Esta ruta en Asturias entre árboles y puentes de madera esconde una cascada y es perfecta para ir con niños

Chorrón de Villamayor (Piloña).

Edu Molina

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En el concejo de Piloña, en la zona oriental de Asturias, se encuentra una ruta de senderismo que destaca por su sencillez y belleza natural, ideal para realizar en familia. La Ruta del Chorrón, ubicada muy cerca del pequeño núcleo de Villamayor, ofrece un recorrido corto y accesible que permite descubrir un entorno de bosque frondoso, cruzar puentes de madera y terminar en una cascada poco conocida.

Esta combinación de elementos hace que la ruta sea especialmente recomendable para quienes buscan una actividad al aire libre apta para niños y personas con poca experiencia caminando. A diferencia de otros senderos más largos o exigentes que pueblan la geografía asturiana, esta propuesta destaca por su firme terreno, señalización clara y ausencia de grandes pendientes.

La ruta permite que los visitantes puedan disfrutar sin prisas de un paseo tranquilo en plena naturaleza, con la ventaja de estar muy cerca de Villamayor, lo que facilita su acceso desde diferentes puntos de la región. Su duración es otro factor que la hace atractiva para familias con niños pequeños, que pueden aprovechar el tiempo para explorar y descansar sin que el esfuerzo sea excesivo.

Además de su valor paisajístico, el recorrido incluye elementos de interés cultural y tradicional. Se atraviesan antiguos canales de agua y se cruzan pequeños puentes de madera que reflejan el aprovechamiento hidráulico rural histórico en la zona. La cascada, llamada El Chorrón, es el premio final de este itinerario y ofrece un espacio para detenerse, escuchar el agua y disfrutar de un entorno natural cuidado y poco masificado. Así, esta ruta representa una opción sencilla y agradable para quienes quieran acercarse a la naturaleza asturiana sin necesidad de desplazamientos largos o recorridos complejos.

Características de la ruta y entorno natural

La Ruta del Chorrón comienza junto a la iglesia parroquial de Villamayor, un punto accesible y sencillo de localizar. Desde allí, el camino se adentra en un bosque típico del oriente de Asturias, dominado por especies como el castaño, el roble y el avellano. A lo largo del recorrido, los senderistas cruzan varios puentes de madera que permiten salvar pequeños arroyos y zonas húmedas, facilitando el tránsito y aportando un valor añadido al paisaje.

El firme de la ruta es mayormente cómodo y transitable, con tramos de tierra y piedra bien compactada. El desnivel es suave, sin rampas pronunciadas, lo que hace que el recorrido sea apto para personas de todas las edades. En algunas zonas, el sendero discurre junto a un antiguo canal de agua que servía para regar o abastecer a poblaciones rurales, un vestigio de la actividad tradicional en la región.

El recorrido en total tiene una longitud aproximada de cinco kilómetros ida y vuelta, con una duración estimada de alrededor de dos horas, aunque suele prolongarse por las pausas para observar el entorno o descansar. El camino se encuentra bien señalizado, lo que facilita la orientación y reduce la posibilidad de perderse. Durante el paseo, los visitantes disfrutan de un entorno tranquilo, lejos del ruido y las aglomeraciones, lo que convierte la experiencia en una oportunidad para desconectar y conectar con la naturaleza.

La presencia constante de árboles proporciona sombra durante gran parte del trayecto, un aspecto importante en los meses más cálidos. También contribuye a mantener una humedad relativa alta, favoreciendo la proliferación de musgos y helechos que aportan un verde intenso y un ambiente fresco. La variedad botánica, junto con la fauna típica del bosque asturiano, añade valor a la ruta y permite un contacto directo con el medio natural.

El destino final, la cascada El Chorrón

El objetivo principal del paseo es alcanzar la cascada conocida como El Chorrón, que se encuentra al final del recorrido tras una bifurcación señalizada. Esta caída de agua tiene una altura aproximada de ocho metros y se sitúa en un espacio recogido, rodeado de vegetación de ribera que incluye helechos y musgos. Aunque no se trata de una cascada de gran volumen o fama, su situación en un entorno natural poco alterado la convierte en un lugar especial para quienes la visitan.

En el área de la cascada, el terreno es ligeramente irregular y húmedo, por lo que se recomienda tomar precauciones, especialmente si se visita con niños. Sin embargo, no existen zonas de riesgo destacables, y el espacio permite detenerse para descansar, hacer fotografías o simplemente escuchar el sonido del agua. El regreso se realiza por el mismo camino, lo que simplifica la organización de la excursión.

La ruta hasta El Chorrón destaca como una opción accesible para familias con niños porque no requiere un esfuerzo físico elevado ni experiencia en senderismo. La corta duración, la accesibilidad del sendero y la belleza natural del entorno hacen que sea una opción habitual para salidas de fin de semana o excursiones matutinas. Aunque no está adaptada para carritos de bebé o personas con movilidad reducida debido a la presencia de raíces y zonas de tierra, es adecuada para niños que caminan con seguridad.

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