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Las casas caídas de Lepe cumplen 18 años... y siguen siendo un solar

El solar donde deberían estar las viviendas, vacío a la espera de que se cumpla la sentencia.

Fermín Cabanillas

Victoria Delgado, una vecina de Lepe (Huelva) de 41 años de edad, lleva 18 años viviendo de alquiler, aunque tiene una casa a su nombre con la hipoteca ya pagada. Pero su casa es solo un solar, igual que las otras 12 casas que se derrumbaron hace este jueves 18 años, que nunca han sido reconstruidas.

Fueron 13 las familias afectadas por un suceso que les cogió de lleno la tarde del 18 de agosto de 1998, justo el día después de que terminasen las fiestas patronales, cuando unas pequeñas grietas en las fachadas comenzaron a convertirse en boquetes. Antes de las nueve la noche tres casas estaban en el suelo y el resto en ruinas.

Aunque el mismo día del suceso recibieron la promesa de que todo se arreglaría en breve y las casas serían reconstruidas, sólo una de las afectadas, y por iniciativa propia, ha levantado su casa otra vez. Nada ha cambiado para los demás desde que hace dos años el juzgado de instrucción número 1 de Ayamonte autorizase el derribo de las ruinas que quedaban en pie.

Habían pasado 16 años desde el derrumbe, y aunque el día que todo volvió a ser un solar parecía que las viviendas se reconstruirían rápidamente, no ha sido así. Ni la sentencia que avala a los afectados, de diciembre del 2011 y ratificada por el Tribunal Supremo, ha conseguido que termine su pesadilla.

La promotora fue condenada por el derrumbe de las trece viviendas en la localidad de Lepe, así como a pagar 350.000 euros a sus propietarios en concepto de daños morales, pero la sentencia nunca se cumplió.

Por eso, cada propietario ha tenido que buscarse la vida en estos años para salir adelante. Y lo más urgente aquel 18 de agosto fue buscar una vivienda. Los que pudieron, sacaron sus pertenencias lo más rápido posible, antes de que el techo de sus casas destruyese lo que quedaba dentro, y algunos fueron realojados en hoteles, en casas vacías de los promotores o se buscaron una casa de alquiler.

Un alquiler y una hipoteca a la vez

“En nuestro caso, alquilamos una casa en el centro de Lepe, por la que pago 350 euros al mes, y al mismo tiempo he terminado de pagar la hipoteca de la casa derrumbada”, explica Victoria, que lamenta, como el resto de los vecinos, que La Caixa, entidad de crédito que les dio las hipotecas, no quisiera nunca revertir el pago, o al menos aplazarlo, mientras todo se arreglaba. Todos han tenido que pagar unas viviendas en las que, en muchos casos, no han llegado a vivir.

Victoria recuerda que llevaba viviendo en su casa solo dos meses, pero se dieron casos como el de María, una joven que se casó cuatro días después del derrumbe. También hay vecinos que no han podido hacer frente a la hipoteca, “ya que tuvieron que comprarse otra vivienda y era imposible hacer frente a dos, pero la gran mayoría están pagadas”.

Sin una solución cercana en el horizonte, y hartos de promesas que no se han cumplido, los propietarios se han ido dispersando, e incluso algunos han fallecido en estos años sin llegar a ver sus casas de nuevo en pie.

Joaquín Serra ha sido el portavoz de ellos desde entonces. Su mujer murió sin que su hija viese su casa reconstruida y además se tuvo que comprar otra casa, obligada por tener en el municipio su trabajo de profesora.

Como la de ellos, hay 13 historias distintas de otras tantas familias que se han resignado en muchos casos a ver como pasan los años y las viviendas no son reconstruidas. Todo, a pesar de las sentencias firmes que tienen a su favor, de promesas, de movilizaciones y de acciones que no han parado de realizar desde que se quedaron sin sus casas aquella tarde de agosto.

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