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Los partidos valencianos ven la derrota del independentismo como una oportunidad para la reforma de la financiación

El candidato a la presidencia de la Generalitat por El PSC, Salvador Illa (c), comparece ante los medios para valorar los resultados electorales. EFE/Quique García

Laura Martínez

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Todos los partidos valencianos tienen algo que celebrar sobre el resultado de las elecciones catalanas. Pocos comicios autonómicos condicionan tanto la agenda del país como los de Catalunya o Euskadi, dos campañas que son un termómetro de la situación en el Estado y de antesala para las elecciones al Parlamento Europeo, la última cita de este año, que será el 9 de junio. Los socialdemócratas aguantan el desgaste que pueda causar el Gobierno y mejoran sus resultados, sus aliados a la izquierda sí sufren el desgaste, los partidos de ultraderecha se diversifican y aún así obtienen representación, y los autoproclamados liberales, marca blanca de la derecha, desaparecen.

Precisamente es la agenda catalana la que ha marcado buena parte de la agenda nacional, empañando otras reivindicaciones de nacionalidades históricas. Ahora, con la derrota del bloque independentista en Catalunya este 12 de mayo, los partidos valencianos creen tener más margen de maniobra. O al menos, de que sus reivindicaciones sean escuchadas.

Con el PSC de Salvador Illa encabezando las negociaciones para una investidura y la mano tendida a Esquerra Republicana de Catalunya -a falta de ver si recoge el guante-, los partidos de la izquierda del Parlamento valenciano creen que es buen momento para plantear la reforma del sistema de financiación, avanzar en la condonación de la deuda -que pactó el PSOE con ERC en el Congreso- o la equiparación en inversiones al resto de territorios.

Los socialistas valencianos celebran que la victoria de Salvador Illa “demuestra que, ante la política del ruido, del odio, de la crispación, se impone la política del diálogo, de la negociación y del acuerdo” iniciada en 2017 con los primeros acuerdos para la moción de censura, que le dio a Pedro Sánchez la presidencia del Gobierno. El portavoz del PSPV, José Muñoz, ha considerado que el triunfo del exministro supone la “oportunidad histórica de abrir una nueva etapa” en la que Illa hablará de “los problemas reales de Cataluña, con todo lo positivo que tiene eso para el conjunto de España”, un “aliado” con “intereses comunes”. El socialista ha recordado que los ejecutivos catalanes se habían abstenido de participar en el Consejo de Política Fiscal y Financiera y otros órganos de debate para cuestiones clave en el Estado, que ahora, vaticina retomarán, siempre y cuando el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, “también esté en la senda del diálogo y no de la confrontación”.

En la misma línea se ha manifestado el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, quien cree que “en la medida en que pueda haber acuerdos que pasen por reformar también el sistema de financiación de Catalunya, esto puede favorecer que se abra de una vez ya por todas el melón del sistema de financiación autonómica”, en alusión a las negociaciones para formar un nuevo Govern. El portavoz valencianista ha recordado “la defunción de un artefacto que se llamaba Ciudadanos y que ha sido capaz en ocho años de ganar las elecciones y desaparecer” y cree que el PP, que ha mejorado su resultado pero no llega a los valores previos al procés, simplemente ha “recogido esos votos”. La entrada de otra formación de extrema derecha en el Parlament, Aliança Catalana, es una mala noticia para ambas formaciones.

Los populares valencianos también se encuentran de celebración. Es la primera vez que el nacionalismo catalán no tiene mayoría en el Parlament, lo que para el PP valenciano significa que “la España constitucionalista ha demostrado que también es mayoría en Cataluña”, según traslada el partido. Los populares consideran que los 12 escaños que han ganado (con un 11% del voto total) se deben a la estrategia de Alberto Núñez Feijóo, cuya formación queda por delante de Vox. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha expresado este lunes su predisposición a buscar “puntos de encuentro” y “diálogo” con Catalunya, que es el principal socio comercial de la Comunitat Valenciana - “y a los buenos clientes hay que cuidarlos”, ha añadido-. Hasta la fecha, las relaciones entre la Generalitat Valenciana, del PP, y la de Catalunya, de ERC, estaban en suspenso, al contrario de lo que ocurría con el Ejecutivo del Pacto del Botánico, liderado por los socialistas valencianos de Ximo Puig. El cambio de signo podría hacer que el PP moviera ficha.

Por su parte, Vox considera que ha consolidado su marca en Catalunya y se congratula de la bajada del independentismo. Su portavoz, José María Llanos, ha destacado: “La subida del Partido Popular y la consolidación del voto de Vox, que ha incrementado el porcentaje, aunque no hemos conseguido aumentar los escaños”.

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