El pueblo medieval de Guadalajara donde hacer un viaje al pasado entre sus murallas y su castillo medieval

Castillo de Palazuelos.

Edu Molina

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Palazuelos, una villa ubicada en la provincia de Guadalajara, en Castilla-La Mancha, conserva una configuración urbana que mantiene elementos originarios de la Edad Medial, convirtiéndose en un destino especial para realizar un viaje al pasado este invierno. La localidad se organiza en torno a un núcleo central cerrado por un sistema defensivo que ha condicionado la disposición de calles, plazas y edificaciones a lo largo del tiempo. Esta estructura permite observar la forma en que se desarrolló la vida comunitaria dentro de un recinto amurallado y desde hace varios siglos.

El acceso al casco urbano se realiza a través de puntos situados en el perímetro defensivo, lo que refleja la función histórica de control y vigilancia que desempeñaban las murallas. Dentro del núcleo, la distribución de viviendas, plazas y templos sigue un patrón que evidencia la relación entre el trazado urbano y las necesidades defensivas, así como la organización de la villa como entidad autónoma durante distintos periodos de su historia.

La villa conserva construcciones de distintos siglos que permiten observar la evolución arquitectónica y urbana de Palazuelos. La disposición de viviendas, calles y edificios religiosos muestra cómo se organizaba la vida cotidiana dentro del perímetro amurallado. La integración de espacios residenciales, templos y vías de circulación evidencia la planificación del núcleo en relación con sus defensas y refleja la continuidad del asentamiento a lo largo del tiempo.

Un recinto medieval configurado en torno a su muralla

La estructura defensiva de Palazuelos forma un perímetro completo que supera los dos kilómetros y delimita todo el núcleo habitado. El cerramiento, levantado en el siglo XV, fue concebido como una prolongación directa de la fortaleza ubicada en el lado noroeste, integrando ambas construcciones en un mismo sistema. Dentro del conjunto se abrieron cuatro accesos principales, de los que en la actualidad se conservan tres, conocidos como la Puerta de la Villa, la Puerta del Cercao y la Puerta del Monte.

Puerta de la Villa, Palazuelos.

El castillo, adosado al extremo noroeste del muro, pasó con el tiempo a manos privadas. Sus propietarios llevaron a cabo distintos trabajos de rehabilitación destinados a conservar la estructura y mantener la relación original con el trazado defensivo. La importancia histórica y arquitectónica del conjunto quedó reconocida oficialmente en 1951, cuando recibió la declaración de Monumento Histórico-Artístico.

En el interior de la muralla, la disposición urbana responde a un trazado medieval que se ha mantenido sin grandes modificaciones. La Plaza Mayor concentra las edificaciones más significativas y conserva viviendas tradicionales cuya factura incluye técnicas locales y decoraciones que reflejan influencias culturales antiguas. Esta zona central articula el recorrido por el casco y permite observar la evolución de la vida comunitaria a lo largo del tiempo.

La iglesia de San Juan Bautista, situada dentro del recinto, documenta una secuencia histórica prolongada. El origen del templo se remonta al siglo XII, aunque fue sometido a una restauración en el XVI que introdujo cambios arquitectónicos. La coexistencia de ambas etapas permite analizar la evolución religiosa y constructiva de la villa.

El entramado interior mantiene calles estrechas y pavimentos tradicionales que conectan viviendas, accesos y espacios representativos. Las construcciones de piedra y la continuidad del perímetro defensivo permiten entender cómo se organizaba la vida cotidiana en una villa medieval cerrada, en la que la totalidad del caserío se desarrolló dentro de la muralla del siglo XV. A pocos kilómetros del núcleo se encuentra el Parque Natural del Barranco del Río Dulce, lo que ubica a Palazuelos en un entorno con valor tanto histórico como natural, integrando el patrimonio urbano con los recursos paisajísticos de la comarca.

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