Así funciona el tren de Artouste, el ferrocarril más alto de Europa sobre vías estrechas
El tren cuenta cada vez con más adeptos y los argumentos son de lo más variopintos: cómodo, económico, rápido y sostenible. La fiebre por este medio de transporte va más allá de lo rutinario u obligatorio y algunos aprovechan la primera oportunidad (o las primeras vacaciones) para conocer ferrocarriles históricos, trenes temáticos y convoyes que completen los recorridos más insospechados o con vistas a paisajes espectaculares.
En ese selecto grupo encontramos al tren de Artouste, el ferrocarril más alto de Europa sobre vías estrechas y que solamente funciona del 8 de mayo al 6 de octubre. No se trata de un convoy habitual, tanto por su diseño como por el recorrido que completa, diez kilómetros en 55 minutos y con momentos en los que alcanza los dos mil metros de altitud.
Hasta dos mil metros de altura
El tren de Artouste presume de ser el ferrocarril más alto de Europa sobre vías estrechas. Alcanza los dos mil metros de altitud y en tan sólo 55 minutos recorre un itinerario de diez kilómetros, que va desde el pueblo de Fabrèges al lago de Artouste, situado en el valle de Ossau, en plenos Pirineos Atlánticos.
Muchos se quedan con el recuerdo del lago de Artouste, pero este enclave tiene mucho más. Este singular viaje ofrece una excepcional postal: una panorámica de las montañas y del Pic du Midi d'Ossau, una cima pirenaica conocida por su impresionante silueta y por su valor para los aficionados al alpinismo y al esquí de montaña.
Este legendario ferrocarril se construyó en 1920 con un propósito muy distinto al actual. Por aquel entonces, se utilizó para facilitar las obras de construcción de la presa del lago de Artouste, iniciadas por la Compagnie des chemins de fer du Midi. Ahora, se ha convertido en un atractivo turístico para la zona y anualmente recibe miles de visitas.
Una experiencia al completo
Los curiosos y los amantes de este medio de transporte tienen que saber que el tren de Artouste no se visita en una hora. Lo primero será subir en una telecabina, que tarda unos 15 minutos. Después, llegan al deseado destino, en el que pasarán 55 minutos de travesía a 2000 metros de altura. La experiencia puede ir a más, según el billete que hayan adquirido, porque algunos incluyen una hora y veinte de tiempo libre en el lago.
Desde la empresa que administra este histórico ferrocarril, reconocen que el acceso para personas con movilidad reducida es posible, pero es “complicado” porque no cuentan con todas las facilidades que deberían. Se permiten animales, pero siempre con correa. En el caso de menores de 1 año, no se aconseja la telecabina. El precio del billete para adulto, a partir de 24 euros.
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