Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

The Guardian en español

Arabia Saudí pretende abrir el grifo del petróleo para controlar el aumento de los precios

Reunión del presidente ruso Putin y el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salmán.

Debbie Carlson

Chicago —

Mientras la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se prepara para reunirse el 22 de junio, sus miembros están ante un mundo muy diferente al de hace unos años.

Los excedentes masivos de petróleo y los precios mínimos son historia. La economía mundial es más fuerte, la demanda de energía de combustibles fósiles está en un nivel récord y el acuerdo nuclear que permitió a Irán, miembro de la OPEP, empezar a vender petróleo de nuevo está hecho trizas. Después de caer por debajo de los 30 dólares el barril a principios de 2016 para el Brent, la referencia mundial, y para el West Texas Intermediate, referente para EEUU, los precios del petróleo han subido a cerca de 76 y 67 dólares el barril, respectivamente.

La demanda de crudo supera ahora a la oferta y los miembros de la OPEP debatirán si levantar el límite de producción aprobado hace 18 meses para estabilizar los precios. Se cree que Arabia Saudí quiere bombear más, igual que Rusia, un país clave que no pertenece a la OPEP, pero los miembros más pobres de la organización preferirían que los precios siguieran subiendo.

Los acuerdos nunca son fáciles para el cártel del petróleo, pero los analistas del mercado dicen que incluso si se aumentase el límite, la capacidad global para producir más petróleo es limitada, lo que significa que por primera vez en muchos años el mercado del petróleo estará a merced de posibles choques de oferta o tensiones geopolíticas que harán que los precios sufran sacudidas.

Después de la sorprendente disciplina mostrada por los miembros de la OPEP para mantener el tapón, está llegando más petróleo al mercado. Es por eso que los precios de Brent y WTI son diferentes a sus máximos de mayo cuando llegaron a unos 80 y 73 dólares, ha explicado el analista Scott Roberts de Invesco Fixed Income. Arabia Saudí y Rusia han dicho que ya estaban bombeando más que antes, y que eso es lo que frenó la reciente escalada.

Estos anuncios muestran hacia dónde se está inclinando la OPEP, cree Roberts, pero las confabulaciones del cártel son complejas. Es posible que los miembros de la OPEP estén irritados, ya que parece que EEUU y Arabia Saudí han estado negociando antes del encuentro. Trump ya ha protestado vía Twitter al menos dos veces, el 20 de abril y el 13 de junio, por los precios del petróleo.

El aumento de la producción saudí en mayo hace pensar que los saudíes han respondido a los tuits de Trump.

Roberts afirma que la OPEP podría aumentar la producción cerca de un millón de barriles cada día con bastante rapidez, pero varios países que pertenecen al cártel tienen problemas. La producción venezolana sigue disminuyendo, no se sabe cuánta producción iraní se perderá por culpa de las sanciones, y en Angola, Libia y Nigeria la producción también se ha reducido.

Por otro lado, algunos miembros de la OPEP quieren que los precios suban para ayudarles a cumplir con sus presupuestos. Por tanto, hay límites en cuanto a la cantidad adicional de petróleo que puede producir el cártel.

Los productores estadounidenses de esquisto pueden hacer frente a cualquier déficit de suministro, pero Roberts y Phil Flynn, analista principal de energía del Price Futures Group, dice que lleva tiempo aumentar la producción por la propia naturaleza de la minería del esquisto. Roberts explica que la producción de la Cuenca del Pérmico, el mayor yacimiento de esquisto, está siendo restringida debido a los cuellos de botella o limitaciones estructurales para hacer llegar el petróleo a las refinerías.

Rob Thummel, jefe de carteras de Tortoise Capital, que se centra en los mercados de la energía, añade que esos obstáculos podrían seguir produciéndose otros 18 meses, y este será otro aspecto que los miembros de la OPEP probablemente tendrán en cuenta en la reunión.

Lo que no quiere la OPEP es perjudicar a la demanda, añade Thummel. Las caídas significativas en la cantidad de petróleo en stock en EEUU y del resto del mundo muestran que la demanda de los consumidores está en máximos históricos, impulsada por los menores precios del petróleo y ahora por una economía global más fuerte, comentan Roberts y Michael Cohen, analista de Barclays. En la segunda mitad del año, es probable que la demanda continúe creciendo con el verano y el aumento del uso de los coches, dijo Thummel.

Roberts dice que un precio de cuatro dólares el galón de gasolina (3,4 litros) en EEUU “es un punto psicológico que la gente sigue teniendo en mente”.

Con una demanda que a día de hoy supera a la oferta, el mercado queda en una situación en la que no había estado durante algún tiempo: susceptible a las fluctuaciones de los precios. Aunque el mercado probablemente no volverá a vivir grandes oscilaciones de precio como sucedió hace mucho tiempo, porque ahora EEUU es un productor grande, todavía es una posibilidad, según Thummel.

Flynn dice que los mercados realmente no están preparados para el posible impacto de las amenazas geopolíticas o la interrupción directa de la producción. “Si observamos la falta de capacidad de excedentes de la OPEP y la comparamos con la demanda, no hay margen de error. ¿Qué pasa si se produce otro huracán?”, dice en referencia al huracán Harvey, que destruyó la capacidad de las refinerías en Houston y elevó los precios de la gasolina durante un tiempo en otoño.

Cohen dice que el mercado ya ha compensado un ligero aumento de la producción, de 700.000 a 800.000 barriles al día. Si no hay consenso sobre el aumento de la producción, podría ser una señal alcista y enviar al precio del Brent a una media de entre 80 y 85 dólares para el año, por encima de los niveles actuales.

Hay otro factor a tener en cuenta, apunta Roberts, y es el dólar estadounidense. Un dólar más fuerte pesa sobre el petróleo, ya que su valor está designado en dólares. Eso podría imponer un límite en los precios y limitar la cantidad de dinero que gana la OPEP al producir más. “Un dólar fuerte daña a la Opec, sin duda”, concluye Roberts.

Traducido por Cristina Armunia Berges

Etiquetas
stats