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“Preferimos ver a leer y es muchísimo más fácil manipular a la gente que no lee”

Derakhshan, el padre de los 'bloggers' iraníes, habla en Vitoria en las charlas ‘TEDxAlmendraMedieval’. Foto: @h0d3r

Natalia González de Uriarte

Al periodista y bloguero Hossein Derakhshan, considerado el padre de los blogueros iraníes, le costaron caras sus airadas críticas al régimen islámico y la 'osadía' de traducir al persa un programa para crear blogs. Seis años fueron los que pasó encarcelado y tuvo suerte porque la condena dictada en su país era de 19 “por divulgar propaganda, insultar al islam y cooperar con países hostiles, en referencia a Israel”. Recuperó mucho antes su libertad. Salió gracias a un indulto. El ayatolá Ali Jamenei le perdonó repentinamente.

Ahora, Hossein Derakhshan mide sus intervenciones. Ha moderado su discurso y evita hablar de Irán –así se lo ha solicitado a eldiarionorte.es antes de comenzar esta entrevista- para no ofender de nuevo al régimen.

No vamos a hablar de Irán, pero ¿puede al menos explicar someramente las razones de su silencio?

Sí, por mi blog y otras actividades en Internet.

El padre de los blogueros iraníes responde escuetamente y visiblemente incomodado. Nos atiende en el Palacio de Congresos Europa de Vitoria, donde ofrecerá su conferencia sobre la evolución de Internet para los asistentes a la segunda edición de las jornadas TEDxAlmendraMedieval, Shake it! Mix it!.

¿Su mutismo sobre el régimen islámico conlleva un ejercicio de contención para usted?

Sí.

Sobre Irán calla, pero se explaya en cuanto la entrevista da un giro en las preguntas. Nada le frena al hablar de la manipulación de Internet, del seguimiento que ejercen sobre los internautas las compañías empresariales y bancos mediante los algoritmos y de las escapatorias a ese control. Lamenta que las redes sociales hayan desbancado a los blogs, a los hipervínculos y a la diversidad inherente a esos enlaces, una diversidad que se esfuma en los espacios parcelados impuestos por las redes sociales. Y su preocupación, esa tendencia imparable del audiovisual a comer terreno al texto escrito. “Los ’emojis’, (emoticonos), son la nueva forma de comunicarse. La gente se inclina más por ver que por leer y ¿no es esto una regresión a los tiempos anteriores a la invención del alfabeto, una regresión a cuando vivíamos en cuevas?”, sugiere.

Respecto a Internet existe la sensación doble y contradictoria de que nos ha hecho más libres y a la vez más sometidos. ¿Está de acuerdo?

Sí.

¿Por qué?

Es más fácil conectar con gente pero más difícil estar expuesto a opiniones diferentes.

A través de Internet se tiene la capacidad de ejercer un control exhaustivo sobre cada persona. Se registran sus movimientos, se hace un seguimiento pormenorizado de los internautas... ¿Los usuarios actúan con ligereza y poca prudencia en Internet?

Sí, especialmente sabiendo que las compañías de Internet, los bancos o las agencias de crédito abusan de la información que les estamos facilitando.

¿Ese control se llega a ejercer a través de los gobiernos y fuerzas políticas?

Sí, pero es menos dañino para los ciudadanos. Los gobiernos o los políticos lo van a usar en estrategias electorales para ser elegidos o reelegidos. En el caso de gobiernos que tienen una oposición importante, esta también lo pueden utilizar a su favor.

Dice usted que no es tan dañino, pero el grado de manipulación que pueden ejercer es importante, ¿no cree?

Sí, por supuesto. Pero realmente son las compañías de Internet y los bancos y agencias de crédito los que pueden hacer un daño directo en la población y no tanto los gobiernos. Pueden detectar fácilmente, por ejemplo, si estás enfermo y otros detalles sobre tu salud que conocen basándose en la información que buscas o en los 'likes' [me gusta]. Y entonces podrían llegar a subirte la cuota del seguro, por ejemplo.

¿Qué escapatoria le queda al internauta neófito o al inexperto? ¿qué recomendación le daría?

No es muy realista pedir a la gente que no esté 'on line' o que no comparta contenidos porque es inevitable. Cualquier cosa exige un registro y este se solicita cada vez con más frecuencia a través de Facebook u otra red social. Pero para la gente nueva debería haber algún tipo de campaña informativa que advirtiera cómo utilizar los algoritmos sin exponerse demasiado. Se trata de explicar cómo confundir a estos algoritmos. No debemos comportarnos de una forma natural, honesta, no debemos reflejar como somos sino darle a me gusta en espacios que nos desagradan y hacer búsquedas que no nos interesan. Es una estrategia muy útil para despistar al sistema. Es la única manera de resistir. Internet es ya una especie de mecanismo controlador de todo lo que hace la gente, como el ojo que todo lo ve, un 'Gran hermano'.

¿En quién debería recaer esa responsabilidad de guiar al usuario para que tenga un comportamiento prudente en Internet? ¿En las administraciones, tal vez?

No, para los Gobiernos hemos de reservar otro tipo de cometidos. Considero que esto deberían hacerlo asociaciones a favor de los derechos de la ciudadanía, colectivos de este estilo. Pero, a nivel de administraciones, se debería forzar a estas empresas de Internet a que abrieran esos algoritmos, a que los hicieran públicos y fueran menos opacas.

En Internet hay mucho 'griterío', demasiadas voces sonando a la vez, ¿cómo distinguir lo que realmente merece la pena? ¿Es el indicador de los 'likes' la referencia idónea?

El problema ahora con estos algoritmos es que hacen que la novedad y el número de ‘likes’ sean equivalentes a calidad, así que se ha convertido en una tiranía de lo popular. Pero no es la única forma en que lo algoritmos pueden trabajar. Puede haber otro tipo de algoritmos que podrían funcionar con otros valores, como valores sociales. Imagina un algoritmo que favoreciera la diversidad, la diferencia… Entonces, la gente expuesta a este tipo de algoritmos, se vería sorprendida cada día y no solo reconfortada continuamente con la misma información. Muchos de los problemas que tenemos viene provocados porque todo el mundo está muy contento en su burbuja, todos los grupos religiosos, nacionalistas, políticos … todo el mundo está viviendo cómodamente en sus burbujas y se retroalimentan y se apoyan entre sí . Para romper estas burbujas necesitaríamos abrirnos a un sistema de pensamiento diferente y así era Internet antes de que las redes sociales tomaran el espacio virtual. Era una filosofía de funcionamiento que estaba en el alma y en los pilares del nacimiento de la web y su máximo exponente se llamaba hipervínculo. Pero a las redes sociales no les gustan los hipervínculos porque no quieren que nadie se vaya de esa propia red social. Por este motivo el hipervínculo y la diversidad inherente a estos elementos languidece. Ahora todo está parcelado.

La imagen y audio tiene muchísima importancia en Internet. Cada vez tiene más presencia. Esa tendencia que parece imparable, ¿abre un resquicio de esperanza para la prensa escrita que está en plena crisis?

Es una de las cosas que más me preocupan. Los textos, los alfabetos, están en declive de forma universal frente al audiovisual. Vemos como los 'emojis', emoticonos, son la nueva forma de comunicarse. La gente se inclina más por ver que por leer y no es esto una regresión a los tiempos anteriores a la invención del alfabeto, una regresión a cuando vivíamos en cuevas? ¿Cuáles serán las consecuencias de esto? Lo terminaremos viendo en las democracias, sobre todo en occidente. Es muchísimo más fácil manipular a la gente que no puede, que no sabe o no quiere leer. Donald Trump es un producto de la tele y si es elegido lo va a ser en la sociedad que más televisión ve, las más audiovisual y esto se va a repetir en muchos países. La televisión ahora estás pasando un momento 'revival' (resurgimiento). Y ahora incluso Internet, después de las redes sociales, es una nueva forma de televisión.

En Internet hay mucho espacio para el debate pero da la sensación de que muchas veces se queda ahí, no se traslada al mundo real

Cuando hay algún tipo de debate lo importante no es si está en la calle o en Internet. De hecho incluso puedes llegar a ser más agresiva en Internet que en la calle. Pero las redes sociales evitan debates serios porque antes de la era de las redes sociales la gente se hablaba entre ellos intercambiando links. Eso ya no está pasando. Ahora mismo tienes conversaciones entre autores y lectores o entre lectores, pero ya no hay conversaciones entre autores. Esto propicia que ahora el nivel de debate sea más bajo porque solamente se puede llevar a cabo en la sección de comentarios.

Un espacio que me recuerda a la barra de un bar. De ahí no traspasa. ¿Esto está frenando el activismo de calle?

El ideal sería encontrar alguna herramienta para poder superar la barrera entre el ‘on line’ y el ‘off line’. Precisamente estoy trabajando en un proyecto destinado a eso, en construir un puente entre ambos mundos.

No cree que la pequeña pantalla del móvil y otros dispositivos nos roban demasiado tiempo? Usted que ha estado seis años privado de libertad, ¿lo percibió al salir de la cárcel?

No, no necesariamente porque en realidad antes la gente veía la tele. Este Internet de ahora es la nueva televisión.

Sí, pero está nueva televisión es portátil. La llevamos en el bolsillo y la miramos continuamente

Sí, sí, ahora es peor (ríe).

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