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Colau suspende por un año las licencias comerciales alrededor del mercado de Sant Antoni

El mercado de Sant Antoni, en Barcelona

Yeray S. Iborra

No habrá nuevas tiendas de souvenirs, horchaterías, bodegas ni comercios alimentarios alrededor del mercado de Sant Antoni. Al menos durante un año. Así lo ha comunicado este lunes el Ayuntamiento de Barcelona, que ha suspendido durante ese período la concesión de nuevas licencias comerciales en la zona anexa al inmueble con el objetivo de “proteger el comercio local” y evitar la “masificación turística”.

La suspensión de licencias alrededor del mercado de Sant Antoni se suma a la que ya llevara a acabo el consistorio hace unos meses en el distrito vecino, Ciutat Vella, también con el objetivo de revisar los usos del comercio ante la presión del turismo.

La suspensión afectará a un radio de dos manzanas en la zona en la que se ubica el mercado (calles de Sepúlveda, Casanova, Marquès de Campo Sagrado, Calàbria, ronda de Sant Antoni, de Sant Pau y avinguda del Paral·lel) y perseguirá “garantizar todos los servicios en la zona” mientras el consistorio elabora un Plan de Usos específico para ordenar las actividades entorno al espacio.

La congelación de licencias anunciada por el Ayuntamiento no permitirá en la zona nuevos establecimientos dedicados al espectáculo, ni tampoco locales de restauración, juego, bodegas, comercios alimentarios con degustación, heladerías o comidas preparadas. Tampoco se admitirán locales para la venta de productos destinados a los turistas.

La suspensión no afectará, eso sí, a las actividades previstas en el recinto del interior del mercado, ya que están sometidas a un régimen específico regulado por el Instituto Municipal de Mercados de Barcelona (IMMB) mediante concesiones administrativas. El céntrico mercado de Sant Antoni (ubicado en el distrito del Eixample) volverá a abrir sus puertas a finales de 2017, tras ocho años de obras.

Reivindicación vecinal

El consistorio ha explicado que la medida pretende garantizar que “el comercio de proximidad tenga oportunidades” pero también asegurar que haya una “buena convivencia con el barrio”. La decisión del consistorio coge el testigo de los vecinos, que llevan meses reivindicando el equipamiento como un lugar para el barrio ante el temor que el nuevo mercado convirtiera la zona en un espacio saturado.

Por otro lado, las reacciones al plan del consistorio no han tardado en llegar. Grupos como Ciutadans han criticado la congelación por parte del Ayuntamiento, argumentando que la suspensión perjudicará “la creación de empleo y la economía del barrio”.

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