Rodeado de dehesas y un refrescante arroyo, es uno de los pueblos más pequeños pero con más encanto de Andalucía

Vista general del apacible pueblo onubense

Alberto Gómez

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Municipio anclado en la provincia de Huelva, de los más pequeños tanto de Andalucía como de toda la península, Cumbres de Enmedio está ubicado en el corazón de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, un enclave singular conocido por su sencillez y encanto, rodeado de dehesas y un refrescante arroyo, el del Sillo. De hecho, en los últimos tiempos se ha convertido en un verdadero refugio para quienes buscan la calma, la naturaleza y una vida auténtica. El pueblo se sitúa geográficamente a 593 metros de altitud, a unos 140 kilómetros de la capital onubense, distancia suficiente para atraer a personas que quieran ver en primera persona dicha calma, ya sea para realizar una visita como viajeros agradecidos o, por qué no, para quedarse a vivir, dadas sus condiciones geográficas y su atmósfera apacible.

Aunque alguna vez fue conocido como el pueblo con menos habitantes de la provincia, hoy experimenta un notorio crecimiento, impulsado por el turismo rural y la búsqueda de un retorno a los orígenes tras la pandemia. En 2010 contaba con solo 50 habitantes, aunque las cifras demuestran un interés creciente por llegar a vivir en esta pequeñísima localidad: según el censo de 2023, Cumbres de Enmedio alcanzó los 63 habitantes. Esto lo posiciona como el segundo pueblo menos poblado de Andalucía, aunque hace tan solo unos años era el municipio menos poblado de toda la provincia de Huelva. Históricamente, el lugar llegó a albergar 287 vecinos, por lo que el interés actual representa un resurgir significativo.

Tres calles

La configuración urbana de Cumbres de Enmedio es tan peculiar como su población, caracterizándose por un trazado urbano sorprendentemente simple y homogéneo. Y es que el municipio está conformado por apenas tres calles principales: Calle Real, Calle Rábida y Calle Colón, nombres que reflejan el pasado histórico y cultural del lugar. La Calle Real funciona como la arteria principal o el “corazón” del pueblo, mientras que las otras dos completan este sencillo entramado urbano. La arquitectura de las viviendas conserva un carácter tradicional, mostrando reminiscencias de los estilos extremeño y lusitano. A pesar de su reducido tamaño, Cumbres de Enmedio posee un legado cultural notable, con raíces que se extienden hasta tiempos celtas y romanos. La principal joya arquitectónica del municipio es la Iglesia de San Pedro, una construcción del siglo XVIII que ha sido declarada Bien de Interés Cultural. 

Dicha preservación patrimonial lo que hace precisamente es atraer a quienes desean conocer la historia rural de Andalucía, mientras que el entorno del pueblo también forma parte de la antigua Cañada Real. La vida cotidiana en Cumbres de Enmedio se distingue por la tranquilidad absoluta y la gran cercanía entre sus vecinos. Los pocos y mencionados habitantes disfrutan de un estilo de vida sereno, apartado del bullicio de las grandes urbes, donde el ritmo lo marcan elementos naturales y comunitarios, como el canto de los pájaros o el repicar de las campanas de la iglesia. Aunque el pueblo actualmente no cuenta con negocios locales abiertos de forma permanente, los servicios esenciales están cubiertos mediante proveedores externos. 

A pesar de su reducido tamaño, este pueblo posee un legado cultural notable, con raíces que se extienden hasta tiempos celtas y romanos

El panadero, por ejemplo, visita la localidad a diario alrededor de las once de la mañana, y otros comerciantes, como el frutero y los vendedores de congelados y butano, acuden semanalmente para abastecer a los vecinos. Además, el municipio cuenta con infraestructuras básicas como un centro sanitario (cuyo consultorio será rehabilitado), una biblioteca, un gimnasio y un centro para actividades comunitarias. Este sentido de comunidad se refuerza durante las fiestas populares, ocasiones importantes en las que los vecinos se reúnen como una gran familia. En los próximos días, celebraciones como las campanadas de Año Nuevo en el reloj de la iglesia, con champán y uvas facilitados por el ayuntamiento o la llegada de los Reyes Magos, volverán a unir a los habitantes y llenarán de vida el pueblo.

El reciente y mencionado crecimiento demográfico ha sido impulsado por la llegada de nuevas familias y profesionales que buscan la calidad de vida que ofrece el entorno rural. Entre las incorporaciones recientes se encuentran jóvenes que se mudaron para teletrabajar, una pareja de ingleses que compró una casa o jubilados que llegaron atraídos por la tranquilidad de la zona. El municipio ha sumado incluso a cinco niños pequeños en los últimos tiempos, lo cual, según la alcaldesa Reyes Páez, “significa futuro”. Para el consistorio que dirige, la máxima aspiración es devolver al pueblo su antiguo esplendor. Para incentivar el crecimiento y la vida social, los principales objetivos del gobierno local se centran en la revitalización económica.

Dichos planes incluyen lograr que se reabra el bar del pueblo, un local totalmente equipado que se ha sacado a licitación varias veces, y empezar a dar uso a un polígono industrial mancomunado cercano, con la esperanza de atraer empresas interesadas en la explotación para que el municipio pueda crecer. Su apacible entorno natural inigualable, al estar ubicado en plena sierra de Aracena, es sinónimo de paisajes de gran belleza, con montes y senderos cercanos, lo que lo convierten en un atractivo para el senderismo y la naturaleza. Lugares como la cumbre Malaparte o el arroyo del Sillo, que marca la frontera con Extremadura, ofrecen vistas panorámicas y un refugio de paz para quienes buscan desconectar. En definitiva, se trata de un municipio que regala la esencia de la vida rural andaluza, donde la historia, la naturaleza y la comunidad se entrelazan para ofrecer un tesoro escondido y auténtico.

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