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Más de un lustro de pérdidas en el circuito de Fórmula 1 de Catalunya pese a las inyecciones de dinero público

Un coche de Fórmula 1 pasa por la recta del circuito de Montmeló

Oriol Solé Altimira

El circuito de Catalunya no carbura. La instalación de Montmeló que alberga las competiciones de Fórmula 1 y de motociclismo suma pérdidas de 58 millones en los últimos siete años pese a la inyección de dinero público. Por si no fuera suficiente con tener que reflotar el circuito, la Generalitat, accionista mayoritaria de la empresa propietaria del recinto, Circuits de Catalunya S.L., debe ahora encontrar un sustituto al Ayuntamiento de Barcelona. El consistorio ha anunciado que dejará de subvencionar el circuito en 2019.

El último ejercicio en que el Circuit de Barcelona-Catalunya arrojó beneficios fue 2008. Desde entonces el circuito se ha instalado en los números rojos, que han ido creciendo desde 2013. Aquel año la instalación perdió 6,8 millones. En 2014, las pérdidas fueron de 7,1 millones, cifra que ascendió a los 8,3 en 2015 y a los 11,8 el año pasado. Esta última es una cifra provisional incluida en los presupuestos de la Generalitat pero que el departamento de Empresa asegura no poder confirmar.

Según la documentación que acompaña a los presupuestos catalanes aprobados en marzo, el 25% de los ingresos del Circuit de Catalunya en 2017 provendrán de administraciones públicas. La Generalitat contribuye con seis millones de euros, recaudados gracias a la tasa turística. Entre ayuntamientos y Diputación de Barcelona aportan cinco millones. En 2016 y 2015, las aportaciones públicas ascendieron a diez millones de euros, mientras que en 2014 llegaron a los 14 millones.

Con todo, el sostén de ingresos públicos no fue suficiente para garantizar la viabilidad de la instalación los dos últimos años. La Generalitat tuvo que salir al rescate del Circuit a través de su sociedad dedicada, en teoría, a la promoción industrial, Avançsa, que asumió íntegramente ampliaciones de capital por valor de 2,5 millones en 2015 y de 7,5 millones en 2016.

Tras el rescate, la Generalitat aumentó su participación ya de origen mayoritaria en el circuito hasta el 76,4%. Por contra, el 'lobby' del motor catalán, el RACC, la redujo hasta el 15,7%. El Ayuntamiento de Montmeló conservó su 7,9% del accionariado.

Pese a que la Generalitat ensalza al Circuit como un ejemplo de colaboración público-privada, los ingresos provenientes de empresas son inferiores a los del sector público. En concreto, de un millón de euros, 400.000 más que en 2016. Fuentes del sector consultadas reconocen que la retirada de fondos del Ayuntamiento de Barcelona de cara a 2019 pone en aprietos la viabilidad de la instalación.

Colau da a la F-1 nueve millones

La intención de los de BComú cuando llegaron al consistorio en 2015 era retirar de un plumazo los fondos, ya que no consideraban “prioritaria” la Fórmula 1 y mucho menos los 16 millones que se pagaron bajo el mandato de Xavier Trias (CiU).

Finalmente han optado por una salida más pragmática: reducir progresivamente los fondos municipales hasta 2019. Así, además de los dos millones que pagaron el año pasado, destinarán al circuito tres millones este año, 2,5 en 2018 y 1,5 en 2019. En total, el consistorio de Ada Colau abonará nueve millones, siete menos que su antecesor.

El concejal de Turismo de Barcelona, Agustí Colom, se encarga de pasar la pelota al otro lado de la plaza Sant Jaume. A su juicio, la retirada progresiva de fondos municipales hasta 2019 “permite ganar tiempo para que la Generalitat sea capaz de encontrar financiación pública y privada necesaria para la viabilidad del circuito”.

Lo idóneo, según fuentes del sector, sería que hoteleros o empresarios del motor que se benefician de las actividades del circuito aumentaran sus aportaciones. Más aún teniendo en cuenta las cifras de las que presume el propio circuito: según un estudio presentado el año pasado, en 2015 el impacto económico de la instalación ascendió a 340 millones.

Una de las carpetas más complicadas del circuito es su relación con la competición de Fórmula 1, comandada hasta enero de este año por el magnate Bernie Ecclestone. Tal y como explicó el diario ARA, el coste de traer la Fórmula 1 a Catalunya no ha bajado en los últimos años de los 22 millones de euros, lo que ha puesto en riesgo la viabilidad del circuito.

El plan urbanístico, en los tribunales

La Fórmula 1 no es la única nube sobre el futuro del circuito. La CUP llevó el pasado mes de enero ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) el Plan Director Urbanístico (PDU) de ampliación del circuito al considerar que vulneraba la normativa urbanística.

El plan pretende rescatar el circuito mediante la construcción de un macrocomplejo de ocio y turismo a su alrededor. Prevé un centro comercial, hoteles, un circuito de 'karts' y una zona industrial para albergar empresas del sector automovilístico. La Justicia todavía no se ha pronunciado al respecto.

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