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Personas con autismo: “yo también quiero trabajar”

Javier Ramajo

Motivación, fiabilidad, resistencia a la rutina, meticulosidad, tenacidad, iniciativa. Son potencialidades de un buen trabajador. Seguro que muchas empresas, aun teniendo ahora más dificultades para contratar, se pelearían por tener en su plantilla a uno con similares características. Son cualidades aplicables a personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA). Son recursos humanos desconocidos. Padecen más dificultades que el resto precisamente por eso mismo, por padecer un trastorno. El diagnóstico de casos va en aumento, no tanto su inserción laboral. Entre el 76 y el 90% de las personas adultas con TEA no tiene empleo. Ellos piden, como tanto otros, una oportunidad. Muchas veces, no se les da siquiera. “No hay que poner etiquetas antes de conocer a una persona”.

Paco Vaccaro tiene 41 años. No hace mucho tiempo le diagnosticarón síndrome de Asperger, un tipo de TEA que no lleva asociada discapacidad intelectual pero sí conlleva las mismas dificultades que el resto de personas con autismo, es decir, problemas de comunicación, sociales y de imaginación y flexibilidad. Lleva trabajando unos cinco años en McDonalds, en Dos Hermanas (Sevilla). “Aquí soy uno más. Me siento feliz porque cuentan conmigo, también fuera del trabajo. Si no fuera por mis compañeros...”. Colecciona juguetes antiguos, es amante de los pájaros y le encanta tener las cosas ordenadas, “en fila”. Ahora trabaja en la cocina y ya no tiene que escuchar a “algunos clientes impertinentes” que se metían con él. “Yo en el cole era el rarito”, apunta.

El empleo para una persona con TEA significa algo más que un puesto de trabajo. Es una herramienta que incide positivamente en su autonomía y en su independencia, promoviendo el desarrollo personal y mejorando su calidad de vida, explican a eldiario.es/andalucia desde la federación Autismo Andalucía. Este miércoles 2 de abril se celebra el Día Mundial de Concienciación del Autismo, que este año centra precisamene su mensaje en el acceso al empleo de personas con TEA, un trastorno que afecta a una de cada 150 personas. Más prevalencia que la diabetes o el síndrome de Down.

“Los compañeros me ayudan, son muy simpáticos”, repite. Paco recuerda que, cuando trabajaba de barrendero municipal, no delataba a compañeros que “se escaqueaban” y se sentaban en un banco en lugar de realizar la tarea encomendada. “Yo si tenía que recoger una mierda de perro pues la recogía, qué iba a hacer”. “A mí me gusta trabajar al aire libre, no como ahora friendo patatas”. Acaban de trasladarle a otro McDonalds de su ciudad. “No quería que me cambiaran por si no me aceptaban”, señala Paco, que vive solo en una casa, rodeado de toda clase de especies de pájaros y donde se relaja tras la jornada laboral. “A veces me han juzgado sin conocerme. Muchas empresas no quieren discapacitados, no entiendo por qué”. “Yo sé que la cosa está muy mala pero no me gusta estar en la cocina”, explica Paco mientras detalla su día a día en el establecimiento.

A pesar de sus lamentos, sabe que tiene suerte de tener un empleo. Autismo Andalucía, una organización sin ánimo de lucro cuyo fin es velar por la calidad de vida de las personas con TEA y sus familias, ha conseguido en los úlitimos años 100 contratos de trabajo (en 2004 eran solo dos) y 36 puestos de prácticas laborales para estas personas, abordando los graves problemas de acceso a un trabajo que padece el medio millar de personas en edad laboral diagnosticadas de TEA en la comunidad autónoma. El número de personas sin diagnóstico se estima como mucho más elevado, ya que se trata de un trastorno “difícil de determinar”.

“Algunos rasgos asociados con el autismo, bien canalizados, pueden suponer una ventaja considerable en el trabajo”

Orientación, formación, búsqueda de empleo e integración laboral, todo ello mediante un programa de Empleo con Apoyo en el que un mediador laboral especializado ayuda a las personas con TEA y a la empresa en el propio puesto de trabajo. A Paco, al haber cambiado de puesto recientemente, le hacen un seguimiento. “Ya verás como dentro de poco lo tienes más controlado y te gusta más”, le animan Alicia y Silvia, trabajadora social y piscopedagoga de la federación, quienes resaltan que ha pasado “con nota” las evaluaciones de los empleados que cada cierto tiempo efectúa la empresa.

“Son unos currantes magníficos, se distraen mucho menos, y tienen una motivación extra por haber llegado a conseguir un empleo”, explica Rosa Álvarez, psicóloga y directora técnica de Autismo Andalucía. “A muchas empresas les da miedo, pero luego repiten”. Y pone el ejemplo de Specialisterne, una compañía tecnológica danesa que se ha propuesto crear empleo para un millón de personas con TEA en todo el mundo. Las personas con autismo pueden tener “numerosas habilidades que les permiten ser excelentes empleados”. Además de sus “capacidades individuales”, “algunos rasgos asociados con el autismo, bien canalizados, pueden suponer una ventaja considerable en el lugar de trabajo”, indican desde la federación.

Pero para lograr los objetivos de integración, entidades como Autismo Andalucía lógicamente necesitan el apoyo económico, tanto público como privado, para alcanzar una “mayor inclusión” de personas con autismo. Saben que con la crisis es más difícil, pero se trata de que puedan “desplegar su productividad y contribuir a la sociedad, en lugar de depender de ella”.

Hay recortes en todos los aspectos, reconoce Rosa, pero reclama que la tijera no ataque siempre el mismo flanco y solicita más subvenciones (especialmente por parte de la Consejería de Innovación, que ha eliminado la convocatoria de 'Empleo con apoyo') y que las entidades públicas o privadas no retiren la asistencia económica que se presta a este tipo de servicios. En ocasiones, los requisitos “son bastante rígidos”, y no se ajustan a las características específicas de las persona con TEA. “Hemos apostado por el empleo con apoyo frente a otras medidas como pueden ser los Centros Especiales de Empleo porque nuestra finalidad es la inclusión real en la sociedad, no agrupar en una especie de guetos a personas con discapacidad”, explica Rosa.

En consonancia con Autismo España y Autism Europe, la federación andaluza se suma a la campaña de este año '¿Y tú qué sabes del autismo?', que hace referencia al potencial de estas personas para formar parte de los procesos de producción de la empresa moderna, que en los últimos tiempos ha vuelto la mirada al mundo de la discapacidad, implantando políticas de apoyo que integran a los colectivos más vulnerables. El artículo 27 de la Convención de las Naciones Unidas para los derechos de las personas con discapacidad se centra explícitamente en el derecho al trabajo de las personas con necesidades específicas. Autismo Andalucía reivindica el cumplimiento efectivo del reglamento que, en esta materia, España suscribió en 2008.

David Saldaña, del Laboratorio de Diversidad, Cognición y Lenguaje del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, hace hincapié en las alteraciones de las competencias sociales de las personas con TEA, que dificultan el establecimiento de relaciones interpersonales y su participación social. Pero añade: “tienen que tener la posibilidad de hacer de sus vidas lo que quieren, que es lo que quiere todo el mundo: tener una ocupación, familia, amigos...”, y para eso “necesitan apoyo para integrarse, para relacionarse más fácilmente”.

“Los trabajadores que todo empresario querría (aunque muchos aún no lo sepan)”

Las dificultades de comunicación verbal y no verbal están asociadas frecuentemente a problemas en el desarrollo del lenguaje oral. “Tenemos que saber todo eso que no dicen pero que están queriendo decir, hay que contar con ellos, hay que preguntarles, no hay que acostumbrarse a hacer cosas con ellos pero sin ellos”, señala. El investigador apunta en este sentido la participación en el proyecto LanPercept, que desarrolla una aproximación multidisciplinar a las relaciones bidireccionales entre el lenguaje y la percepción. “La entrevista de trabajo es un momento complicado, las personas con TEA digamos que no se venden bien”, apunta la directora técnica de Autismo Andalucía.

Rosa Álvarez y David Saldaña son coautores, junto a la investigadora italiana Marinella Capelli, del manual 'Quiero Trabajar. Los trabajadores que todo empresario querría (aunque muchos aún no lo sepan)'. Toda una declaración de intenciones. Desde 2011, Autismo Andalucía ha entrado a formar parte de redes de colaboración con otras entidades para facilitar la empleabilidad de personas en riesgo de exclusión social. Rosa Álvarez destaca la red de entidades del Programa Incorpora de “la Caixa”, un programa de inserción laboral de personas con dificultades para acceder al mercado de trabajo, a través de la colaboración con entidades dedicadas a la inserción laboral. En Andalucía el programa se desarrolla conjuntamente con una treintena de organizaciones, entre las cuales participa la federación.

Hay más historias de inclusión. Otra de las personas que obtuvo un trabajo gracias a los programas de la federación es Eduardo, también con Asperger y que trabajaba en las cocinas del Hotel Alfonso XIII de Sevilla. Él, como tantos otros, está ahora en paro. Un día dijo “yo también quiero trabajar”. Querer y poder. Él demostró, como se aprecia en el vídeo, que podía. Como muchas personas con TEA, ahora le toca esperar una nueva oportunidad.

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