Resaca de Semana Santa

No pasa nada.

La Semana Santa está aquí otra vez dentro de nada. Más lejos está el pleno empleo.

Ahora que todavía está caliente la cera de las bolas de papel de plata y a las abuelas todavía les duelen los juanetes es justo mirar qué ha pasado, cuáles han sido los temas de conversación que se recordarán de la Semana Santa 2013.

Tema 1: La Lanzada vs. Los Panaderos… Fight!

Los sevillanos se dividen en dos tipos, los que saben qué tiempo ha hecho esta semana en Chipiona y los que tienen una opinión sobre el conflicto entre estas dos hermandades.

Para los que vengan morenos resumimos:

Miércoles Santo. Los Panaderos hace su recorrido y de repente comienza a llover. Si la gente que no lleva paraguas corre, ¿por qué no va a hacerlo una hermandad?

Los problemas fueron dos. Por un lado, que cortó el paso de La Lanzada, algo que provocó que la gente pitara (algo común en fútbol o política pero extrañísimo en este ámbito) y por otro, que no había nadie del Comité Olímpico Internacional para dar por buena la marca. Porque habría estado en medalla seguro.

Ya parece que las aguas vuelven a su cauce, pero con la fama que está cogiendo esto de los “escraches” me veía a más de uno en la puerta del trabajo de los consiliarios vistiéndolos de limpio. Es fácil imaginar los tweets: “Capillitas, hoy a las 19.00 nuevo #escrachecofadre. ¡¡No hay incienso para tan poco tramo!!”.

Tema 2: La maldición de El Cachorro.

(Nota para sensibles: Pasados los necesarios días de luto, ya es hora de hacer bromas que las penas con pan son menos)

Tercer año consecutivo en el que El Cachorro no sale por lluvias.

En otro tiempo esta racha se habría interpretado como una maldición y alguien sería quemado. Hoy se ven las cosas de otra manera y me han filtrado que la comunidad de regantes del Alto Sahara se ha puesto en contacto con la Hermandad para alquilarle la imagen a ver si así llueve por allí y pueden plantar algo. Teniendo en cuenta los antecedentes se esperan unos tomates riquísimos. El Sindicato de Trabajadores del Campo del desierto del Serengeti (Tanzania) sigue de cerca estas negociaciones y se plantea alquilar la imagen también si da resultado.

La Hermandad, mientras se lo piensa, se encuentra dividida internamente entre pedir al Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla un nuevo itinerario que transite sólo por debajo de soportales o seguir intentándolo.

(Inciso)

Consecuencias que traería el nuevo recorrido:

El capataz en vez de decir “Izquierda atrás” gritaría “Más pegaditos al balcón quiero”.

Al aguador le arrasaría un ERE y cogería 15 días por año y gracias.

(Fin del inciso)

Tema 3: “Monte-Sión Shore” o El costalero que estaba más fuerte que el vinagre de una cooperativa.

Desde aquí siempre se intenta entender a todo el mundo.

Desde luego este chaval se habrá matado en el gimnasio en vez de estar tomando cervecitas en El Tremendo. Seguramente él también preferirá un montadito de pringá a pollo-arroz arroz-pollo, atún-arroz arroz-atún. Qué decir tiene que le costará mucho decidirse por el batido de proteínas en vez de por el ron cola.

De acuerdo.

Pero NO.

Así no se puede ir a sacar el palio de Monte-Sion. De hecho así se puede ir a muy pocos sitios: al tapón de Matalascañas, a hacer una mudanza, a un concierto de Madonna y poco más.

Hemos pasado de la camiseta Abanderado al Bershka de chavala, y así, no vamos bien.

Estamos de acuerdo en que está más fuerte que un limón mojado en vinagre, pero no es el contexto y desde luego roza la falta de respeto.

Y entonces, lo echan. Hombre, tampoco es para eso. Con esto de la reforma laboral a nadie le tiembla el pulso de echar a nadie, pero esto con una visita a El Rubio y una Rebequita se arreglaba. Si #elpetaitodemontesion fue TT en toda España, #readmisionpetaitodemontesion debe serlo también.

Epílogo: Se acabó. Vacío existencial o ¿Y ahora qué?

Pues ahora nada, Sevilla no da tregua para guardar la chaqueta porque el alumbrado y el pescaíto ya están aquí. Llega el tiempo de las colas en las tintorerías para recoger trajes de gitana y el de los resbalones de los pobres ciclistas por la cera de las calles.

Menos mal que la ciudad huele a azahar, y eso lo rodea todo.