. Restando los 375.000 dólares que deberá abonar en impuestos, el jugador percibirá de los Rams unos 35.000 dólares por una temporada, menos de la mitad del salario medio de EEUU. En España le hubiera ocurrido lo mismo, ya que Hacienda solo acepta que los contratos y las facturas sean emitidas en euros.

La situación de Beckham está lejos de ser dramática. Se trata de un jugador que ha ganado más de 75 millones de dólares en su carrera y que aún puede compensar el batacazo, puesto que a su salario base se le unen pluses de hasta 3 millones de dólares en función del éxito deportivo del equipo. Pero sí “deja un cuento con moraleja”, como explica el analista de negocios deportivos estadounidense Darren Rovell. Una moraleja sobre el alto riesgo que entraña operar con criptomonedas por su extrema volatibilidad.

La decisión de Beckham tiene truco. El paso de cobrar su sueldo en bitcoin no se debe (o no solo) a su firme convencimiento del futuro de las criptomonedas. Formó parte de una campaña promocional de Cash App, una aplicación para hacer envíos de dinero que ha volcado su negocio hacia el trading de criptoactivos, y que le reportó más de un millón de dólares. Otros jugadores de la liga nacional de fútbol americano también recibieron dinero por promocionar entre sus seguidores que cobrarán su sueldo en bitcoin. 

Buena parte de la comunidad de partidarios de las criptomonedas jaleó a los jugadores por atreverse a dar el paso y dar ese ejemplo a sus fans. “La cantidad de gente que aplaude a los jugadores que cambian su sueldo a bitcoin como si fueran héroes ha sido cómica”, tuiteó Rovell, ex reportero de la cadena deportiva ESPN y de la CNBC, que había alertado en el pasado sobre los peligros de las criptomonedas que invaden el mercado deportivo norteamericano. 

Es muy probable que la mayoría de jugadores que participaron en la acción tuvieran sus ingresos blindados contra posibles caídas en el precio del bitcoin como la actual. No así los seguidores que decidieran seguir su ejemplo y transformar buena parte de sus ingresos a criptomonedas, algo no solo fomentado por acciones particulares de los jugadores, sino por toda la industria deportiva estadounidense en general. A la promoción de Beckham y sus compañeros se suma un gran número de acuerdos de patrocinio de todo tipo de compañías de criptoactivos con franquicias de las diferentes ligas. Uno de los más sonados y polémicos ha sido el cambio de nombre de Staples Center, el mítico estadio de Los Ángeles Lakers y otros equipos de la ciudad, por el de Crypto.com Arena.

Desembarco en España

Ese desembarco de la industria cripto ya ha comenzado en España. Tras la prohibición de la publicidad de las casas de apuestas por el Ministerio de Consumo, las empresas de criptomonedas han cogido el testigo y estampan su marca en las camisetas de varios equipos de LaLiga de fútbol. A ello se suma el fenómeno de los 'fan tokens', criptoactivos propios de cada equipo que se ofrecen como una forma de que sus seguidores sean una especie de accionistas a pequeña escala, participando en pequeñas decisiones de la organización (como qué canción suena en el estadio cuando los equipos están calentando) o recibiendo ventajas exclusivas. 

En la práctica funcionan como una criptomoneda del equipo y cotizan en los mercados igual que estas, con la única diferencia de que utilizan una blockchain de terceros y no propia. Más de 40 equipos profesionales de fútbol impulsan a sus seguidores a operar con estos criptoactivos, incluidos el Fútbol Club Barcelona, el Atlético de Madrid o el Valencia. La Real Federación Española de Fútbol también recibe financiación de una empresa turca a cambio de promocionar fan tokens de la selección. Cuando se firmó el acuerdo, el portal de la compañía ni siquiera tenía versión en castellano y solo compras de criptomonedas con liras turcas.

Otras caras muy reconocidas como la del futbolista Andrés Iniesta también se han subido al barco de la publicidad cripto a cambio de la correspondiente contraprestación. La CNMC ha publicado nuevas reglas para este tipo de anuncios y aunque movimientos como el de los jugadores cobrando en bitcoin aún no se han producido en España, su llegada puede verse espoleada por la expansión del negocio de esas empresas.

La matriz de Cash App, la aplicación que pagó a Beckham por cobrar en bitcoin, se ha presentado este martes en España. Está desarrollada por Square, la compañía en la que el fundador de Twitter Jack Dorsey centra sus esfuerzos tras salir de la multinacional. Dorsey está considerado uno de los profetas del movimiento cripto y defiende que es la tecnología que “traerá la paz mundial”.

En EEUU la plataforma de Square es usada por multitud de pequeños comercios y pymes como pasarela de pago e incluye también la opción de operar con criptomonedas, un extremo que la empresa aún no ha confirmado si extenderá a España.

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