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GRÁFICOS: El 26J deja una España más de derechas a costa del millón de votantes que se quedó en casa

Belén Picazo / Raúl Sánchez

Las fuerzas de centro-derecha, principalmente PP y Ciudadanos, suben dos puntos respecto al 20D y ya suman el 50,4% de los españoles que votaron el 26J. En estas elecciones, los partidos conservadores, según la clasificación ideológica de cada formación en el CIS, aglutinaron la mayoría de los votos que los españoles depositaron en las urnas. Por el contrario, el voto a los partidos de izquierda dejó de ser mayoritario en las nuevas elecciones. Frente al 51,8% de los sufragios que consiguieron en los comicios de diciembre, el pasado domingo las fuerzas de corte progresista cayeron hasta un 49,3%.

Aunque las fuerzas aglutinadas en el bloque de centro-derecha crecieron 2,5 puntos en porcentaje de voto, solo lograron sumar 20.000 votos más que en las elecciones del 20D. En total, sumaron 11.983.000 votos frente a los 11.962.000 de los anteriores comicios. Entonces, ¿por qué los partidos conservadores han recuperado la hegemonía en el voto español? Básicamente, porque hay un un millón de votantes menos que en las elecciones de diciembre. Mientras que en el 20D la participación superó el 73% del censo, en los comicios del 26J se quedó en un 69,8%, cayendo tres puntos respecto a las anteriores.

El aumento de la abstención ha afectado principalmente a los partidos de izquierda. Sobre todo, a Unidos Podemos. Mientras que hace seis meses estos partidos sumaron más de 12,9 millones de votos, en las elecciones del 26J apenas obtuvieron 11,7 millones de votos. En comparación, se quedaron 200.000 votos por debajo del bloque conservador. Tal y como ya apuntaba el sondeo preelectoral del CIS, los votantes de partidos progresistas y más jóvenes del 20D eran los que menos seguro tenían su voto. Al final, la confluencia de Podemos con IU ha sido la más perjudicada por esta caída de la participación en las elecciones del 26J. Entre ambas citas, la suma de las fuerzas de Unidos Podemos ha pasado del 24,5% del voto al 21,3%, dejándose tres puntos y más de un millón de votos por el camino.

Esta caída de la formación liderada por Pablo Iglesias se traduce en que el bloque de PP y C's sumó más votos en las últimas elecciones que el formado por PSOE y Unidos Podemos.

La izquierda ha perdido un total de 390 municipios a manos de la derecha. Conserva su hegemonía en 2.725 municipios: 333 ciudades y 2.392 municipios rurales. Frente a la pérdida general de la izquierda, la estabilidad del centro-derecha, que todavía conserva 230 ciudades y 3.840 municipios rurales.

La comunidad donde más municipios le ha arrebatado el bloque centro-derecha a la izquierda es Castilla-La Mancha. En esta región, las fuerzas progresistas perdieron 70 municipios, la mayoría de ellos rurales. Le sigue Andalucía, donde la izquierda ha perdido 42 municipios urbanos y 27 municipios rurales. Ciudades como Málaga, San Fernando, Chiclana de la Frontera o Andújar, donde las candidaturas de centro-izquierda consiguieron más votos que las de centro-derecha el 20D, han votado mayoritariamente a candidaturas como PP o Ciudadanos.

Aunque son muchos menos, algunos municipios se han pasado de la derecha a la izquierda. En concreto, tres ciudades de Cataluña: Sant Cugat del Vallès (Barcelona), Salou (Tarragona) y Roses (Girona), y otros 134 municipios rurales concentrados principalmente en Cataluña. Este pequeño sorpasso de las fuerzas de izquierda al centro-derecha se ha producido principalmente en Cataluña, donde ERC aumentó su distancia con Convergencia respecto a las elecciones del 20D. Desde que ambas formaciones independentistas decidieron presentarse por separado tras sumar fuerzas con la coalición Junts Pel Sí (JxSí), la izquierda nacionalista catalana (ERC) ha superado a sus hómologos conservadores en las dos citas electorales nacionales.

Pese a la pérdida de apoyo a la izquierda en municipios rurales y urbanos, las fuerzas lideradas por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias todavía conservan grandes ciudades como Sevilla, Barcelona, Vigo, A Coruña, Vitoria o Gijón.

Las fuerzas de centro-derecha han conseguido mantener su hegemonía en el interior de la Península. Castilla y León, Castilla La Mancha y Madrid son las comunidades donde el voto conservador supera con mayor claridad al progresista. Por el contrario, el norte de la península, con Cataluña y País Vasco a la cabeza, y el sur, Andalucía y Extremadura, son las autonomías donde los partidos de izquierda mantienen su hegemonía.

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