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El Gobierno se vuelca más en los medios de comunicación que en negociar la investidura

Mariano Rajoy, el pasado sábado, en un acto del PP de Córdoba.

Luz Sanchis

Gracias a la llamada de un imitador de Carles Puigdemont, los españoles descubrieron que Mariano Rajoy tenía “la agenda muy libre”. Es la ley la que impide al Gobierno en funciones hacer nada más que lo que resulte imprescindible para el normal funcionamiento del país, pero en los últimos días el presidente y sus ministros han decidido redoblar su presencia en los medios de comunicación. La orden es hacer campaña por la investidura de Rajoy y deshacerse en elogios sobre lo útil que sería para el país un acuerdo del PP con PSOE y Ciudadanos.

Aunque desde el pasado verano Rajoy se vio obligado a superar su aversión a los medios de comunicación ante la proximidad de las elecciones, esta semana ha vuelto a redoblar sus esfuerzos para disimular su falta de negociación con continuas declaraciones públicas. En realidad, no ha dicho nada nuevo más allá de insistir en que la única opción válida para la gobernabilidad pasa por llegar a un acuerdo con Pedro Sánchez y Albert Rivera, sobre el que no hay ninguna novedad. Después de su rueda de prensa en Moncloa, tras haber declinado ante el rey someterse a la investidura, volvió a decir lo mismo. Lo hizo desde Córdoba, donde presidió la Junta directiva del PP local.

De nuevo, solo que durante una hora de duración, lo ha vuelto a hacer en una larga entrevista con Ana Rosa Quintana en Telecinco. El encuentro, como ha reconocido la misma periodista, se cerró este lunes. Ante Rajoy, Quintana agradeció que Moncloa no lo hubiera anulado por la reciente redada contra la corrupción del PP valenciano. A la misma hora, la ministra de Fomento en funciones era la invitada de Los Desayunos de TVE1.

Unas horas antes, Soraya Sáenz de Santamaría, con más alergia aún que su jefe a las entrevistas, acudía a El Cascabel en 13TV. La presencia de la vicepresidenta en la cadena de los obispos se produjo sin aviso previo a los periodistas. La cita no figuraba en la agenda del Gobierno que Moncloa envía la noche anterior. Desde ese púlpito, la mano derecha de Rajoy defendió las bondades de una gran coalición “moderada” frente a la “radical” de un PSOE con Podemos, IU y los partidos nacionalistas e independentistas. Un día antes, Luis de Guindos se había encargado de avanzar que la EPA de este jueves probará que la caída del desempleo es “la más intensa de la historia”.

Sabedora de que es la protagonista de las hipótesis de un nuevo gobierno del PP sin Rajoy al frente, Sáenz de Santamaría dijo que su jefe “como candidato, es innegociable”. También insistió en que sería “generoso” en el caso de que el líder de los socialistas decidiera apoyarlo. Ni siquiera descartó que Sánchez pudiera ser vicepresidente en caso de gran coalición: “Todo se puede hablar”.

La próxima cita en la agenda del presidente del Gobierno en funciones consiste en visitar este jueves un Centro Integral de Formación Profesional, en el madrileño barrio de Villaverde. El viernes, su cita es con el PP. En las dos últimas semanas, todos los miembros de la dirección de Génova han hecho acto de presencia en alguna Junta Directiva del PP en alguna provincia o comunidad autónoma. Esta vez, Rajoy presidirá la del PP de Castilla y León en Valladolid después de hacerse cargo del Consejo de Ministros.

El objetivo de estas visitas es mantener al partido “engrasado y en marcha”, según fuentes de la cúpula del PP ante una situación de espera que aún no se sabe si acabará en nuevas elecciones. Así, el recorrido de los dirigentes por gran parte de los territorios busca animar a sus propias filas con los ojos puestos en una vuelta a las urnas en mayo si ningún candidato se hace con la investidura.

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