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El consejero delegado de Aena, José Manuel Vargas, presenta su dimisión

El presidente de Aena, José Manuel Vargas.

Belén Carreño

El consejero delegado de Aena, José Manuel Vargas, ha presentado su dimisión al frente de la gestora aeroportuaria que tiene como principal accionista al Estado. El cese será efectivo el próximo quince de octubre, según ha comunicado la empresa a la CNMV. Vargas es presidente y consejero delegado de la sociedad gestora de los aeropuertos españoles desde enero de 2012, con la llegada de Mariano Rajoy al frente del Gobierno.

El ministro de Fomento, Íñigo Gómez de la Serna, ha querido desvincular radicalmente la dimisión de Vargas de los numerosos conflictos que ha vivido este año la compañía. Según De la Serna, Vargas le presentó su dimisión por motivos personales al poco de comenzar la reciente legislatura, pero el titular del ramo le pidió que demorara su marcha hasta solucionar varios conflictos en marcha.

Para despejar dudas sobre la motivación de esta renuncia, De la Serna ha convocado a un grupo de periodistas para explicarles personalmente, sentado junto con el presidente de Aena, las razones de esta decisión. Vargas ha asegurado que no tiene aún una alternativa definida aunque sí “varios proyectos”. En su opinión, el cambio de liderazgo era necesario en la compañía ya que él tuvo que realizar la reestructuración y ERE de la empresa y su posterior salida a bolsa. Ministro y ejecutivo resaltaron varias veces el éxito de la privatización de la compañía, una de las que más revaloraciones acumula del Ibex 35.

De la Serna ha asegurado que ya no podía prorrogar más el compromiso adquirido con Vargas, que era su continuidad hasta septiembre. Por eso se ha materializado el ceso pese a los sucesos ocurridos este verano El Prat, con las huelgas de los empleados de Eulen subcontratados por Aena, o pese a la amenaza de huelga de los sindicatos de Aena si no veían mejorar sus condiciones laborales y salariales.

Uno de los últimos culebrones que ha protagonizado la compañía ha sido una hipotética fusión con Abertis. De la Serna ha explicado que el ministerio rechazó esta operación pese a que podía ser relevante económicamente. Sin embargo, De la Serna desgranó varios motivos que impedían que el Estado diera el visto bueno a la operación: no querían involucrarse en la gestión de las autopistas, donde tienen varias cuentas pendientes. Es el caso de la AP-7 y de las radiales. Si el Aena hubiera comprado Abertis el conflicto de intereses estaría servido ya que el Estado sería deudor y acreedor en estas ruinosas operaciones. Según ha reconocido el ministro, se entrevistó con TCI, el segundo accionista de Aena que insistió en su apoyo a esta operación que finalmente no saldrá a la luz.

El ministro también ha remarcado que una operación así necesita de consenso político, algo que no hay en la actualidad. Precisamente, la falta de consensos es la que ha llevado al Estado a renunciar a continuar con la privatización de la compañía. Según el cántabro, el rechazo de los partidos de la oposición a esta posibilidad es frontal.

Pese a que en varias ocasiones se ha hablado de la búsqueda de consensos, el ministro ha asegurado que el nombramiento del sucesor de Vargas, que se conocerá en los próximos días, se hará sin un pacto con los partidos de la oposición.

Un mandato tormentoso

Vargas fue nombrado en 2012 por la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, y fue el encargado de la privatización del gestor aeroportuario. Antes de la salida a Bolsa, en 2012 la empresa pactó un ERE con los sindicatos de hasta 1.600 trabajadores en un momento en el que atravesaba unos malos resultados. Ese ejercicio la compañía casi triplicó sus pérdidas.

Aena es una sociedad mercantil estatal que está participada en un 51% por Enaire, entidad que depende del Ministerio de Fomento. El otro 49% de Aena está en manos privadas después de su salida a bolsa en 2015. Entre sus máximos accionistas privados está el fondo TCI y otros grandes fondos como Blackrock o la gestora de Deutsche Bank. Las funciones de Aena son la gestión de los aeropuertos mientras que Enaire se dedica al control aéreo.

Hasta 2011 las dos funciones se concentraban en manos de Aena que en ese año se parte en dos: Aena Entidad Pública y Aena Aeropuertos S.A.. Así se va preparando el terreno para la privatización parcial de Aena. En 2014, se cambia el nombre de Aena Entidad Pública por Enaire y Aena Aeropuertos se queda con Aena. Tras un intento en falso de salida a bolsa en 2014 (cuando un fallo formal no permitió su debut en el parqué), Aena comenzó a cotizar en febrero de 2015.

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