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Ciudadanos alimenta la idea de que el bipartidismo ha resucitado para frenar su ascenso

Rivera sigue apretando las cuerdas a Rajoy para que cumpla los acuerdos sobre corrupción

Carmen Moraga

La tensión entre el PP y Ciudadanos sigue creciendo. Hasta el punto de que las negociaciones entre los dos partidos para desatascar los Presupuestos Generales del Estado de 2018 han quedado “congeladas” a expensas de que Mariano Rajoy mueva ficha y cumpla las exigencias que le ha impuesto Rivera para apoyarlos.

Por un lado, que se haga efectiva la equiparación de los sueldos de la Policía Nacional y la Guardía Civil con los de los cuerpos de seguridad autonómicos; y, por otro, que la senadora murciana del PP Pilar Barreiro, imputada en la trama Púnica, dimita.

Ante esta situación y la imagen de inacción y parálisis que está trasladando el Gobierno, Rajoy habría decidido llamar de nuevo a la puerta del PSOE, pese a saber que en el tema presupuestario tiene poco que hacer con los socialistas. Según sostiene el diario El País, Pedro Sánchez y el Presidente del Gobierno han retomado sus contactos y “han forjado una nueva relación” tras el fracaso del PP en Catalunya.

“Las conversaciones son muy frecuentes y también las reuniones en Moncloa”, afirmaba el diario de Prisa este lunes, y señalaba que los dos dirigentes estarían trabajando ya en cerrar algunos pactos de Estado en financiación autonómica y en política de agua fundamentalmente.

Ciudadanos ve gran nerviosismo en el PP y el PSOE

En Ciudadanos se han tomado la noticia con indiferencia. Ven “lógico” que Rajoy quiera buscar aliados para intentar sacar adelante políticas que necesitan un gran consenso.

Pero detrás ven algo más que ese mero interés por avanzar en pactos de Estado. La interpretación que hacen de ese acercamiento de Rajoy a Sánchez es que ambos partidos están dispuestos a “resucitar el bipartidismo” para proteger sus intereses mutuos y “taparse otra vez sus vergüenzas cuando lo necesiten”. “Buscan una estrategia para frenarnos”, se jactan fuentes de la Ejecutiva de Rivera.

Los dirigentes naranjas han comprobado que el éxito del 21D y la tendencia al alza que les dan todas las encuestas de cara a los comicios de 2019 y a las generales tiene sumamente preocupados tanto al PP como al PSOE.

Esa preocupación llevó a Rajoy a convocar de inmediato, y antes que al PSOE, a la Moncloa al propio Albert Rivera después de las elecciones de Catalunya. Tras el encuentro pareció que los dos habían logrado rebajar algo el clima de 'guerra' instalado entre sus respectivas formaciones.

Pero la tregua ha durado poco tras constatar que los de Arrimadas no van a prestarles el diputado que necesitan en Catalunya para formar grupo propio. “El PP, en lugar de atacarnos, debería hacer autocrítica y pensar por qué no ha conseguido ilusionar a los ciudadanos”, replican.

Rajoy necesita al PSOE para avanzar en la financiación autonómica

Los populares son más prácticos y saben que sin los socialistas, que gobiernan en varias comunidades y en muchos ayuntamientos, hay temas imposibles de desbloquear, como la financiación autonómica. “Yo ahora quiero pactar con el PSOE, porque lo dice el sentido común”, dijo el propio Rajoy este fin de semana en Sevilla. “Primero, porque es bueno para España; segundo, porque con 137 diputados no podemos sacar adelante el modelo; y tercero, porque el PSOE gobierna en muchas comunidades autónomas y no se puede aprobar un modelo contra muchos Gobiernos autonómicos”, explicó.

Dirigentes de Ciudadanos reconocen a eldiario.es que en estos momentos no hay puentes con el PP “más allá de los contactos entre los portavoces de algunas comisiones”. Los de Rivera están dispuestos a demostrar firmeza y piden al PP que “entone el mea culpa” por los casos de corrupción del partido.

“Vemos una vez más que la corrupción del PP está poniendo patas arriba la estabilidad de España, y no queremos que su corrupción y su falta de palabra puedan llevar al país a una parálisis”, afirmó este lunes Inés Arrimadas sumándose así al coro de voces que dentro de su partido exigen a Rajoy el cese de Pilar Barreiro, la senadora murciana imputada en la trama Púnica.

“No habrá Presupuestos. No vamos de farol, que lo sepan. Vamos a ser muy exigentes”, insisten los naranjas, mientras dejan a la vez claro que también son “un partido responsable” por lo que “seguiremos dando estabilidad donde sea necesario”. Como ha demostrado en Madrid impidiendo la comparecencia de la presidenta Cristina Cifuentes en la Comisión sobre corrupción para explicar por qué ocultó los documentos del caso Lezo.

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