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Al rescate de Felipe Orlando, el raro que no figuró en el “boom”

Al rescate de Felipe Orlando, el raro que no figuró en el "boom"

EFE

Sevilla —

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La obra literaria del polifacético artista cubano-mexicano Felipe Orlando (1911-2001), pintor, músico, antropólogo y escritor, contemporáneo y amigo de todos los miembros del “boom”, en cuyas filas sin embargo no militó, será rescatada por la editorial andaluza EDA, que ya ha sacado “El perro petrificado”.

Esta novela narra un viaje a través del tiempo y el espacio por la isla de Cuba en lo que media desde la caída del Gobierno del general Hacha, en 1933, hasta la llegada al poder del sargento Batista, en 1944.

La narración se ofrece a modo de crónica personal de una época convulsa de Cuba en la que los gobiernos corruptos sustentados por la vecina superpotencia se sucedían unos a otros en nombre de una libertad inexistente.

Menos conocido como escritor que como pintor, Felipe Orlando construyó una obra literaria “de una fortaleza fabuladora inigualable y un altísimo dominio técnico”, con influencias de Lezama Lima -del que era familiar-, de Frank Kafka y de Gabriel García Márquez, según ha dicho a Efe el editor Francisco Javier Torres.

Los libros de Felipe Orlando son inencontrables, salvo algunos ejemplares de ediciones mexicanas o cubanas en librerías de lance, según ha señalado Torres, quien también ha recordado que algunas de sus novelas, como “Margarita la mística” y “Hombre con sombrero” permanecen inéditas.

Quienes lo trataron coincidieron en señalar que se trataba de una personalidad excepcional, de un joven que recorrió toda América llevado por sus intereses artísticos y antropológicos y que trató a figuras de la cultura mundial como Henry Moore, Georges Braque, Pau Clasals, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Alfonso Reyes, Frida Kahlo, Gastón Baquero, Néstor Almendros y Joan Miró, entre otros.

Desde 1970 hasta su muerte dirigió en Benalmádena (Málaga) el Museo de Arte Precolombino que lleva su nombre, al que donó su colección particular, de un elevado valor, y durante sus años malagueños fue amigo de Bernabé Fernández Canivell y ejerció un influyente magisterio sobre artistas como Enrique Brinkmann, Jorge Lindell o Elena Laverón.

Sobre “El perro petrificado”, su editor ha destacado que es una obra en la que Orlando despliega su “particularísimo arsenal lingüístico y técnico”, con el que “bombardea los registros habituales de la construcción narrativa” y sorprende “con su tremenda eficacia expresiva”.

Su estilo narrativo y su capacidad para “crear atmósferas” es comparable con los de Bernhard, Lezama Lima, Joyce, Kafka, Rulfo y García Márquez, escritores que conforman, según el editor, el “árbol genealógico” de la literatura de Felipe Orlando.

Felipe Orlando obtuvo con la novela “Leonorilda eleva el pensamiento a las alturas”, publicada en 1973 en México, el Premio Nacional de Novela Nezahualcóyotl, el mismo que recibió en su versión internacional Juan Marsé por “Si te dicen que caí”.

La obra pictórica de Orlando, que vivió casi los últimos treinta años de su vida en el sur de España, se enmarca entre las primeras de la denominada vanguardia histórica criolla, desde la que evolucionó hasta la plena abstracción en los años ochenta.

Por Alfredo Valenzuela

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